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jueves, 23 de junio de 2016

certera como una lanzera experta Susana Seleme muestra el proceder de EvoAlva, verdaderamente asustados por "el tráfico de influencias" que sí hubo y que no pueden ocultar.

De los escarmientos al poder
Susana Seleme Antelo
Santa Cruz de la Sierra, El Día 23.06.16
                                                                                         
                                            Al pueblo “Se podrá hacerle creer fácilmente una cosa, pero                                                                           habrá dificultad para hacerle persistir en esa creencia” .
                                            Nicolás Maquiavelo, El Príncipe,  Capítulo VI.

Tráfico de influencias, corrupción, secretismo, mentiras, ausencia de ética personal y política, promiscuidad a granel, mientras Gabriela Zapata es la rehén encarcelada por sus antiguos amores machistas y patriarcales. Ese parece ser el resumen más apropiado de la trama entre el régimen boliviano, la señora Zapata  y la empresa China National Construction and Agricultural Machinery Corporation (CAMC).
 El gobierno trata de eludir su responsabilidad para restaurar su imagen y la de su presidente, Evo Morales “el insustituible”, según otra Gabriela, la Montaño. Pero “Desnudar al rey” y sacarle los trapos sucios  de corrupción a vista y paciencia de Bolivia y el mundo, merece castigo, escarmiento ejemplarizantes, cárcel y exilio incluidos.
No importan costes humanos ni materiales, ni la indefensión jurídica en que queda la ciudadanía frente a una administración de justicia que va  a paso de vencedores con bayonetas y guillotinas judiciales en ristre. ¿Por qué no “sentarles la mano” a los “mentirosos”,  dicen Morales y el Vice, si en diez años lo han hecho sistemáticamente?
Hoy ya no ocultan sus impulsos totalitarios. La mejor prueba es el desconocimiento de los resultados del referéndum del pasado 21 de febrero,  cuando se les dijo NO a su intento continuista para una cuarta elección en 2019. Ese NO fue un escarmiento al poder, como otros anteriores, siempre mediante el voto. Pero insisten, como fieras heridas desbocadas. Buscan modificar la Constitución para llamar a una nueva consulta que les permita la prorroga indefinida en el poder, del que han hecho un botín de guerra, como en los llamados socialismos del siglo XXI”.
Sin embargo, ni la maquinaria judicial, ni su cohorte de inquisidores al  servicio de un poder que quieren eterno, ni los libretos que hoy le hacen contar a Gabriela Zapata para que se desdiga de todo lo dicho antes,  pueden tapar el sol con un dedo. Todo apunta a que sí hubo tráfico de influencias con funcionarios políticos del más alto nivel. Si no, ¿de dónde toda la plata que manejó Zapata en estos años? También hubo secretismo sobres asuntos de interés público, gestión e inversiones de altísimo coste con la CAMC,  que firmó contratos con el régimen boliviano por $us 560 millones sin licitación.
¿Fue solo Zapata quien armó todo el engranaje para la adjudicación por invitación directa de esos contratos? Ella no los firmó. ¿Cómo se tejió la suspensión de ejecutar una boleta de garantía de la CAMC por incumplimiento de contrato? ¿Quien instruyó a la Comisión parlamentaria que investigó ‘el caso’ para que  concluyese con un no hubo tráfico  de influencias ?
No hay que ser Sherlock Holmes para deducir quién o quiénes. Al no haber existido tal delito, como afirma la mayoría oficialista, armaron otra puesta en escena,  con otro tipo de tráficos. De ese modo, lo importante -el tráfico de influencias- quedó  en la nebulosa, para dar paso a las urgencias del poder que ahora aparece como víctima de una confabulación.
El meticuloso observador de la escena política que fue Nicolás Maquiavelo, previó hace más de 500 años, la dificultad de que el pueblo persista en una creencia. Si no persiste, se siembra el miedo, el temor, la advertencia, y el castigo, como han hecho y hacen Morales y compañía.
A estas alturas, la sociedad boliviana ni creyó ni cree que este ‘caso’ hubiese sido armado por la oposición, o por un abogado “sin libreta de servicio militar”, que tampoco tiene el Vice. Al abogado Eduardo León se le vulneraron sus derechos, como el debido proceso, después de pasar por una detención y  encarcelamiento arbitrarios, propios de dictadores.
El ‘caso’ tampoco fue armado por una “mafia mediática” de prensa y periodistas, que dieron la voz de alarma, haciéndose eco de la denuncia del periodista Carlos Valverde Bravo, hoy a buen resguardo fuera del país. Los medios de comunicación hicieron seguimiento de la información, como corresponde a la libertad de prensa, que da batalla frente al poder que la quiere ciega, sorda y muda.  El poder también apunta al  investigador Diego Ayo y le exigen que se retracte de la denuncia que hizo sobre el “modelo vicioso de gestión pública” en el Fondo Indígena. Excesos tras excesos.
En aras a la verdad, tan venida a menos, si en Bolivia existen mafias,  son las de narcotráfico en connivencia con  otras mafias.  Como las de la antipolítica,  que ha mutilado la política y su campo de acción, eliminando el debate político que debió haber esclarecido del tráfico de influencias y sus concomitancias, entre otros ilícitos. En cambio, el secreto se mantiene como fuente de poder y se dedica a  escarmentar a quienes osaron desnudar al rey y su cohorte sin título, sin libretas y otras ausencias. 
Por eso, el NO del referéndum del 21 F pasado, fue un escarmiento al poder político. La ciudadanía ya estaba cansada de la impostura, la farsa y el derroche impúdico de los ingresos de la década de bonanza. Había perdido credibilidad, y no precisamente porque ‘el rey estaba desnudo’, pues entonces poco se sabía de la red de mentiras, secretismo, corrupción y promiscuidad.
Hoy, en una última encuesta sobre un hipotético  nuevo Referéndum, el NO vuelve a ganar con marcada diferencia: 58.1% frente a 36.8 % del Si. Vale decir, 21.3 % para el NO. Otro escarmiento al poder.  
En la actual sociedad de la información-comunicación y su velocidad en tiempo real, si insisten, volverán a perder  y tendrán más escarmientos, pues, como también escribió Maquiavelo, "He enseñado a los Príncipes a ser tiranos, pero he enseñado a los pueblos a destruirlos”.


