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sábado, 17 de noviembre de 2012

Cusi y Delgado. Delgado y Cusi están perdiendo la batalla por haber creído que ésta era una democracia. ambos son víctimas de su independencia. una y otro saldrán del poder primero y luego también saldrán del MAS. se atrevieron contra el Jefe que manda a todos y en todo. Humberto Vacaflor


El juez Gualberto Cusi será sometido a un juicio penal, probablemente destituido y luego enviado a la cárcel por la justicia del actual gobierno.
Su pecado consistió en haber dicho que los indígenas del TIPNIS tendrían que buscar justicia en tribunales internacionales, porque en Bolivia no la tendrán.
Cuando el “caso Cusi” estaba en debate, surgió otro, parecido: la diputada Rebeca Delgado, presidente de la cámara baja, cometió otro acto de irreverencia: dijo que el ministro de Gobierno debería ser más responsable cuando elabora leyes que piensa remitir al parlamento.
Se suponía que Cusi era una pieza obediente del partido de gobierno, pues su elección como ministro del Tribunal Constitucional había surgido de una lista elaborada por el MAS y luego sometida al voto popular. Estos candidatos masistas salieron segundos en esa elección, después de los nulos.
De todos modos, a pesar de representar a los jueces que sacaron la medalla de plata en esta contienda, Cusi sintió que contaba con la suficiente legitimidad como para pensar por su cuenta, sin tener que pasarse la vida obedeciendo al partido que lo había inventado.
Este Pinocho de la política comenzó a creer que podía actuar con dignidad cuando dijo que una resolución del TC fue dictada por el ministro Quintana y el diputado Héctor Arze Zaconeta. Entonces, el partido Gepetto decidió sentar la mano al muñeco y le obligó a arrepentirse en público, asintiendo en silencio, con cara de torturado, un texto de humillación pocas veces visto. Ni siquiera movía la cabeza.
Pero Cusi había adquirido la perniciosa costumbre pensar por su cuenta, a pesar de que el partido se lo prohibía. Volvió a las andadas y dijo aquello sobre el TIPNIS.
Esto sí que Gepetto no podía perdonar. Todo se perdona en el MAS menos que alguien ponga en duda los proyectos en los que el jefe supremo cree con firmeza, comenzando por el TIPNIS y la carretera que deberá destruirlo.
Toda la furia del MAS se ha lanzado contra Cusi. Lo van a condenar y, si pudieran, lo flagelarían. Será mostrado como un caso ejemplarizador para que nadie más intente sacar los pies del plato en la disciplina masista.
Queda el caso de la diputada Delgado. El MAS ha decidido castigarla devolviendo al poderoso Arze Zaconeta la presidencia de diputados.
El pecado de Delgado es, primero, haber admitido que las leyes que aprueba el parlamento son elaboradas en el Palacio Quemado, y luego haber dicho que el ministro Romero debería ser más responsable en la elaboración de las leyes que remite al legislativo. Aludía a la ley sobre extinción del dominio de bienes.
Con ese nombre extraño, es otra ley que tiene el sello del señor presidente. Ha sido diseñada para asustar a la gente y para que nadie se atreva a desafiar su candidatura. Tiene la misión de hacer que todos tengan miedo de perder sus bienes y por lo tanto se abstengan de contradecir al supremo.
Ambos, Cusi y Delgado, habían sido ganados por la sensación de que podían actuar con dignidad en vista de que cuentan con  legitimidad democrática.
¡Pobres! Creyeron que esta era una democracia.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Dico Soliz de OPINION ha hecho un buen trabajo resumiendo los 8 tipos de delincuencia hoy presente an la ciudad de Cochabamba, especialmente en las zonas más frecuentadas de pasajeros como la Terminal de buses. todavía no hay la suficiente prevención y el control no es del todo perfecto

Las denuncias de robo, trata y tráfico de seres humanos y microtráfico son permanentes en inmediaciones de la zona de la Terminal de Buses de Cochabamba y en este espacio privado, principalmente en horas de la madrugada y por la noche.

Los viajeros son las víctimas más comunes de estos delincuentes, pero también quienes se encuentran cerca de este lugar considerado como “zona roja”. El modus operandi de los delincuentes los selecciona en nueve grupos que se caracterizan por cometer delitos considerados de bagatela (menores). Según el vocero de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), capitan Juan Carlos Corrales, las denuncias de estos casos en la Policía representan el 10 por ciento aunque muchas víctimas prefieren no hacer conocer su caso.

