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viernes, 6 de noviembre de 2015

el autor del editorial muestra su conocimiento profundo de la geopolítica, de la historia nacional y se adentra en la problemática de Evo Morales de quién sostiene que tal vez sea demasiado tarde para volver a vestir aquella chompa a rayas con que apareció ante el mundo entonces prometía humildad, paz (no la violencia de hoy con Chaparina, Hotel Américas, La Calancha, etc.) hoy viste soberbia y prepotencia

La gira internacional que hace en este momento el presidente Morales nos remite a ese primer recorrido que hizo por varios países del mundo ni bien resultó ganador en las elecciones de diciembre de 2005. Aquella vez vestía esa chompa a rayas que nunca más volvió a ponérsela y como ahora, fue bien recibido por los diferentes líderes, como corresponde a un planeta globalizado que promueve las buenas relaciones y la interdependencia.
Y no es que el Primer Mandatario no haya viajado en estos diez años, seguramente ha sido su principal actividad, pero esta vez es diferente, no solo por los objetivos que se plantea, sino también por la actitud que manifiesta y por eso es comparable a aquel viaje en el que se ganó el aprecio de todos por su sencillez, el discurso conciliador y sus promesas de cambiar Bolivia de la mano de los derechos humanos, la equidad, la inclusión y otros valores muy discutidos hoy.
La gira de Evo Morales comenzó en Nueva York y ya sabemos a qué fue y ahora está en Europa, donde ha sido recibido nada menos que por Angela Merkel, la líder más poderosa de Europa, la más exitosa y la única que ha podido sortear con fortaleza la crisis económica, gracias a su pragmatismo y a su alejamiento de las políticas paternalistas que han llevado a la quiebra a varias naciones, sin mencionar lo que ocurrió con Grecia, el ejemplo más patético.
Los agentes del proceso de cambio deberían responder ahora por qué ha tenido que pasar tanto tiempo para que se produzca este encuentro, aunque ir hasta Alemania es demasiado lejos, pues todavía está pendiente una visita oficial de Dilma Rousseff a Bolivia y principalmente, una entrevista con Barack Obama, que a saber de trascendidos diplomáticos, el gobierno boliviano ha estado gestionando con insistencia.
Claro, durante todo este tiempo, fueron más importantes las relaciones con Cuba, con Venezuela, con Libia, Irán, con naciones africanas, con aquella pléyade de dictadorzuelos que vinieron para la cumbre G-77, con grupos de dudosa reputación y con toda una serie de instancias estatales y no gubernamentales sin ninguna trascendencia para la vida de los bolivianos. Ni siquiera con China o con Rusia existe una agenda de cooperación sólida como la que siempre ha existido con Alemania, con Estados Unidos  o con Japón y todos has sido asuntos de transacción comercial, compra de “cachivaches” y apoyo político, aspectos en los que los bolivianos hicimos el mayor gasto.
En este periodo Bolivia ganó notoriedad, pero lamentablemente ha sido a fuerza de lanzar dardos punzantes en todas direcciones, mantener una posición soberbia y desafiante en todos los frentes y en ocasiones hacer gestos inamistosos como la expulsión de ONG y agencias de cooperación, el retiro del embajador de Estados Unidos y el conflicto con la Embajada de Brasil, todos ellos absolutamente gratuitos y de alto costo para el país, puesto que de qué sirve la soberanía y la dignidad tan mencionadas si hoy estamos nuevamente de rodillas ante el mundo, pidiendo créditos, clamando por inversiones y exigiendo la cooperación de las potencias. Tal hoy sea tarde para volverse a poner la chompa a rayas.
En este periodo Bolivia ganó notoriedad, pero lamentablemente ha sido a fuerza de lanzar dardos punzantes en todas direcciones, mantener una posición soberbia y desafiante en todos los frentes y en ocasiones hacer gestos inamistosos como la expulsión de ONG y agencias de cooperación, el retiro del embajador de Estados Unidos y el conflicto con la Embajada de Brasil, todos ellos absolutamente gratuitos y de alto costo para el país

martes, 3 de noviembre de 2015

mitomanía es lo que tiene Evo, afirma Tuto Quiroga presidente de la Democracia Cristiana, "sufre de un ataque de mitomanía" porque falta a la verdad en forma permanente. niega la verdad y deforma los hechos, mal de parte de Evo, no lo puede negar.