miércoles, 22 de junio de 2016

"no te vayas papito, no te vayas, tenecesitamos" clama Gabriela chupamedias y el aclamado responde "no le daré gusto al Imperio que pretende echarme como a Cristina, como a Dilma y como pretende también con Maduro", el sueno acabó según Demetrio Reynolds, cuando despertó la lamberta Montano seguía clamando "no te vayas, no nos dejes". texto imperdible de "suenos que son sólo suenos".

“¡No te vayas, papá, no te vayas! Te necesitamos por siempre aquí en la tierra, por favor no te vayas… Está bien, está bien, Gabriela. Yo no pienso en irme; sólo el imperio me quiere desalojar, como lo ha hecho con Dilma y con Cristina, y como pretende hacerlo también con Nicolás; pero yo no le voy a dar gusto. Ya sabes, he venido a quedarme. No te desesperes, no llores...”.
Cuando desperté, había estado entre una muchedumbre que deliraba gritando el nombre del jefazo. Medio inclinado sobre una banqueta rústica me había quedado dormido. Y creo que de algún modo, entre el sopor y la vigilia, se traslapaba la realidad con el sueño. La estridencia de las palmas terminó por despertarme, y entonces vi lo que pasaba: En medio de la eufórica algarabía de la gente, la presidenta de los diputados seguía hablando.
Un gran cartel al frente decía: “XII Congreso Ordinario de la Federación Campesina de Mujeres del Trópicos de Cochabamba”. ¡Ah de eso se trata! Y qué más, dale sin tregua con la sin hueso, doñita. Yo también, para no desentonar, batiré palmas furiosamente, como si fuera un beneficiario más que clama al Evo. “Y así como les decía, hermanas y hermanos, no es posible encontrar en toda la faz de la tierra un líder de su talla; sólo cada 100 o 150 años aparece como por milagro en los pueblos. Por eso es insustituible, único. Lo necesitamos muchos años más, necesitamos de su visión política. Por él, nosotras las mujeres, somos capaces de dar la vida”.
Alguien nos dijo que somos un pueblo pasional. Aun tratándose de gente instruida, que ha pasado por todos los niveles escolares, lo que menos demuestra es la capacidad para razonar. En cambio, nos encendemos con facilidad; somos “termocéfalos” (cabeza calientes). Tamayo en su Creación de la Pedagogía Nacional anotó atisbos psicológicos sorprendentes; él ha dicho que nos mueve una gran fuerza emocional; pero nos falta desarrollar la razón que oriente con lucidez nuestras vidas. Hoy, en 2016, está en auge la anomia social, con gente que no vacila en ignorar la ley toda vez que estorba sus ambiciones.
Volvamos al tema. Cuando la facundia se desata, no hay cómo pararla; es una patología atroz e indomeñable. A la oradora del trópico se le dio por hablar hasta por los codos. Y habló. Expuso una interesante teoría de la mentira de patas cortas; como la corrupción del Fondioc, como la “cara conocida” de la otra Gabriela o como la conspiración de algunos medios de prensa. Añadió que también otros traman golpes de Estado, pero que éstos no tienen ni patas. Por lo que los tienen sin cuidado.
¿Guerra sucia? Dicen que “no hay que mentar la soga en la casa del ahorcado”. Así debe de ser. Los más de los políticos no saben de otra clase de guerra. Si supieran, dejarían de ser políticos. No llegarían a ser Gobierno nunca.

