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jueves, 25 de noviembre de 2010

al término del papel mediador de la Iglesia en medio de conflictos nacionales qué rol le toca jugar?

Sin lugar a dudas, la Iglesia Católica tiene un papel preponderante en la sociedad boliviana, no sólo porque la mayoría de la población profesa este credo, sino también porque la propia historia del país está marcada culturalmente por el catolicismo, cuyo aporte ha sido decisivo, guste o no, en la configuración de la identidad nacional.

Ahora bien, si durante varios siglos la Iglesia Católica gozó de los privilegios que suponía ser la única religión oficial del Estado, también debió enfrentar duros momentos, como las confiscaciones de conventos y del diezmo durante el Gobierno del Mariscal Sucre, o las persecuciones anticlericales, en verdad más retóricas que fácticas, de los primeros gobiernos liberales, que de todas formas aprobaron algunas leyes a contrarruta de la doctrina eclesiástica.

Tras el Concilio Vaticano II, que supuso un replanteamiento de las relaciones de la Iglesia con los poderes públicos, con las otras religiones y con la propia sociedad laica, fue la propia jerarquía boliviana –y es bueno recordarlo- la que alentó la separación de la Iglesia y el Estado y la constitucionalización de la libertad de cultos en la Constitución de 1967.

Paralelamente, los sacerdotes dejaron de circunscribir su labor a cuestiones espirituales, ganando terreno en el plano de la promoción social y la defensa de los derechos humanos frente a los atropellos de las dictaduras militares; valiente posición que fortaleció la autoridad moral y el prestigio institucional de la Conferencia Episcopal Boliviana en el ámbito civil.

Fue con base en esta autoridad moral, junto a su indiscutible ascendiente sobre una mayoría de los ciudadanos y ciudadanas del país, que la Iglesia fue llamada a mediar –y logró hacerlo exitosamente- en diferentes conflictos, presentados entre los sucesivos gobiernos y determinados actores sociales una vez recuperada la democracia. De este modo, a partir de 1982 y hasta hace poco tiempo, ella se constituyó en el árbitro nacional por excelencia, y gracias a su oportuna intervención se zanjaron felizmente varias situaciones de grave crisis social y política.

Sin embargo, tal panorama fue cambiando de forma notoria con la llegada al poder de Evo Morales, cuyo Gobierno –que le debe tanto al impulso que dio la Iglesia a los movimientos sociales- pronto demostró que no veía con buenos ojos la intervención de ésta en asuntos públicos; llegando a atacar con dureza a algunos obispos cuando consideró que estaban saliendo de sus límites al realizar sus habituales observaciones y cuestionamientos a diversas situaciones del orden temporal, o cuando el cardenal Terrazas votó en el referendo autonómico de Santa Cruz.

En este marco, y con el mismo título de la columna de hoy, aunque todavía puesto entre signos de interrogación –“¿El fin de la Iglesia árbitro?”- publiqué en octubre de 2008 un análisis en un semanario cruceño, avizorando un escenario nuevo –y complejo- para la Iglesia Católica en el naciente Estado Plurinacional. Por entonces, la nueva Constitución estaba a punto de aprobarse y resultaba claro que con su puesta en vigencia iba a cambiar la situación de la Iglesia no sólo en muchos aspectos prácticos relacionados a su labor educativa y social, sino también en cuanto a su lugar en una sociedad claramente definida como laica (lo que es natural a estas alturas de la historia), y cuyas reglas de juego iban a ser escritas y administradas por un Gobierno de tinte laicista (lo que es muy distinto).

Así está sucediendo, en efecto, y todavía falta la parte más dura para los obispos. Si bien la Constitución no colisiona con la doctrina católica, deja abiertas las puertas a interpretaciones, leyes y reglamentaciones posteriores que podrían afectar a los católicos de a pie en tan importantes cuestiones como el tipo de currículo educativo en que son formados los hijos o en cuanto a los llamados derechos reproductivos, que podrían suponer la despenalización del aborto, debate que ahora mismo comienza a insinuarse.

Pero además, y sobre todo, ha quedado claro –con mayor nitidez todavía en estos días pasados- que para el actual Gobierno, la jerarquía católica, y por tanto la Iglesia como actor civil, ya no es más el árbitro de cuestiones políticas y sociales en el país, sino un jugador más (importante, pero jugador al fin y al cabo), al que para colmo considera situado en el lado contrario de la cancha.

De esta manera -y he aquí lo que más preocupante resulta, desde una perspectiva laica-, la institución más creíble, estable y neutral de la sociedad civil, que podría jugar un papel fundamental en eventuales conflictos y crisis futuras, como lo hizo tantas veces en el pasado, queda de alguna manera inhabilitada para este cometido, al terminar situada en una de las partes. ¿Será esto beneficioso para el país y, a la postre, también para el Gobierno? ¿Podrá alguien reemplazarla como la eficaz mediadora que fue cuando llegue el caso? ¿Y quién podría hacerlo con la misma solvencia y ascendiente?

Página Siete (Autor: Gabriel Chávez Casazola en EJU.TV)

martes, 23 de noviembre de 2010


tres imágenes de Los Tiempos en que apreciamos a las 9 damas que fueron distinguidas en Cochabamba por la entidad que cobija a las mujeres profesionales de "la llajta" entre las que destaca la jurista Gloria Sánchez de Barrientos quién recibe la presea de la dirigente, en el cuadro inferior Cynthia y Ximena Barrientos congratulan a la feliz mamá por la merecida distinción.
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entrevistado por B.Prado ve posible sacar por Ilo nuestro gas

HidrocarburosBolivia.com - En el marco del Segundo Foro Internacional del Gas (FIGAS 2010), evento exitosamente organizado por los amigos de BZ Group y Reporte Energía en la ciudad de Tarija, Christian Inchauste conversó con HidrocarburosBolivia.com sobre el nuevo panorama que representa el Perú para el gas natural boliviano y para YPFB Transporte S.A., empresa que actualmente preside.

Al respecto, Inchauste ve en el hermano país una oportunidad de abrir mercados en ultramar para el gas Boliviano hasta finales de esta década gracias al acuerdo alcanzado el pasado mes de agosto por los presidentes Alan García y Evo Morales, acuerdo que reactiva, con renovadas facilidades comerciales para Bolivia en el puerto de Ilo, un proyecto adormecido durante 18 años.

Fué el propio presidente García el encargado de dejar claramente establecido a la prensa peruana, días antes a la llegada del presidente Morales a Ilo, que Bolivia "va a necesitar un puerto por donde sacar su gas, nosotros (Perú) hemos avanzado más en la experiencia del gas, estamos en plena disposición a trabajar con ellos (Bolivia) y en las condiciones más favorables a los bolivianos".

En ese sentido, Inchauste reveló a HidrocarburosBolivia.com que YPFB Transporte S.A., dada su reconocida experiencia en el transporte de hidrocarburos por ductos, está considerando seriamente un escenario de sinergia con Kuntur, el consorcio encargado de concretar una inversión que ronda los 2.000 millones dólares para el tendido del Gasoducto Andino de Sur, una obra de ingeniería con 1.185 kilómetros de longitud que bien podría ser el vehículo para que el gas natural boliviano se abra a los mercados del Pacífico desde la costa peruana.

“Ya se tuvo una charla muy preliminar en Lima sobre el tema y existe un interesante escenario de sinergia, ellos (Kuntur) van a levantar los fondos para construir el gasoducto y dada la experiencia de YPFB Transporte en el negocio del transporte de gas nos gustaría consolidar en el futuro próximo el espíritu del acuerdo de Ilo alcanzado entre los presidentes de Perú y Bolivia” señaló Inchauste a tiempo de recalcar que contrariamente a YPFB Transporte S.A., Kuntur es un consorcio en el que participan la constructora brasileña Odebrecht y la estadounidense Conduit Capitals. “Es un actor nuevo, un Joint Venture que no está en el Core Business del gas”. Por otro lado, para Inchauste, hablar de una salida para el gas boliviano en estado líquido (GNL) por las costas peruanas no significa descartar la opción de optimizar el GASBOL para exportar el gas boliviano por la costa brasileña a los mercados del Atlántico. “Esa posibilidad es y seguirá siendo factible, ojalá podamos salir con nuestro gas por ambos extremos” concluyó el presidente de YPFB Transporte S.A.

Sobre las reservas de gas natural necesarias para concretar este tipo de emprendimientos, Inchauste señaló que “en caso de que se confirmen las cifras de Ryder Scott, Bolivia tiene diez años de reservas para exportaciones y consumo. Diez años dirán tal vez no es mucho tiempo, yo digo que es tiempo de sobra”, señaló. Después explicó que el 2011 se dará inicio a un amplio plan de exploración para reponer las reservas hidrocarburiferas de Bolivia.

Inchauste recordó la existencia de 56 nuevas áreas que quedan por explorar, las cuales YPFB está negociando y licitando con empresas petroleras que quieran realizar este trabajo y, de esta manera, obtener mayor energético tanto para la exportación como para la industrialización.

lunes, 22 de noviembre de 2010

subeditorial de Los Tiempos que nos ayuda a pensar en lo efímero de un poder de cuatro o cinco años que se atreve sin esperanza alguna desafiar a la historia y a nuestra religión

La capacidad de confrontación de las autoridades de gobierno está llegando nuevamente a extremos. En un juego malintencionado entre exaltación nacionalista, socialismo dieciochesco y religiosidad primitiva, posiciones usadas de acuerdo a la ocasión, intentan crear un imaginario de cambio que a estas alturas de la gestión sólo tiene cabida en tributarios de una mentalidad occidental culpabilizada.

Ahora se les ha dado por formar en algunas normales profesores de una supuesta religión andina, con claro tinte estatal, que aparentemente sólo servirá para solaz de quienes quieren repetir la experiencia robespierriana de la etapa más corta y más cruel de la Revolución Francesa. Y sirven para el efecto los áulicos ex marxistas –directos asesores de los funcionarios de gobierno- que gozando de los beneficios del poder ahora dicen haberse convertido en adoradores de las divinidades primitivas.

Vaya y pase si asumen esa posición como una opción individual, pero tratar de forzar una religión de Estado sobre aquellas creaciones no pasa de ser un nuevo intento de eliminar cualquier obstáculo en el mediano plazo a su proyecto de alcanzar el control total de la sociedad que muchos de ellos persiguen.

Esta nueva arremetida del poder estatal en contra de valores ciudadanos democráticos, empero, muestra importantes debilidades en la gestión. Si algo ha caracterizado a este gobierno es que aumenta sus agresiones en momentos en que se siente débil. Y ahora es el turno de la Iglesia... Pero no deberían olvidar que ésta tiene más de 2.000 años de existencia, mientras que el actual gobierno está en funciones sólo poco más de cuatro años.