Mañana, 17 de noviembre, es una fecha doblemente importante para el Proyecto Múltiple Misicuni. Primero, porque se cumple un año de la paralización de obras como consecuencia de la decisión de ruptura del contrato que había sido suscrito en 2009 entre la Empresa Misicuni (EM) y el Consorcio Hidroeléctrico Misicuni (CHM). También porque en una muy significativa coincidencia, este lunes vence el plazo para que la empresa Camce Engineering Bolivian Bronch, que se adjudicó tres de los cuatro paquetes para la conclusión de las obras, presente toda la maquinaria y el equipo de ingenieros, técnicos y obreros que a partir de mañana reanudarán los trabajos.
Este 17 de noviembre marca pues un punto de inflexión entre el reciente pasado y el próximo futuro, lo que se presta a dar una mirada retrospectiva a lo ocurrido durante los últimos 12 meses y una mirada prospectiva, cuyo horizonte ha sido fijado en enero de 2016, que es cuando según el contrato deberá estar plenamente concluida y entregada la represa.
En lo que al pasado se refiere, el balance es por demás negativo. Pues durante los últimos meses no se ha avanzado nada, absolutamente nada, para resarcir los daños causados por las pésimas decisiones legales, técnicas y financieras que tomó la Empresa Misicuni.
En efecto, hasta ahora no se ha hecho efectivo ninguno de los procesos legales reiteradamente anunciados por los ejecutivos de la EM contra el CHM. Tampoco se ha entablado acción legal alguna contra Grandi Lavori Fincosit (GLF) y aunque la Contraloría General del Estado informó hace algo más de un mes que había presentado ante el Ministerio Público una demanda por supuesto fraude contra los representantes de empresas de Bolivia, Italia, Venezuela y Colombia contratadas en 2009 para construir la represa, nada se sabe de la marcha del proceso, lo que pone en evidencia la falta de interés en encarar seriamente una batalla legal.
Desde el punto de vista financiero, el panorama es igual o peor, porque ni siquiera se ha podido precisar la magnitud del monto estafado. Según cálculos basados en informes oficiales, se sabe que se trata de varias decenas de millones de dólares pero, en vista de la falta de acciones, no se vislumbra la posibilidad de que ese dinero sea recuperado.
Y en lo que a las dificultades técnicas corresponde, que fueron presumiblemente la verdadera causa del descalabro, todavía no se conocen los informes que den cuenta de la verdadera magnitud de las fallas estructurales ya identificadas, la más grave de las cuales, pero no la única, sería la fragilidad de las rocas sobre las que se sentaron las bases del estribo derecho de la presa.
Con esos antecedentes, no resulta nada fácil ver con optimismo las proyecciones de la nueva etapa que se inicia mañana lunes. Sin embargo, y a pesar de todas las circunstancias adversas, sólo cabe esperar que los hechos despejen cualquier duda sobre el futuro de Misicuni y que Camce Engineering Bolivian Bronch haga mañana una presentación convincente del equipo encabezado por 20 profesionales chinos especialistas en represas, que cumplan los requisitos establecidos para su contratación, y de las 30 unidades de maquinaria importadas por esa empresa para iniciar la ejecución de su parte del contrato.