Pildoritas, descuidistas, falsos policías, maleteros, falsos taxistas, guerreros, narcotraficantes y pirañas (inhaladores de clefa) acechan la Terminal de Buses. Se suman las personas dedicadas a la trata y tráfico de seres humanos, un delito que se ha incrementado en forma alarmante en los últimos años y que en esta zona tiene como fin la explotación sexual (prostitución).
MENORES DE EDAD Las víctimas de los delitos de trata y tráfico son menores de edad, la mayoría,  se fugan de su casa o se encuentran en situación de calle. Son captadas por otras mujeres que se dedican a esta actividad. Se las encuentra en la zona de la Coronilla, detrás de la Terminal de Buses, por donde salen las flotas, cerca del parqueo, los almacenes y el surtidor. Algunos choferes de flotas y taxistas que frecuentan este lugar pagan entre 10 y 50 bolivianos. A este grupo se suman las menores inhaladoras de clefa que en la madrugada se ubican por la avenida Aroma para “ofrecer sus servicios”.
ROBOS Fuera de la Terminal están los descuidistas, en especial mujeres, que aprovechan la llegada de comerciantes por los días de feria (miércoles y sábado) para arrebatarles su mercadería.

Los “falsos policías”, delincuentes que operan entre dos y hasta cuatro personas, utilizan los taxis para sus fechorías. Sus víctimas más comunes son extranjeros, personas de la tercera edad y del área rural.  Los delincuentes aprovechan la madrugada porque es cuando los viajeros llegan de un largo viaje y se encuentran desorientados. El delito lo cometen mientras hacen su recorrido. Los falsos policías requisan a los pasajeros y sacan  los objetos de valor que en la mayoría de los casos es dinero desde Bs 200 hasta miles de dólares. Las personas que manejan mucho dinero llegan para comprar repuestos, maquinaria o son comerciantes.

Los delincuentes también se mimetizan como taxistas que esperan fuera de la Terminal y son conocidos como “maleteros”. Este modus operandi les permite arrebatar el equipaje a los pasajeros. Abren la maletera de sus vehículos y después de tener todo el equipaje adentro se dan a la fuga. Para conseguirlo, el chofer le pide al viajero que le ayude a empujar su vehículo y luego huye.

Los “guerreros” o “jaladores” aprovechan el congestionamiento vehicular y de personas para cometer sus delitos. Son jóvenes que roban celulares, carteras y billeteras, entre otros objetos de valor. Huyen a pie, la mayoría opera fuera de la Terminal y ataca a los pasajeros de los autos del transporte público que hablan por celular o llevan joyas de oro.

“Como hay trancadera, tienen tiempo para meter su mano por ventanillas y sacar por la fuerza la cartera, celular o aretes y luego se escapan”, contó Francisca Revollo, una comerciante del lugar.

La Policía identificó la ruta de escape de  estos jóvenes, ingresan a la Terminal y se mimetizan entre las personas, para huir por la Coronilla.

También están las “pildoritas” que operan dentro de la Terminal, en las flotas. En los casos que fueron denunciados en la Policía, los delincuentes son mujeres que vienen  desde el oriente. Por las declaraciones de las víctimas, ellas suben en la zona del Chapare y les invitan algún refresco que luego les provoca sueño. Al despertarse aparecen sin sus pertenencias. Se cree que son meretrices. 

Están también las “pirañas” que son los inhaladores de clefa que atacan principalmente a personas  ebrias al igual que los falsos taxistas, éstos últimos encienden su calefacción para que su víctima entre en un sueño profundo y luego les arrebatan sus pertenencias. El microtráfico es común cerca de la Terminal.

Extranjeros están expuestos a todo

El centro de atención de los delincuentes que operan en inmediaciones de la Terminal de Buses también es grupos de extranjeros, a quienes atacan los “descuidistas”, “falsos policías” y “maleteros”.

Los “descuidistas” suben a las flotas, como cualquier pasajero con su equipaje, después de comprar su Derecho de Terminal y detectan los objetos de valor. Para cometer su delito hacen caer monedas y aprovechan el descuido  de las personas para sustraer laptops, maletines, bolsos, entre otros, y luego darse a la fuga. 

En el equipaje de estos delincuentes se detectó que tenían bolsas negras y de yute para esconder lo robado y gorras para cambiar su apariencia. Se mimetizan entre los pasajeros pero el control en la Terminal de parte de la Policía permitió su aprehensión. 

Una de las bandas delincuenciales que fue desarticulada en los últimos años estaba conformada por falsos policías que tenían como víctimas a extranjeros. 

El último caso se registró en el departamento de La Paz donde asesinaron a dos turistas austriacos y un español. 

El modus operandi de la banda de Ramiro Milán era secuestrar a turistas y obligarlos con torturas a entregar sus tarjetas de crédito y débito, además de sus claves, para extraer dinero de los cajeros automáticos. Así, habría obtenido 17.000 dólares de sus víctimas. Para cometer los crímenes, habría organizado una banda de policías falsos e incluso armaron en una vivienda una supuesta oficina policial. Milán también operaba en el departamento de Cochabamba donde se le encontró trabajando como taxista.

