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sábado, 27 de junio de 2015

vamos empezar con un "previus" al texto de Carlos Valverde que trata de una generala que "denuncia y no exhibe prueba alguna contra jefes policiales" por lo que Valverde cree que nada ha de suceder. en cuanto a los comentarios tanto de Evo, como de su segundo García, nos quieren hacer creer que el Gobierno es "santo inocente de este pecado" cuando todos sabemos que el MAS apaña y utiliza al policía para cubrir sus propios pecados, y si no ahí están masacres del Hotel y Chaparina como muestras.

El Vicepresidente aseguró que “hay compras y venta de destinos (¿en la pulpería policial?) pero que se debe investigar para conseguir las pruebas para castigar “semejante barbaridad”
Es, cuanto menos, gracioso lo que se ha desatado tras de la salida de la generala Chávez del mando policial luego de algunos meses de ser la segunda al mando; una salida que, si se lo piensa bien, no tiene nada de raro, porque cada vez que hay un cambio en la Comandancia Policial, se cambia a casi todo el equipo anterior; así ha sido y así será, mientras el poder político defina quienes se posesionarán en vez de tomar en cuenta los méritos profesionales de los aspirantes al Generalato y al más alto cargo de esa Institución.
La señora Generala se va argumentando que se la discriminó por ser mujer y por investigar el interior policial donde, no es novedad, hay mucha corrupción; lo curioso es que la señora Generala no se quejó de discriminación y malos tratos cuando ascendió o mientras estuvo en el cargo, y tampoco informó sobre la corrupción policial que ventiló en los medios sin haber acercado una sola prueba real de lo que es un secreto a voces: Logias internas, compra de cargos y ascensos de destinos (hasta los varitas han reconocido que hay esquinas que valen más que otras en las calles cruceñas).
Al final, y no sin antes quitarle más credibilidad a la Institución más desprestigiada del país, la Generala entregó el resultado de su investigación interna, (que seguramente debe ser cierto). Es una pena que no haya llevado las denuncias donde correspondía; después de ello, podía, si no encontraba eco en lo denunciado, exponerlo (porque no ha mostrado nada, sólo ha sido enunciativa) a los medios; ello hubiera permitido que la gente comenzar a creer que un cambio es posible en la desordenada Institución del Orden.
Y como la “gracia” es contagiosa, resulta cómico (trágico, pero, cómico) escuchar a personeros del Gobierno salir a curarse en salud “reconociendo que hay corrupción en la Policía” aunque se argumentan que no hay pruebas de ello; entonces… ¿qué reconocen?
Así se “prendió al bochi” el Vicepresidente y aseguró que “hay compras y venta de destinos (en la pulpería policial?), pero que se debe investigar para conseguir las pruebas para castigar “semejante barbaridad”; o sea, que parece nomás que “los dimes y diretes” de la calle obligan a tomar posición y asumir que si hay rumores, es imposible no decir nada; ya vendrá un escándalo mayor que tape esto y, ahí queda.
No hay qué hacerle… es nomás gracioso este país (Tipical country, dice el maestro Paulovich)
El autor es comunicador.

jueves, 25 de junio de 2015

torta y mate de coca para Francisco. utilizar al papa para intentar engañar al mundo que la coca es buena, que los cocaleros son productores, en suma convertir a Bolivia en el país de la coca. cocaína estimulante del sistema nervioso y adictivo. cultivos en 30 mil hectáreas una amenaza a la salud mundial. Morales dirigente cocalero controla la producción ilegal destinada a la cocaina. Carlos Sánchez desde Miami nos recuerda la toma del poder por los cocaleros. el TIPNIS para cultivar MAS coca