El expresidente y líder del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Jorge Tuto Quiroga aseguró que el presidente Evo Morales sufre de un "ataque de mitomanía" porque falta a la verdad de forma permanente y en especial respecto a sus mandatos desde el año 2006.
"Y sé que el MAS tiene una mitomanía. Don Evo Morales tiene un ataque de mitomanía feroz. Mitomanía es aquel que de forma compulsiva falta a la verdad y tiene delirios de grandeza y se cree en sus propias mentiras", manifestó Quiroga en una rueda de prensa.


Sus declaraciones se producen a pocas horas de que la Asamblea Legislativa apruebe la Ley de Convocatoria al Referéndum para la reforma parcial de la Constitución Política del Estado y permitir al presidente Evo Morales y vicepresidente Álvaro García Linera que en 2019 puedan habilitarse como candidatos.
Según Quiroga, Morales tiene una actitud mitómana porque primero desconoció su primera gestión de gobierno, para que el Tribunal Constitucional avale "su tercer mandato (2015-2020)"; sin embargo, en el mes de octubre celebra el haber "rebasado en años de gobierno al presidente Andrés de Santa Cruz", cosa contradictoria, afirmó el líder político.
Para el expresidente, el gobierno mintió porque durante la aprobación del proyecto de Constitución Política del Estado, se comprometió a que el periodo de 2006 iba a ser contabilizado como su primer mandato para efecto de futuros cómputos. No obstante este compromiso fue desconocido.
Añadió que asumirá dos acciones, una vez que se apruebe la Ley de Convocatoria al Referéndum "una denuncia internacional" y posteriormente mostrar a la población que por encima de las pretensiones de los mandatarios está la "defensa de la democracia y las libertades".
Asimismo, recordó -a Morales- que durante su gestión y específicamente la exministra de Desarrollo Rural Tomasa Yarwi entregó la concesión de la radio Kawsachun Coca en el Trópico cochabambino.
Por otra parte, manifestó que el jefe de Estado ha perdido la dimensión de los problemas que está generando la producción de cocaína. "Parece que no se da cuenta que el problema del chapare es la cocaína que se produce", manifestó.

lunes, 2 de noviembre de 2015

SE vive "el mundo de la fantasía" viaja en avión al menos 5 dias a la semana, inaugura canchas de fulbito, asiste a comilonas con chicha o wisky etiqueta "azul su color favorito", no gobierno, salvo los miércoles que inicia la sesión de Gabinete y acto seguido parte por el aire, donde sea, total Juan Ramón ya le trazó la hoja de ruta, previamente oficiales en helicóptero se anticipan una semana antes, organizan "la challa" alcohól, comida,mixturas, banda de música y cholita jóvenes que no pueden faltar...todo para el frenesí que vive SE. Manfredo Kemppf de nuevo da en el clavo

Es responsabilidad de S.E. haberse embarcado en esta forzada reforma a la Constitución que será sometida a referéndum, al parecer en febrero próximo. Todo el mundo sabe que la modificación del artículo 168 de la Carta Magna no es otra cosa que darle gusto a S.E. para que esté tranquilo durante toda la gestión que le queda por delante y pueda candidatear en el 2019, sin mosquearse siquiera. Es el prorroguismo pensado, planificado, acordado, que sale del seno del MAS y que resulta otra ficha clave puesta en el tablero que busca la eternización de S.E. en el Gobierno.

Pese a que S.E. afirmaba que estaba dispuesto a sacrificarse una vez más por la patria si el pueblo se lo pedía, aunque su deseo era poner un chiringuito en el Chapare y ganar plata ofreciendo su imagen para que los turistas se fotografiaran con él -¡vaya modestia!-, se sabe que nada le gusta más que gobernar. 

En vez de gobernar, quiere ser presidente cósmico, que es distinto. No estar perdiendo el tiempo sentado en la silla del Palacio leyendo informes, ni mirando números ni enterándose de algunas cosas malas que le podría contar algún ministro honesto. Eso es para los que gobiernan en juntucha. Es oficio de mandatarios yescas.

