Vistas de página en total

viernes, 29 de enero de 2016

no asume, se resiste el Régimen asumir que las redes abruman a la multimillonaria campaña electoral "Facebook" es de la derecha (?) no cuaja, lo que pasa es que la población se da cuenta del engaño de EVOALVAR en los recientes casos "de la factura del peluquero" y la libreta (falsa) de Alvaro García. ja, ja, ja!

Pese a que surgieron dudas sobre las dos últimas denuncias lanzadas en contra del Gobierno (el tema de la factura del peluquero y el caso de la libreta del servicio militar), la gente termina por desconfiar de la versión oficial, no solo porque las respuestas agregaron más sospechas, sino porque aparentemente, el “proceso de cambio” ya fue derrotado desde el punto de vista mediático, hecho que irrita de sobremanera a los principales voceros, que se desbocan lanzando insultos y toda clase de improperios.
Esto viene a sumarse a las acciones sistemáticas e indisimuladas por acallar a ciertos comunicadores irreverentes y a una arremetida descabellada en las redes sociales para contrarrestar la expresión espontánea de los usuarios que actúan con plena libertad y no como piensa el régimen, que considera que “Facebook pertenece a la derecha”.
Y no es porque los periodistas o los medios independientes le hayan ganado la pulseada al Gobierno, dueño de un gigantesco y costoso aparato de propaganda en el que concursan medios propios, órganos informativos comprados y otros (tal vez la mayoría) que han asumido la vocería oficialista a cambio de jugosos contratos de publicidad.
El Gobierno ha perdido credibilidad porque sus principales caballitos de batalla discursivos han fracasado en los hechos, no en terreno propagandístico. Se repetía hasta el cansancio (y se lo sigue haciendo) que la crisis no le afectaría al país y por otro lado, se mencionaba el tema de la transparencia y la lucha contra la corrupción como uno de los pilares del “proceso de cambio”, elementos que ya no convencen a los ciudadanos, insistimos, no porque la “derecha”, “el imperialismo” o los “periodistas opositores” los hubieran convencido, sino porque la gente ya comienza a sentir que se acabó la bonanza, y por otro lado, puede ver con sus propios ojos el desborde de la corrupción que brota por todos lados.
El boliviano común no lee periódicos ni escucha a los analistas que hablan de la crisis y si ahora tiene una opinión distinta a la que propala el Gobierno es porque está comenzando a sentir las cosas en el bolsillo o en la mesa. No podía ser de otra manera, después de la reducción de casi cuatro mil millones de dólares en los ingresos públicos, hecho admitido por los mismos agentes gubernamentales.
Ante semejante panorama, los voceros vienen sufriendo un vacío discursivo que se nota cuando comienzan a hablar de la luna que se esconde y el sol que se aleja del horizonte o cuando plantean la descabellada idea de que el referéndum del 21 de febrero podría desencadenar la revocatoria del mandato presidencial. Forman parte de esta misma ansiedad el desmesurado discurso de casi seis horas del 22 de enero y el insólito “tour de medios” que vienen haciendo el presidente Morales y el vicepresidente García Linera, quienes buscan palestra en los mismos órganos de prensa que constantemente están denostando.
El Gobierno ha perdido credibilidad porque sus principales caballitos de batalla discursivos han fracaso en los hechos, no en terreno propagandístico. Se repetía hasta el cansancio (y se lo sigue haciendo) que la crisis no le afectaría al país y por otro lado, se mencionaba el tema de la transparencia y la lucha contra la corrupción como uno de los pilares del 'proceso de cambio', elementos que ya no convencen a los ciudadanos.

jueves, 28 de enero de 2016

Raúl Peñaranda no está del todo convencido que Alvaro García hubiese estado en Bolivia cuando dice haberse presentado en el cuartel para cumplir con el servicio militar (+) esque como marxista no cree en los beneficios de tal servicio. luego las fechas no coinciden, será que hay un registro de viaje entre México y Bolivia en su pasaporte? la cosa da para una pesquisa.