“Zona Roja” por el colapso y hacinamiento

La zona de la Terminal de Buses es considerada “zona roja” porque en este lugar confluye la delincuencia.

Esto se debe a la presencia del mercado, bares, lenocinios, alojamientos, centros penitenciarios y los inhaladores de clefa. Esto provoca el hacinamiento de las personas y la presencia de delincuentes. 

Dentro de la Terminal se ha intentado disminuir la delincuencia con la implementación de un sistema de cámaras de seguridad ante el colapso por la cantidad de viajeros y empresas que operan en este lugar. 

Para el director de Tránsito Terminal, teniente coronel Alfonso Mendoza, el espacio ya no es adecuado para los viajeros y las flotas; la seguridad se pone en riesgo. Cada día llegan y salen de la ciudad al menos 10 mil pasajeros, cifra que se incrementa en un 50 por ciento en la época de vacaciones. Son alrededor de 400 flotas del transporte interdepartamental de aproximadamente 65 empresas que operan en este lugar.

“La Terminal ha quedado reducida. No abastece la cantidad de empresas y tampoco el espacio. Intentamos poner orden, pero es muy difícil”, dijo.

Los buses deben realizar largas filas en las afueras de la Terminal para ingresar a la Plataforma de embarque porque ya no hay espacio, lo que retrasa los viajes. Las filas en la parte de atrás de la Terminal terrestre llegan hasta la zona del Cementerio. Muchos pasajeros ante esta situación deciden bajarse en el camino exponiéndose a la inseguridad. El año pasado una persona perdió la vida al ser atropellada por un bus que retrocedía para emprender su viaje. 
MEDIDAS Desde la administración de la Terminal informaron que se realizan esfuerzos  para evitar la delincuencia. Para esto se instalaron hace cuatro meses al menos 10 cámaras de seguridad que abarcan el interior de la Terminal, el parqueo y los andenes. Por otro lado,  se contrató personal de empresas de seguridad privada. Los resultados son positivos en casos de trata y tráfico de personas, explicó el administrador quien además señaló que la Policía y Fiscalía solicitan archivos de video para procesos de investigación que llevan adelante.

Pero en los casos de robos por falsos policías es difícil identificarlos toda vez que se encuentran en la parte exterior de la Terminal. En una oportunidad, Vidal Solíz fue asaltado por dos sujetos que abordaron el taxi donde se encontraba con su esposa. El vehículo que contrataron en la madrugada avanzó cerca de 10 cuadras y los delincuentes le arrebataron Bs 200 de su bolsón después de revisarlo con el argumento de que tenían una denuncia de narcotráfico. Ese dinero era para sus pasajes. Cuando retornó a la Terminal en busca de que alguien le ayude a identificar a los sujetos,  no había ningún policía. En otro caso, un joven fue apuñalado en el pecho por inhaladores de clefa que intentaron quitarle su celular. La víctima perdió la vida.

La prevención es una medida frontal contra la delincuencia

Tcnl. Henry Terrazas | Director Seguridad Ciudadana

Conocemos el problema de la inseguridad en la Terminal de Buses y podemos decir que pasa por la falta de coordinación y decisiones para superarla.

Si bien es una instancia privada, desde la dirección de Seguridad Ciudadana de la Gobernación hay preocupación es por eso que hemos realizado inspecciones y recomendaciones porque consideramos que hace falta contar con personal para los trabajos de prevención. 

La reacción debe ser inmediata después del monitoreo con cámaras de seguridad, pero éstas deben ser adecuadas a este espacio porque actualmente parece que es más para el control del personal de la Terminal. Lamentablemente, el personal policial no es suficiente.

En el orden preventivo no se ha trabajado, están abocados sólo a actuar de manera reaccionaria ante un delito. Si bien trabajamos en el tema de las campañas para evitar la trata y tráfico, éste es sólo un problema en la Terminal de Buses. La solución a la inseguridad pasa por un plan estructural donde creemos que el Sistema de Identificación Adicional de Vehículos (Siave) puede ser una solución al incremento de delitos que se cometen en vehículos como también los atracos a taxistas. Adicionalmente se deben retomar otros planes para el control de placas, tarjetas, pintado, radios, gps, etc. en un solo cuerpo normativo. Se debe trabajar en un reglamento que se trabaje a nivel municipal y llegar a un nivel departamental porque los problemas de inseguridad si bien se concentran en la Terminal de la ciudad también es frecuente en la Terminal del Trópico y del Valle Alto y Bajo. La Terminal ha quedado pequeña, hay tráfico y congestionamiento dentro y también fuera y en la madrugada y la noche la inseguridad es mayor y la presencia policial es nula. Deben darle condiciones a la policía.