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sábado, 5 de abril de 2014

segregación en las Fuerzas Armadas "Aparthaeid" le llama Andrés Gómez de ERBOL y reclama por el término de los privilegios de la oficialidad. recordar que así como están, discriminando y divididas en Oficiales (de primero) y Suboficiales (militares de segunda) los tiene y mantiene EVO. pretender cambiar puede "resultarle muy peligriso a EMA.

Entre 1876 y 1965 regían “las leyes de Jim Crow” en EEUU, particularmente en el sur, bajo el lema “separados pero iguales”, y se aplicaban a los estadounidenses negros. Es decir, era legal la segregación en las escuelas públicas, transporte y otros lugares. Había baños y restaurantes para blancos y negros. El Ejército no se salvó de la exclusión en sus filas.
son los que usan "charreteras" privilegiados o militares de Primera.
Desde el Siglo XIX hasta el Siglo XX (1992) rigió el apartheid en Sudáfrica y Namibia por imposición de los afrikáner. En 1953 se establecieron zonas segregadas, playas, autobuses, hospitales, escuelas y hasta bancos. En 1970 la educación de un escolar negro costaba el 10 % del presupuesto asignado a un escolar blanco. Vale decir, había una playa, una escuela y un presupuesto para blancos y otros para negros.
En la segunda década del Siglo XXI, año 2014, rige una especie de apartheid en las Fuerzas Armadas (FFAA) de Bolivia. Como en EEUU en 1876 manda el lema “separados pero iguales”; los oficiales como los afrikáner tienen su universidad (Escuela Militar de Ingeniería), sus clubs, baños y casinos (restaurantes) exclusivos, a donde no pueden ingresar los sargentos y suboficiales.
Es para no creer, pero el espíritu descolonizador que rige desde hace ocho años en el país ni se asomó a la Institución Castrense. Da la sensación de que ahí adentro sigue viva la Bolivia de los siglos XIX y XX, cuando los mal llamados indios no podían acceder a ciertos espacios públicos de uso y abuso exclusivo de q´jaras o blancos (negros desteñidos, diría Ignacio López Vígil). 
Obvio, no es como en Sudáfrica ni EEUU del siglo pasado, pero dentro los cuarteles hay esa sensación. Según un manifiesto castrense, hay militares de primera (oficiales) y militares de segunda (sargentos-suboficiales). 
Por ejemplo, si en Sudáfrica, en 1970, la educación de un negro costaba el 10% de lo que corresponde a un blanco, en las FFAA bolivianas la formación de un Suboficial o Sargento no llega siquiera a ese porcentaje. Sencillamente, no pueden entrar a la escuela Militar de Ingenieros, tampoco  al Diplomado de Altos Estudios Nacionales. Los doctorados, maestrías o licenciaturas castrenses son de goce exclusivo de los oficiales; el sargento sólo puede ser técnico superior. 
En otras palabras, en las FFAA no pesa la inteligencia, aunque tengan un departamento de espionaje con ese nombre, sino la mentalidad petrificada en el apartheid, por ello un sargento no puede tener el grado académico de Doctor por muy genio que sea. Como tiene raíces indios y literalmente es de “bajo grado”, menos
Recuerdo a mi sargento Silvio Cuba de gran nivel y a un Capitán indisciplinado en cuerpo y mente. Pero también tuve un subteniente, Carlos Carvani, que no necesitaba grado para probar su capacidad y humanidad, y, otro sargento que se ahogaba en el alcohol. Pero no se trata de grados, hasta en la vida civil hay jefaturas (grados) y responsabilidades, sino de igualdad de oportunidades y ejercicio pleno de derechos para que las FFAA sean cada vez más técnicas y productivas y menos represoras, en armonía con la Constitución que define a Bolivia como un pueblo de paz. 
Es inadmisible que unos tengan dotación de cuchillos bayoneta, sleeping o uniformes de primera calidad como si habría también, en caso hipotético, enemigos de primera y segunda.
En medio de esta adversidad aparecieron estos días unos Mandela y unos Martin Luther King en las fila de suboficiales y sargentos y dijeron basta a la segregación, parafraseando al pastor estadounidense: I have a dream (Yo tengo un sueño). Que todos los hombres sean tratados con igualdad y respeto más allá de su color de piel, su credo religioso o su ideología política (o su grado militar). 
Es inconcebible una Constitución que combate abiertamente la discriminación con unas FFAA excluyentes. Más inconcebible todavía es que los que reclaman justicia e igualdad sean perseguidos. 
El reloj de la historia marca la reestructuración de la institución, no es coherente que griten ¡Patria o muerte! sin que la revolución haya ingresado a sus cuarteles.

