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sábado, 29 de mayo de 2010

Acertada sugerencia.
Construyamos un templo a San Sebastián en La Coronilla

En La Coronilla fue erigida una ermita donde se honraba la fiesta de San Sebastián. Seguramente era ya un sitio sagrado antes de la Conquista, una huaca prehispánica, pues es una colina que domina todo el valle de Cochabamba, y por eso la Iglesia erigió allí una capilla donde se festejaba ruidosamente al santo mártir. ¿Pero qué fue de la capilla? Que fue derruida en 1731 después de que clavaron allí el brazo derecho de Alejo Calatayud en una pica, mientras otros miembros eran repartidos en sendas picas clavadas en Jaihuayco y los caminos a Tacaparí, Arque y Sacaba. Como añadidura, la sevicia de la dominación colonial ordenó la destrucción de la capilla, y el sitio donde estaba fue rociado con sal, para que jamás creciera allí la hierba.

Desde entonces La Coronilla perdió su carácter sagrado y San Sebastián se quedó sin su fiesta tradicional, que ahora dicen se celebra en un domicilio particular próximo a la Avenida Siles.

¿Qué hubiera ocurrido si existía la capilla y el culto a San Sebastián aquel 27 de mayo de 1812? Que probablemente algunas de las mujeres que resistieron el ataque del ejército realista se hubieran refugiado en la capilla y quizá Goyeneche no se hubiera atrevido a profanarla. Pero, desde entonces, la Coronilla fue escenario de corrida de toros, de fiestas cívicas, es decir, laicas, de amoríos ocultos y de refugio de jóvenes marginados por la sociedad.

Me baso en lo narrado por Roberto Querejazu Calvo en su libro “Chuquisaca 1538-1825”. En 1725, Felipe V ordenó empadronar nuevamente a los indios de las Colonias para mejorar el cobro del tributo, venido a menos por la enorme cantidad de nativos que murieron por el rigor de la dominación española y las enfermedades que trajo la Conquista, como la influenza y la viruela, entre otras. El caso es que los visitadores empadronaban también a los mestizos como si fueran indios, no obstante que por tener algo de sangre española estaban exentos del pago del tributo. Entonces, los mestizos se levantaron bajo las órdenes de Alejo Calatayud y se hicieron fuertes en La Coronilla. Se produjo un combate en Jaihuayco, donde 18 españoles fueron victimados con saña, incluido el alcalde, cuyo bastón de mando fue arrebatado por Calatayud. Era el 29 de noviembre de 1730 y los españoles se refugiaron en todos los conventos e iglesias; pero el movimiento concluyó con un acta de entendimiento suscrita el 9 de diciembre, y luego Calatayud fue capturado con engaños y ahorcado el 31 de enero de 1731. Luego, lo descuartizaron en La Coronilla, clavaron sus miembros en picas y frieron su cabeza en aceite para enviarla al Virrey. La capilla fue derruida por 70 indios a sugerencia del oidor Manuel Isidoro de Mirones (que Dios lo tenga donde ameritan sus pecados). Los bienes de Calatayud fueron confiscados, demolida su casa y rociada con sal. Todos sus parientes fueron declarados “traidores, infames y rebeldes perniciosos” y su madre fue puesta en venta como esclava, pues habría sido mulata o negra, como que a Calatayud lo apodaban el Zambo. En fin, su esposa, de 22 años, fue encerrada en el monasterio de Santa Clara.

