Vista aérea de la vía hacia el Cristo de la Concordia, el monumento más alto a Cristo Redentor de cuantos se conocen (el Cristo de Rio tiene 33 metros, el de San Pedro 39 metros)apreciándose al fondo la Laguna Alalay. Esta zona, es la que sugerimos sea habilitada para construír la ciudadela para el Parlamento Latinoamericano, aprovechando la infraestructura existente de la Feria Internacional. Si las instituciones cochabambinas se deciden por éste lugar, habrá que estudiar las formas más efectivas de darle seguridad y total accesibilidad sea desde el Aeropuerto, cuando de las carreteras que empalman con el circuito Alalay, que poco a poco se está transformando en el más atractivo de la oferta turística del Departamento.

Desempolvar y actualizar el proyecto de Cochabamba, sede de Convenciones
Ha llegado la hora de reponer el proyecto de Cochabamba, Sede de Congresos con un moderno Centro de Convenciones para albergar al Parlamento Latinoamericano.La actualidad de la decisión tomada en Diciembre del 2006, por iniciativa nada menos que del Presidente Lula de Brasil se determinó que Cochabamba sea la sede del Parlamento Latinoamericano. No hemos reflexionado lo suficiente para vislumbrar el real significado de éste hecho. De ahí que la propuesta de cinco diversos sitios para afincar la ciudadela del Parlamento, porque de eso se trata, no simplemente de un edificio, sino de un paquete de construcciones con su helipuerto, hoteles, servicios y las reparticiones en que funcionaría en forma moderna, eficiente y totalmente dinámica el complejo, que por lo demás se constituiría en el mayor atractivo turístico y comercial de Cochabamba. Las alternativas serían Alto Aranjuez, zona norte, Coña Coña, Hotel Cochabamba (descartado por inaccesible para el extraordinario volumen de tráfico que generará el Parlamento), Escuela de Sargentos, (descartada porque no se trata de construir un bunker secreto o inaccesible) se propone también habilitar parte de los terrenos del Campo Ferial que son amplios, bien auxiliados por infraestructura comunicacional y de servicios, fácilmente accesible y que daría lugar a la incorporación en su área de influencia a todas las urbanizaciones sociales que ya existen en el lugar, su proximidad a la Laguna Alalay, al Cristo de la Concordia y al Teleférico, podrían constituir una real perspectiva que además significaría menores costos que las otras posibilidades.

Claro que del dicho al hecho hay mucho trecho, porque de la señalización del terreno dependerá el proyecto arquitectónico que ameritará la participación de profesionales del Continente Sur. La suma inicial de diez millones de dólares parece muy traída de los pelos, porque no se han dado los alcances del proyecto que pueden modificar esta, al parecer modesta suma. Cochabamba está ante un nuevo reto y debemos aceptarlo y empeñarnos en hacerlo realidad.