viernes, 4 de abril de 2014

pueblo enfermo de "bloquitis" bloqueador, extosionista, Evo inventor del bloqueo de carreteras, nefasta manera de doblegar a los gobiernos para obtener cualquier cosa, a cambio de ese método, Manfredo Kemppf llema "la cultura del bloqueo"

Se podría admitir que en un caso de extrema desesperación, cuando absolutamente nada puede componer un entuerto, a un sindicato, a un gremio, hasta a algunos vecinos se les ocurra bloquear una vía. Eso, en cualquier lugar del mundo, sería la última alternativa ante la impotencia frente a la autoridad del Estado. Pero si se bloquean caminos y carreteras, calles y senderos, aún antes de negociar un acuerdo, si el bloqueo se utiliza como recurso para imponer una exigencia, quiere decir que la nación, los ciudadanos, han perdido toda capacidad de diálogo y de negociación.
La cultura del bloqueo que se impone en Bolivia desde hace 20 años más o menos, nos señala como un pueblo enfermo de “bloquitis”. Es una peste que impusieron con una frecuencia periódica los cocaleros del Chapare y que, como la alfombrilla o la viruela, se fue extendiendo por todo el territorio nacional llegando a contagiar hasta el último rincón de la patria. Hoy existen bloqueos diarios por todo y por nada; bloqueos por exigir mejores salarios como bloqueos porque a un alcalde lo encontraron borracho, otros borrachos, en un día laborable.
La vida del país, entonces, transita entre los bloqueadores y los desbloqueadores. Unos ponen piedras en los caminos y otros las retiran. Unos derriban árboles sobre las calles y otros los apartan. Unos se parapetan armados con palos y hondas detrás de trastos viejos y llantas usadas y otros los desalojan utilizando gases lacrimógenos o balines, cuando no balas de verdad. Y así se nos va la vida. Pasa un día, dos días, tres días, y de pronto bloqueadores y ministros de Estado se reúnen en una escuela, una plaza, la calle misma, y anuncian que el pleito está solucionado, que las exigencias han sido aceptadas por los ministros. Un mes después, como el Gobierno ha aceptado condiciones bajo presión que no podía cumplir, los bloqueos se renuevan y las carreteras se cierran hasta Dios sabe cuándo.
A todo esto, reaparecen las filas interminables de camiones con carga, buses atestados de pasajeros con algunos turistas para colmo, y familias con niños en vehículos particulares, que están sentenciados a acatar en silencio lo que ordenen los jefes sindicalistas o el líder de los vecinos. Falta la comida, falta el agua, falta el sueño, cunde el temor, y cuatro o cinco sujetos broncos cuidan que no se mueva ni una sola piedra, ni un tronco, y, sobre todo, que nadie pase de un lado a otro que no sea a pie, cargando con equipaje y niños en brazos, o pagando. Porque no todo es fidelidad a la causa ni mucho menos. No faltan los cabreados choferes que pueden sobornar con dinero a los bloqueadores y entonces se mueve uno de los obstáculos de la tranca y el vehículo pasa. Sólo ese.
Desde el largo bloqueo de la carretera Cochabamba-Santa Cruz, hace más de una década, del que tanto se ufana S.E. que era quien comandaba el cerco, hasta hoy, son muchos los millones de dólares que se han perdido porque los productos no llegaron oportunamente a su destino y no pudieron ser embarcados o se malograron, pero también son muchas las vidas sacrificadas. Los cocaleros del Chapare primero, y luego el MAS como agrupación, fueron quienes adoptaron el bloqueo como recurso para doblegar a los gobiernos de turno. Hacían oídos sordos a todo reclamo y a todo pedido. Es muy probable que la táctica del cerco les produjera ganancias políticas, porque, la verdad sea dicha, a S.E. nadie lo conoció por sus brillantes discursos o debates en el Congreso, nadie por algún proyecto de ley importante para el país; se conoció al actual jefe de Estado por ser el cabecilla bloqueador.
Lo que no se sabía es que eso del cerco, del asedio en caminos y carreteras, iba a convertirse en la principal arma de protesta en Bolivia. Pero, como hemos visto, no es un medio para las situaciones extremas, sino, por lo general, para hacer un pedido. Lo primero que anuncia la región, barrio, o calle que exige una atención del Estado o del municipio, es el día del bloqueo. Entonces ya se sabe que estarán obstruidas tales zonas o distritos, urbanas o rurales, o tampoco se sabe nada.
Si el bloqueo es el recurso para arrancarle al Gobierno lo que tiene y lo que no tiene, lo que puede y lo que no puede, quiere decir que somos nomás un pueblo enfermo de “bloquitis”. Si un pueblo que trabaja poco es proclive, además, a los paros, marchas y bloqueos, no es mucho lo que se puede esperar. Esa cultura del bloqueo, salida desde los cocales del Chapare, ha sido perniciosa y costosa en vidas. Ahora sus mentores como S. E. no saben cuál es el antídoto para curar semejante peste. ¿Será incurable? ¿Terminal? ¿O se sanará con algo más que correr a los parapetos de los bloqueadores a pedirles una tregua? Unos buenos azotes, como a los jóvenes díscolos, sería ideal. Pero, ahora, a estas alturas, en estos tiempos, ¿quién se los dará?