S.E. quiere que lo lleven de un lado a otro inaugurando obras con fanfarria y fútbol, viviendo la fantasía del País de las Maravillas, donde todo sea aplausos y éxitos. ¿Qué pensará de sus antecesores? ¿Qué todos eran unos burros y unos incapaces? Pero, claro, si no podían pagar doble aguinaldo (apenas uno y sudando), ni podían viajar a Europa o Asia en un súper-jet sin pedirle permiso a la Asamblea, ni podían inaugurar una o dos obras diarias. Nadie le ha dicho a S.E. que los ‘neoliberales’ tenían que gobernar, trabajar y traspirar. Que tenían que sacar cuentas siempre con números en rojo y plagados de bloqueos. Aunque S.E. es muy vivo y sabe que los anteriores presidentes recibían una décima parte de recursos que él y que él no ha hecho diez veces más cosas que los que se fueron.

Ahora sí que se pueden sembrar nabos en las espaldas de los bolivianos. Así que en vez de perfeccionar la democracia, S.E. ha decidido por africanizarla, que no es lo mismo. Es decir que en vez de imitar a un Humala, Santos, Bachelet, Tabaré Vásquez, ha preferido ir por la senda de los africanos peligrosos como Mugabe, Obiang, Nguesso, Kabila, Campaoré y del tutsi ruandés racista Kagame. ¡Kagame! ¡Pero si es el colmo!

domingo, 1 de noviembre de 2015

con energía Los Tiempos sigue en la línea de criticar la forma de adjudicar "obras prescindiendo de lo reglado" es decir, desechando la calificación previa y la consulta, porque estas contrataciones por la via directa, sin licitación están perforando la credibilidad y provocando enormes daños a la economía.

Una revisión de las noticias que más dudas han diseminado durante los últimos tiempos sobre la manera como el Gobierno nacional, así como las gobernaciones y alcaldías, están administrando los dineros del país, dará un resultado incontrovertible. Es que todos los casos de corrupción y de la mala calidad de las obras entregadas que han ido saliendo a la luz pública tienen un elemento en común que lleva el rótulo de “adjudicaciones directas”.
Los ejemplos que ilustran lo dañina que es esa práctica son de lo más abundantes. En Cochabamba, por ejemplo, tenemos los casos del puente que se desmoronó hace unos días o la ya larga cadena de misteriosos contratos que se han hecho de manera irregular para llevar adelante el Proyecto Misicuni. Ambos casos se destacan noticiosamente por lo desastrosos que son los resultados, pero no son los únicos ni mucho menos. Por el contrario, son sólo dos pequeñas muestras de un mal que está extendiéndose como un cáncer que tiende a convertirse en una fuente inagotable de problemas y descrédito para los gobernantes y de frustraciones para la ciudadanía.
El asunto no es nuevo, pues hace ya más de tres años que una serie de investigaciones periodísticas llamaron la atención sobre el asunto. En efecto, en agosto de 2013 hacíamos notar en este espacio editorial que, según datos oficiales, la suma de los fondos públicos adjudicados “por excepción” en forma directa a empresas privadas proveedoras de bienes y servicios al Estado ya superaba en ese entonces los 2 mil millones de dólares.
Si hace tres años ese era el monto destinado a adjudicaciones directas, no es difícil suponer la magnitud actual, pues aunque no hay datos actualizados disponibles, se puede suponer que la cifra se ha multiplicado en una proporción similar a la de las inversiones públicas.
Al referirnos a ese tema en este espacio, el 3 de agosto de 2013, decíamos que “más alarmante aún que la enorme cantidad de dinero que está involucrada en este tipo de transacciones tan poco transparentes, es que no es de ningún modo infundada la sospecha de que no son consecuencia de una mala racha de circunstancias “excepcionales”, sino la más clara manifestación de toda una política del Estado respaldada por disposiciones legales que le dan a esta práctica cierto aspecto de legalidad. Es el caso del Decreto Supremo 224, en el que se amparan quienes disponen de los recursos públicos como si de su propio patrimonio se tratara”.
“No puede haber argumento que valga a la hora de justificar la creciente arbitrariedad con que se dispone del patrimonio colectivo, mucho menos si el carácter excepcional que se pretende dar a esa práctica ha dejado de ser tal para pasar a convertirse en algo habitual”, decíamos, y concluíamos afirmando que “todo eso crea condiciones óptimas para la proliferación de sospechas, dudas y susceptibilidades, lo que no hace nada bien a la imagen de las autoridades que dan ni al prestigio de las empresas que reciben las adjudicaciones directas”.
Con esos antecedentes, y a la luz de las malas experiencias de las que estamos siendo testigos, lo menos que puede exigirse a los gobernantes es que rectifiquen su conducta.