Álvaro García Linera viajó a México a estudiar matemáticas en 1980 y retornó en 1985, dice su biografía oficial publicada en la página web de la Vicepresidencia. El texto, publicado en un bonito documento PDF fácilmente descargable, agrega que para entonces, ya abrazaba ideas radicales. Explica el texto: “En 1979 (…) era y, hasta ahora soy, un marxista seducido por la insurgencia indígena” (http://www.vicepresidencia.gob.bo/IMG/pdf/biografia_alvaro_garcia_linera.pdf).
Todo esto nos da qué pensar sobre la polémica ocasionada por las supuestas irregularidades en la libreta militar del Vicepresidente. Ha sido aclarado por el Tribunal Supremo Electoral que ésta fue entregada dentro del plazo en 2005, antes de las elecciones nacionales, y desmintió así un certificado emitido por esa propia entidad en enero pasado.
Pero las circunstancias en las que García Linera asegura haberse presentado a hacer su servicio militar generan dudas, como adelantó Amalia Pando en su programa Cabildeo. Las fotocopias de la libreta establecen que se presentó el 23 de enero de 1981 en la Escuela de Sargentos, una entidad militar en Cochabamba. Fue eximido y por ello le fue autorizado no cumplir con el año de servicio.
En primer lugar, si estaba en México, como dice su biografía oficial, ¿es razonable pensar que volvió a los pocos meses a presentarse ante autoridades militares? ¿Él, que ya tenía ideas radicales y que rechazaba la institución del servicio militar?
¿Volvió de México en medio de la dictadura de García Meza y se presentó ocho días después de ocurrida la matanza de la calle Harrington?
Además, García Linera, que no tenía en 1981 impedimento físico o psicológico que conozcamos, no podía estar seguro de ser eximido de hacer su servicio militar. Por tanto, una de las posibilidades era que no se lo declarara inhábil y que, en ese caso, fuera forzado a realizar el año completo, lo que hubiera interrumpido sus estudios en la UNAM. ¿Hubiera tomado ese riesgo? ¿Volver de México y perder sus estudios durante un año? ¿Y haberse arriesgado a la posibilidad de que, como conscripto, fuera enviado a realizar represiones militares con las que él estaba en total desacuerdo?
Su biografía, que es relativamente breve, de cinco páginas, no menciona obviamente ese supuesto retorno a Bolivia por unos meses, lo que es lógico. Pero señala, con bastante firmeza, como hemos adelantado, que volvió a Bolivia en 1985.
Es también curioso que el Vicepresidente no haya podido informar, en su belicosa conferencia de prensa al respecto, dónde tramitó ese documento militar. Además, falló al mencionar el año. Dijo 1980 en vez de 1981.
“Comencé mi trámite el año 1980 en el CITE, no, en la Escuela de Sargentos, si no me equivoco. Ya me he olvidado. El que queda por Muyurina... ahí es donde hice, inicié mi trámite”, dijo. Mmm. “¿Comencé el trámite?”. ¿No era más lógico decir, “me presenté”?
El tema de las inconsistencias sobre si se presentó o no a hacer su servicio militar es relevante porque se debe exigir a las autoridades que cumplan las normas de un Estado, especialmente aquellas que tienen que ver con los requisitos específicos para ocupar un cargo.
Más importante es el hecho de que García Linera y numerosas otras autoridades no creen en el servicio militar. De manera oficial lo respaldan para no contradecir al presidente Evo Morales, quien genuinamente defiende esa instrucción que, de hecho, es la única “educación superior” que recibió. Pero el servicio militar es una rémora del pasado que debería ser anulado o, al menos, declarado “voluntario”. Por ese camino van muchos países democráticos de la región.
El Vicepresidente suele ser maximalista y excesivo. La pose de analista que tenía antes de llegar al poder es, justamente, cosa del pasado. En años recientes ha adquirido un estilo en el que goza con utilizar los más extremos adjetivos. El martes 26, para hablar de su libreta militar, fue especialmente desmedido y desproporcionado. Quizás cometió un error de cálculo porque ahora, aparte de este columnista, deben haber decenas de personas interesadas en escudriñar si se presentó realmente, o no, a hacer su servicio militar.
Si hubiera desmentido los hechos de manera mesurada (pero en este gobierno nada se hace con mesura), tal vez todo hubiera pasado desapercibido. También hubiera pasado desapercibida la parte de su biografía en la que señala que logró títulos “de pregrado y postgrado” en la UNAM. Lo curioso es que en marzo pasado dijo, ante una denuncia de que no había presentado su tesis en México: “En todo caso quiero decirles que evidentemente yo no he hecho ningún trámite en Bolivia, el trámite de revalidación, de titulación, cuando yo estudié en el extranjero y cuando volví del extranjero, tenía que revalidar acá en Bolivia, no lo he hecho”. Este tema, con toda probabilidad, seguirá en la agenda.
El autor es periodista.

martes, 26 de enero de 2016

se atreve, es valiente El Dia, al calificar a la Justicia de prostituta, al servicio del que manda Evoalvar, al margen del inteligente texto, veamos su última decisión, dar su venia para que Evoalvar puedan usar hasta dos horas, en lugar de los 15 minutos que el Supremo Electoral había determinado. es que el Tribunal Constitucional es simplemente eso, una prostitución de la Justicia al servicio de Evoalvar. qué triste!