martes, 1 de abril de 2014


pecado mortal. pecado venial

Robos mayores. Robos menores.

le ponen una clasificación y ya está. lo de García Linera con relación a BOA es un pecado venial. se enmendó el delito, por tanto desapareció la culpa. total si se compara con los pecados mortales de la oligarquía es como la picazón de una pulga. aquellos sí eran pecados, de los gordos y sin embargo nunca hemos sabido que alguno de ellos hubiese llegado a la cárcel. se perdonaban entre ellos y el cuento se acabó, sin embargo no es tan así, no tan simple, ni tan venial, veamos:

cuatro del clan de grandes "pecadores" García, Romero, Quintana, Suxo


resulta que BOA tal como se sospecha, tal como lo dijo Ormachea en los EEUU, es "la cueva de ladrones del Clan García Linera", y el pecado venial del "contratito con la señora García Tejada" de muy poca monta, una nimiedad, un quítame esas pajas, había sido nomás un pecado mortal, no tanto por el monto de 18 millones de bolivianos, sino por sus inmediatas implicaciones.

García Tejada tiene la "muñeca además de su cuñadito, de la hermana" segunda o tercera en rango de la Gerencia General...o sea una hermana le compra a la otra, con la venia del cuñado y todos a ganar de lo lindo por vender galleticas, especialmente envases muy bien impresos, caros los envases y el producto escaso, que además los pasajeros de BOA agradecen tanto, si parece un "regalo de la generosa empresa gerenciada por la familia García Linera, después de hacer huir al dueño de AEROSUR, que sí era generosa por lo menos con los mayores de 80 años que podían volar gratis, y los mayores de 65 con descuentos fabulosos.

además se desvela que el Gerente General de BOA es hermano del guardaespaldas de García Linera, qué tal? y lo que vendrá después, contratos, compras, reparación de los aviones, pasajes a granel gratis o con cargo al Estado, personal de confianza, nadie ingresa a trabajar y son 806 sin el visto bueno de García Linera y su clan...todos chequeados, de plena y entera confianza del Vice, de Evo, del MAS, de la élite que gobierna Bolivia. de manera que aquel "pecadillo" confirmado por el Vice con un "yo no sabía"...no había sido ni tan venial, ni tan simple.

este "yo no fui, yo no sabía" nos recuerda a Chaparina, nos recuerda a Porvenir, nos recuerda a la masacre del Hotel Américas, a La Calancha, al horripilante sacrificio de Christian Urresty el mártir de la "juventud demócrata cochabambina", a Huanuni, a Yapacani y ahora también a Kami todos escenarios de pecados mortales cometidos por el mismo grupo Evo, Alvaro, Rada, Sacha, Romeros, Quintana, Choquehuanca, Saavedra (el de las barcazas chinas con sus 25 millones de dólares desaparecidos) y otros más, no muchos, una treintena con sus cómplices militares que van pasando de turno, se jubilan y a gozar de "cargos diplomáticos como el reciente del generalísimo Lafuente, para no hacer nada".

en fin. el pueblo tiene excelente memoria y no olvidará "la travesura de García Linera" que no cansa de predicar de honesto, de transparente, de iluminando, cuando se descubre que no hay tal, que es otro político mas, corrupto, enceguecido por el poder, oculto tras un manto de hipocresía y de maldad.