lunes, 20 de junio de 2016

de qué mentiras acusa Evo a los medios? es mentira que tuvo relación con Gaby? es mentira que vivieron juntos "conchavados" por más de dos años) es mentira que Evo la protegió y le dió ocasión de enriquecerse con empresarios chinos en negocios con el Estado? de qué mentiras habla? hay una ofensiva rabiosa contra la prensa independiente, no es verdad?

La insistencia del presidente Evo Morales de atacar a los medios de comunicación por supuestas ‘mentiras’ en el caso Zapata, la resolución de un juez de pedir listas de periodistas que cubren dicho escándalo y la apertura de un proceso penal contra una periodista del diario Extra configuran un clima aún más adverso para el ejercicio del periodismo y afectan –de hecho– la libertad de prensa en el país.

En línea con el virulento ataque del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, que acusó la existencia de un “cártel de la mentira”, Morales no hace más que repetir una cansina e infundada perorata política contra medios de comunicación y periodistas que no hacen otra cosa más que informar sobre un caso que viene dominando la agenda informativa desde febrero. El caso continúa abierto y todavía no sabemos si hubo o no tráfico de influencias por el nombramiento de Gabriela Zapata, exnovia de Morales, en la empresa china CAMC. Una investigación independiente debería dilucidarlo.

En ese marco, el juez Primero de Sentencia, Gonzalo Yépez Portugal, solicitó a seis organizaciones periodísticas –entre ellas a EL DEBER– que presenten grabaciones y publicaciones sobre las acusaciones de Gabriela Zapata, exnovia de Evo Morales, contra el ministro de Obras Públicas, Milton Claros. Hasta allí casi no habría mayor problema, dicho material fue publicado y está disponible en cualquier archivo de prensa del país. El conflicto surge cuando el juez reclama, además, una lista con los nombres de los periodistas que elaboraron dichas noticias, en un exceso de sus competencias y atribuciones inadmisible según las leyes vigentes en Bolivia.

El magistrado debería leer y recordar el artículo 28 de la Ley de Imprenta, que señala que los funcionarios públicos que tengan observaciones sobre las noticias publicadas deben dirigirse a un Tribunal de Imprenta, única instancia para dirimir ante un eventual delito de prensa. En ese contexto, el vicepresidente Álvaro García Linera señaló que una “mafia mediático-política” forzó el escándalo Zapata y advirtió con llevar a los comunicadores ante la justicia.

Estamos, de hecho, ante una ofensiva política contra la prensa independiente, lo que afecta a uno de los pilares fundamentales de la democracia en Bolivia. Las organizaciones periodísticas expresaron con claridad su preocupación y advierten con recurrir a instancias internacionales, en caso de mantenerse esta ofensiva jurídica y política contra la prensa independiente