Todas las cumbres que ha organizado el Gobierno han sido inservibles y ahora se está convocando a una megarreunión para hablar de la justicia. La cita está fijada para el 16 y 17 de abril en la ciudad de Sucre, donde han sido convocados todos los actores involucrados en el sistema jurídico nacional y por supuesto, en primera línea estarán los movimientos sociales, cuyos líderes se han convertido en los principales adláteres de la manipulación, el contubernio, la transgresión y la impunidad ¿Qué podrán aportar? Más caos, obviamente.
Por lo menos en esta ocasión se parte de un consenso, pues no existe absolutamente nadie en este país que pueda negar que la justicia es lo peor, que la cosa ha ido retrocediendo en lugar de mejorar y que se ha convertido en un factor de malestar social al extremo de causar preocupación en las autoridades ejecutivas que son las principales causantes de la degradación que está ocurriendo en los tribunales.
La cumbre fracasará en la medida en que no se reconozcan los causantes del problema y en primer lugar se debe mencionar la estructura misma del Estado Plurinacional, que constitutivamente pone el presidente por encima de todos los poderes, incluyendo el Poder Judicial, cuya principal misión debería ser controlar el ejercicio del poder, ponerle límites y obligarlo a cumplir y hacer cumplir las leyes. Pero de acuerdo a la Constitución, que en teoría respalda la independencia y la división de poderes, la figura del primer mandatario está por encima de todo, lo que lo faculta para hacer y deshacer, imponer, nombrar y cambiar sin temor a las consecuencias.
Eso fue lo que llevó al presidente Morales hace unos años a decir que lo político está por encima de lo jurídico y que él toma las decisiones sin sujetarse necesariamente a las normas. No era una ocurrencia, ni un lapsus, sino su particular interpretación de la Carta Magna, que ensalzó aún más el presidencialismo en Bolivia hasta convertir a los poderes de la república en meros apéndices al servicio del caudillo con las prerrogativas de un monarca de la era del absolutismo.
Este modelo le ha permitido a los gobernantes actuales, proceder con absoluta libertad en sus decisiones, trastocar el edificio institucional, distorsionar el sistema representativo y asegurarse un grado de poder que les garantice la satisfacción de todos sus apetitos. El único freno a este proceso degenerativo ha sido la pérdida de popularidad y el riesgo a que se les escape el respaldo de las urnas. De otra forma, no se hubiera recurrido al Referéndum del 21 de febrero. En palabras del presidente “le hubieran medito nomás”, pues no existe manera de impedirlo.
Tener una justicia obediente, sumisa, maleable y sujeta a sus designios es fundamental para la continuidad del “Proceso de Cambio” y si ahora surge alguna ansiedad es porque semejante acto de prostitución se ha vuelto muy evidente y se ha desbordado, pues todos quieren participar del festín, buscan gozar de la impunidad, de los excesos y las ventajas que trae este sistema de cosas. Mientras no se produzca este cambio, la justicia boliviana no tiene remedio.
Tener una justicia obediente, sumisa, maleable y sujeta a sus designios es fundamental para la continuidad del 'Proceso de Cambio' y si ahora surge alguna ansiedad es porque semejante acto de prostitución se ha vuelto muy evidente y se ha desbordado, pues todos quieren participar del festín, buscan gozar de la impunidad, de los excesos y las ventajas que trae este sistema de cosas.

me gustó mucho el título que Paulovich le ha puesto a su crónica sobre el sermón, perdón, informe, perorata de Evo.


el sermón de las seis horas

Pocos minutos faltaron para que llegasen a seis horas el informe de nuestro Presidente Vitalicio al cumplirse los 10  años de su mandato, en el que también enjuició la última década los Gobiernos anteriores.
Esos datos cronológicos del informe referido me permiten titular a esta crónica como el “sermón de las seis horas” para establecer un parangón con “el sermón de las tres horas” que suelen pronunciar los sacerdotes católicos el Viernes Santo al mediodía para concluirlo a las tres de la tarde, hora del viernes santo en la que imaginamos murió Jesús en la cruz.
Este sermón de las tres horas se hizo famoso sobre todo en la época de los grandes oradores jesuitas, recordando como a uno de los más elocuentes al famoso Padre Arcuza.
Pues bien, este año en pleno mes de enero, el presidente Evo Morales pronunció lo que he dado a llamar “el sermón de las seis horas”.
Hay otros sermones famosos como el sermón de la montaña, pero éste se queda chico en comparación con el pronunciado por el jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS), al que yo podría llamarlo “el sermón de la cordillera de los Andes” por su larga duración o como dicen las chotas y cholitas actuales su “long play”. Este análisis del informe presidencial viene a cuento de una llamada telefónica que recibí de Berlín, capital de la República Federal de Alemania, donde reside hace muchos años mi tía Clothilde Quiroga viuda de Von Karajan quien sufre mucho pensando en este su sobrino periodista que sobrevive en medio de este aluvión marxista – leninista, castrista, chavista e indigenista.
Mi tía quiso saber algo de mi quehacer periodístico al cumplirse un decenio del Gobierno de Evo. Respondí a mi tía cochabambina – germana que sigo escribiendo apoyado en la eficaz colaboración de mi comadre la cholita Macacha y paisana de mi tía Clothilde y que en este momento mi reportera se encontraba escuchando atentamente el mensaje del presidente Evo y tomando notas acerca de los datos y cifras más importantes.
Mi tía Clothilde se compadeció de mi reportera cholita diciéndome que esa labor era muy sacrificada y casi heroica, pues pocas personas aguantan estar sentadas y escuchando durante seis horas la misma letanía y las mismas promesas.
Pensando en la sacrificada misión que cumplía la cholita reportera me despedí con un beso de mi tía Clothilde, prometiéndole que muy pronto le enviaría el texto íntegro del informe rendido por el presidente Evo Morales al cumplir 10 años de mandato y prepararse para otros 10 años como asegura a sus partidarios.