1. Las entrañas del poder
Susana Seleme Antelo
El Día, Santa Cruz de la Serra, 17 de enero 2018
Nadie es más esclavo que el que se tiene por ser libre sin serlo. Wolfang von Goethe
Para desgracia de Bolivia, su presidente Evo Morales y su
vice AGL son esclavos del poder en busca de su inconstitucional re-re-reelección
en 2019. Solo así podrán preservar “su buen vivir” como burgueses que ya son, y
proteger sus bienes, empresas y propiedades adquiridos de la “piñata” al Estado
y las corporaciones narco-cocaleras. La plata debe estar en bancos de solidas afinidades
políticas e ideológicas.
Son esclavos del poder que quieren y creen eterno. Se sienten el origen y
el centro de todas las cosas. Andan cargados de odios e impulsos vengativos,
pero también hambrientos de halagos y reconocimientos porque son narcisistas. Tienen
escasa prudencia al hablar, mienten sin pudor y son adictos a transgredir los límites impuestos por
las leyes y normas del Estado de Derecho. Quieren la guerra, no la paz.
Solo así se explica, entre otras variables nada menores,
que el Vice diga que Morales es “Cristo
resucitado…Evo es la resurrección del pueblo indígena”.(eju.tv Amílcar Barral).
Temeraria aseveración. Es la mentira y el engaño con fines políticos.
Bien se sabe que
ningún régimen desaparece, sin que estén dadas las condiciones para ser
sustituido por otro. En Bolivia como en
todo el mundo, el cambio es producto de una construcción-aproximación de pasos
sucesivos, sus contextos, causas y efectos; articulación, sumas y restas de
todo orden, en un determinado tiempo. Se
construye con espontaneidad de las masas o con dirección política consciente, y
está sustentada por las relaciones de poder entre quienes lo ejercen despóticamente
y entre quienes lo rechazan. Entre los
de arriba que pretenden la “homogenización de la sociedad” como en Bolivia, frente
a los de abajo que son y se saben diversos y diferentes.
La contradicción: democracia
vs. dictadura
De la contradicción surgen las
resistencias y sus luchas multiformes. En
ese campo, hace dos años, se inserta el referéndum del 21 F de 2016 de carácter
vinculante y obligatorio que dijo NO a la cuarta
reelección de la dupla esclava del poder, que desconoce la independencia de
poderes. Tanto, que obligó a los
magistrados del Tribunal Constitucional (TC) a violar la Constitución, desconocer
el 21F y habilitar a Morales-GarcíaLinera a su RE-RE-RE-RE. El argumento fue tan chapucero como audaz:
“el derecho humano” de Morales a convertirse en “presidente indefinido”, bajo la
antojadiza interpretación del Art. 23 de la Convención de DDHH de San José, Costa
Rica.
Luego vino la aprobación del nuevo Código del Sistema Penal que
criminaliza la sociedad con la intención de tenerla bajo su dominación sin
concesiones. Fue el destape para la lúcida rebelión de los médicos, con 47 días
de huelga, contra el ART. 205 que los trata como desalmados delincuentes. Ellos
tienen nuestro mayor respeto social porque nos abrieron los ojos frente a otro
atentado a derechos civiles y políticos.
Al calor de las articulaciones, las sumas y las restas, de fines
de 2017 llegó la elección de nuevos magistrados del TC. Ante el copamiento
aparentemente legal vía voto del Poder Judicial, esta vez, como en la primera, 2011, el nulo
le ganó al válido.
Esa clase media consciente tomó las calles, a la que se sumarían
los trabajadores de salud del sector público y privado, gremialistas,
transportistas, fabriles, universitarios, plataformas juveniles ya activas en la
defensa del 21F, amén de grupos de mujeres combativas y valientes interpeladoras
del poder centralista y a los demás.
La derogación del 205 y de otro artículo del
Código solo pretendió asegurar el paso del Rally Dakar. Pero no fue suficiente:
el régimen ha perdido credibilidad y aunque “le meta nomás” todos los sectores siguen
manifestándose con paros, huelgas y marchas, exigiendo respeto al 21 F, rechazo
al fallo del TC y la abrogación total del Código.
Hay restas como el
Dakar: fue un varapalo. Hubo bloqueos, gasificaciones, represión, y también la
suma de un respetuoso y sereno corredor cruceño de cuadratracks,
Leonardo Martínez. Desde el podio, a la llegada a La Paz, Martínez le pidió a
la dupla de marras respetar el 21F y la Constitución, así como él respeta a las
normas del Dakar. Él es el único corredor boliviano, que ganó un Primer Premio
en su categoría. Tiene ese y otro mayor: su vocación democrática y la
admiración de Bolivia toda.
La masiva interpelación al poder es un hecho
real. Hay
quienes desean un remate estatal ahora mismo: sacar, tumbar a Morales y
compañía ya. No es ese el camino. Debe cumplir los tiempos constitucionales y
terminar su mandato en 2019. Hasta entonces, la sociedad boliviana debe seguir la
lucha de manera multiforme. Y debe “robarles el alma”, como el Vice quiere ‘robársela’
a la clase media, desprestigiándola, humillándola, maltratándola
económicamente, debilitando su cultura. Robarles el alma a estos esclavos del poder, es
desnudar las entrañas de su poder y sacarlos del poder con nuestro voto
democrático y libre.
(Continuará)