Quizá, ésta sea la salvación de nuestra augusta Colina: restituir el culto a San Sebastián, depositado en la Catedral hace casi dos siglos, y erigir allí un santuario que podría tener miles de devotos porque es una zona popular. De paso honraríamos allí la memoria de Calatayud. (Sugerencia del escritor y periodista Monroy Block en Los Tiempos)

viernes, 28 de mayo de 2010

la opinión de un ciudadano cualquiera:

Jaime B. Claros Paz28-05-2010 06:10

En vez de negociar deberian detenerlos, prenderlos. Que será que está impidiendo una acción ejemplar de la policía. Será que ahora aprendieron educación y están tentando colocar en práctica conocimientos de relacionamiento interpersonal o alguna cosa están ocultando y si hacen lo mismo que en Santa Cruz, saldrá a flote alguna verdad. Los jefes policiales deberian renunciar en demostración de integridad personal y ética. Ese es el cambio propuesto por nuestro gobierno progresista. Hoy en dia asesinato tiene várias connotaciones y definiciones, todo depende de quien lo hace o de que lado está.

domingo, 23 de mayo de 2010

excelente editorial de El Dia. pinta de cuerpo entero al régimen sin máscara


Poder puro y duro


El mes de mayo de 2010 podría pasar a la historia como aquel en el que se conoció el verdadero rostro del Gobierno del MAS y especialmente, como los días en los que se consolidó el absolutismo comandado por Evo Morales, quien ya no esconde su afán de arraigar en el mundo la imagen del exótico autócrata de un remoto estado tercermundista.
La reciente gira de Morales por Europa tal vez sea la última que consigue abrir puertas y gozar de brazos extendidos y el primer mandatario parece haberlo intuido después de comportarse como un pendenciero en Roma y Madrid, donde además de intentar darle lecciones de moral al Papa y denunciar de golpista a un partido político español, ha acusado a los europeos de saqueadores de los recursos naturales y también les dijo que la cooperación internacional no es decisiva para Bolivia. Más le interesan las remesas de los inmigrantes y la venta de gas.
El Presidente parece decidido a echar al diablo su popularidad, dentro y fuera del país. Tanto renombre no le ayudó a conseguir ni un solo centavo de inversión extranjera y para colmo, gobiernos europeos como los de Inglaterra y Francia, se muestran cada vez menos dispuestos a aguantar las aventuras de Morales, como la reciente nacionalización de las generadoras de electricidad. Internamente, cuatro años de abultados triunfos electorales no han sido suficientes para desparramar su poder en todo el territorio nacional y el 4 de abril ha surgido como una gran alerta de que el tiempo para conseguirlo “por las buenas” se le está acortando. Existen serios indicadores de que la bonanza económica que ha acompañado al Gobierno en este tiempo ingresará en un declive y una de las pruebas de ello estriba en el exiguo aumento del 5 por ciento de aumento salarial, hecho que de por sí, ha comenzado a minar la popularidad del régimen.
Al Gobierno no le queda otra salida más que el golpismo que pretende ejecutar contra los gobernadores y alcaldes de la oposición, mientras que sigue diseminando el miedo con el aparato judicial, que prácticamente ha trasladado a Santa Cruz con el fin de darle la gran estocada al corazón del poder y la institucionalidad de la región. Ha destituido a 24 vocales de los tribunales judiciales departamentales, ha metido preso al presidente de la Corte Superior de Justicia de Pando y, en el campo de la economía, ha decidido destruir a una de las empresas emblemáticas de la pujanza cruceña, después de haber sometido a gremios importantes que otrora eran ardorosos contestatarios.
Mayo ha sido el mes en el que se ha demostrado que el narcotráfico tiene penetrada a la Policía boliviana, algo que no parece preocupar de sobremanera al oficialismo, como ya no le aflige seguir buscando los aplausos ni siquiera entre los sectores que han sido sus aliados. El poder está primero y ya se encargarán los numerosos medios de comunicación oficialistas de suavizar las cosas. El Gobierno confía demasiado en su poder y otro tanto le sucede con la dimensión mediática. Ambos factores y sobre todo, la fuerza, tendrán que acentuarse paulatinamente, si el MAS pretende sostener una dictadura de 500 años como se lo ha propuesto. En Bolivia, el más largo de estos procesos duró siete.La popularidad de Evo Morales no le ha servido para dominar todo el territorio. Ha decidido mandarla al diablo y “meterle nomás”.