Los cultivadores de coca ilegal en Bolivia, cuyo líder es Evo Morales, han anunciado que regalarán al Papa Francisco durante su visita a Bolivia, una “torta y mate de coca”.  Es la estrategia de este Gobierno del socialismo del siglo XXI -ahora usando al Papa- de avanzar con la falacia de que su coca es buena y que los cocaleros son agricultores y no productores ilegales de una sustancia controlada, narcótica y clasificada mundialmente como estupefaciente. El dictador Morales implementa su plan para convertir a Bolivia en el país de la coca.
La coca es un arbusto originario de los Andes Amazónicos, “mejor conocida en el mundo por sus alcaloides, de la que se obtiene la cocaína que es un potente estimulante del sistema nervioso y altamente adictivo”. La hoja de coca es el elemento indispensable de la producción de cocaína y es un “estupefaciente” clasificado en la lista 1 de la “Convención Única sobre estupefacientes de las Naciones Unidas de 1961”, enmendada por Protocolo de 1972.
En Bolivia hay dos clases de producción de coca.  La legal destinada al consumo tradicional y cultural del occidente el país, cuya extensión máxima es de doce mil hectáreas geográficamente ubicadas en los Yungas del Departamento de La Paz.  Y la coca ilegal, producida en el trópico del Departamento de Cochabamba (Chapare)  desde la década de los 80 por federaciones de cocaleros sindicalizados de los que Evo Morales es líder supremo.  Los cultivos de coca ilegal eran de  tres mil hectáreas el año 2003 y bajo el gobierno de Morales superan hoy las treinta y cinco mil hectáreas.  “El 98% de la producción de la coca ilegal va al narcotráfico”.
Evo Morales es un dirigente cocalero, nunca fue políticamente otra cosa, dirigió y dirige sus sindicatos cocaleros con verticalidad dictatorial y llegó a controlar la zona cocalera ilegal como zona libre a principios de la década de los 90; pero su feudo fue reducido y reincorporado al Estado los gobiernos democráticos de los presidentes Sánchez de Lozada (1993-97) y Banzer (1997-2001), con la aplicación de la ley, erradicación de coca ilegal, desarrollo alternativo, lucha contra el narcotráfico.
Como dirigente cocalero y con la bandera de defender la coca y discurso antiimperialista, Evo Morales instigó, planeó y ejecutó marchas, bloqueos de caminos, atentados, masacres, muertes, conspiraciones, sediciones y confrontaciones empezando la década de los 90 hasta que asumió el poder.  Con la ayuda económica y política visible del dictador libio Gadafi, del castrismo, de Chávez y la sospecha de narcotráfico, convirtió a los cultivadores de la coca ilegal en un instrumento de choque, luego en un movimiento social, más tarde adquirieron la sigla de partido político Movimiento al Socialismo (MAS) y luego tomaron el poder.
Desde el poder, Morales hizo política de estado la “legalización de la coca ilegal”.  Expulsó la cooperación internacional antinarcóticos, incluyendo la DEA, liquidó cualquier posibilidad sería de verificación. Las relaciones exteriores del Estado Plurinacional con el que ha suplantado la República de Bolivia, tienen como eje el tema de la coca. Ha presentado reclamos y alegatos a favor de la legalización de la coca en todos los foros internacionales, pero  no ha podido modificar ni la extensión de cultivos de coca legal,  ni el concepto mundial de que la coca es cocaína. Lo demuestra el informe de 2007 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, que llama a los países a “abolir o prohibir el mascado de la hoja de coca y la fabricación del mate de coca”. Finalmente en junio de 2011 el gobierno cocalero de Morales denunció la Convención de  las Naciones Unidas de 1961.
A tiempo de la visita del Papa Francisco a Bolivia, Evo Morales está perpetrando la liquidación y avasallamiento de la reserva ecológica indígena el TIPNIS, solo para ampliar los cultivos de coca ilegal de sus sindicatos. El Papa -que en la última Encíclica se refiere a la preservación de la naturaleza- obviamente sabe que “la coca es una planta esquilmante” cuyo cultivo destruye la tierra dejándola inservible y que “su cultivo y la fabricación de cocaína causan un daño severo al medio ambiente”. Aparte, desde luego, del daño a la juventud y a la humanidad por el consumo de la droga cuya prevalencia ha aumentado exponencialmente los últimos diez años.
Univisión en septiembre de 2011, la revista Veja en abril de 2013, investigadores y académicos de prestigio, congresistas en 2015, han señalado al estado de Evo Morales como un “narcoestado”. Como sin coca no hay cocaína, Evo utiliza ahora al Papa Francisco, para que se conozca a Bolivia como lo que no es: el país de la coca.
*Abogado y politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy