Sorpresivamente, Achacachi se ha convertido en la capital de oposición contra el Gobierno, una suerte de ‘ciudad santa de los aimaras’, pues siempre fue emblema de movimientos indígenas en esta región altiplánica, lo cual demuestra que el Mallku sabe qué tierra está pisando. Pocos como él serían capaces de unificar a aborígenes diversos, pues, además de los achacacheños, también ha unido a pobladores del Tipnis y a cocaleros de los Yungas de La Paz.
El Mallku es un personaje de vieja data, y alguna vez relató en la prensa su cautiverio compartido con el mismo vicepresidente, el licenciado García Linera, quien seguramente tiene muchas anécdotas acerca de esa convivencia en una misma celda. Conviene recordar que fue él quien desveló muchos secretos políticos que atañen al presidente Evo, como su ausencia en momentos decisivos para ascender a la primera magistratura, mientras que el Mallku estuvo el día y la hora precisa en acontecimientos tan importantes como el derrocamiento de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Sin querer queriendo, hoy el Mallku es el protagonista number one de los sucesos que se libran en Achacachi, a no ser que el presidente Evo acepte la invitación del Mallku para visitar reinos que hoy ocupa; algo que podría suceder si el mandatario se deja seducir por su ofrecimiento: un apthapi, servido por la mejor gastronomía del lugar, dentro de ambientes alfombrados y perfumados, lo cual demuestra que el Mallku conoce bastante al presidente y maneja la situación como mejor le parece.
Como no doy un paso sin consultar con mi corresponsal ante el Palacio Real de la plaza Murillo, le pregunté a la periodista cochabambina si su opinión acerca del Mallku coincidía con la mía, respondiéndome que ella es incondicional admiradora del jefe del Estado, Evo Morales, pero que el Mallku tiene en este momento la sartén por el mango. Me dijo, además, que ella conocía las justas ambiciones presidenciales del dirigente de Achacachi. Al final Macacha y yo nos pusimos de acuerdo para ir a dar un abrazo de amistad al Mallku, que hoy reina en Achacachi.