Desatención, olvido e intransigencia han hecho estallar un grave conflicto por una lista de demandas del departamento de Potosí. Las organizaciones cívicas potosinas aseguran que no se cumplieron las promesas surgidas tras el histórico paro de actividades de 2010. Por su parte, el Gobierno asegura que, cinco años después, se hicieron obras de infraestructura suficientes para satisfacer esas demandas. Más de 10 días de paro regional, crucifixiones de dirigentes y ruidosas movilizaciones en La Paz han transformado el conflicto en insostenible.
El reclamo se ha masificado con movilizaciones en La Paz y varias regiones, y un paro cívico en Potosí, lo que está generando graves perjuicios para el transporte y la economía del país. De esta forma, los potosinos han hecho conocer un pliego petitorio de 26 puntos que contempla –en sus partes fundamentales– la construcción de una planta hidroeléctrica, tres hospitales de segundo y primer nivel, dos represas, obras viales, una fábrica de cemento, otra de cal y una de vidrio, además de infraestructura para generar energía eólica y un aeropuerto internacional. Además, los cívicos reclaman un plan para la preservación del Cerro Rico y el traslado de las oficinas centrales de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
En el fondo, el conflicto también refleja la crisis de la minería boliviana por la caída de los precios internacionales y la debacle del modelo extractivista, en el que se ha mantenido el actual Gobierno, que hace depender a la economía boliviana –en gran medida– de la venta de materias primas con poco valor agregado, sin contar con una alternativa en la producción industrial.
Para resolver el conflicto, cívicos y Gobierno se han enfrascado en una irracional discusión sobre dónde abrir una instancia de diálogo. De forma intransigente, los dirigentes potosinos exigen un diálogo directo con el presidente Evo Morales en la ciudad de La Paz. Éste, a su vez, había ofrecido hablar con ellos en la ciudad de Uyuni. Potosí tiene razón en gran parte de sus reclamos, pero los medios que se están utilizando no parecen los más apropiados. Esto no es una novedad en un país donde cada sector adopta medidas de hecho antes de dialogar para resolver sus conflictos particulares.
A su vez, el Gobierno también actúa con intolerancia al no reconocer la desatención de gran parte de las demandas potosinas y avanzar en la represión de las movilizaciones en La Paz, lo que agrava el cuadro de situación
La ciudad de Cochabamba, su gente, sus calles y plazas. Sus ríos y montañas. Su historia y geografía, su futuro promisorio. Su siempre renovada imagen.
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sábado, 18 de julio de 2015
jueves, 16 de julio de 2015
otro "cuento del tio" millones de inversión se anuncia año tras año y nada. hastaahora lo del litio la planta de Uyuni no deja de ser otro cuento del tio...Bolivia va quedando a la zaga, primero Chile, luego Argentina y recién, Bolivia como algo muy lejano en manos de Evo.
Desde hace ocho años, el Estado boliviano viene invirtiendo sumas muy grandes de dinero, que pasarían en este momentos los $us 200 millones para un proyecto de explotación de litio del que sabe muy poco. En este mismo tiempo, Argentina ha avanzado en la producción de litio y de baterías, y Chile se mantiene como el mayor proveedor de litio del mundo.
Hace dos meses la agencia Telam informó que se estaba concretando la primera exportación de litio de la provincia argentina de Jujuy, en un proyecto que comenzó hace apenas tres años, pero que ya está produciendo y exportando. Decía Telam: “La provincia norteña, que cuenta con el tercer salar más grande de Sudamérica, en la Puna jujeña, se muestra óptima para la extracción de litio, uno de los minerales de mayor demanda en la actualidad a nivel mundial. Sales de Jujuy, emplazada en el salar de Olaroz, es el primer proyecto minero en concretarse que nace de una inversión de 250 millones de dólares y pertenece al grupo Orocobre LTD, que es dueño del 66,5%, junto a Toyota Tsusho, que detenta el 25% y la empresa Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse), con el 8,5%. La producción anual prevista de la mina es de 17.500 toneladas de carbonato de litio y 20.000 toneladas de cloruro de potasio”.
En Bolivia, en cambio, solo hay anuncios de nuevas inversiones, pero ningún resultado. Incluso se llegó a anunciar que se instalaría en Potosí una planta ensambladora de baterías de litio, ¡con todas sus partes traídas del exterior!
Eso sí, Uyuni hace noticia por el Dakar o por los juegos electrónicos que se difunden en el mundo sobre bandas de narcotraficantes que recorren en raudas motocicletas el mayor desierto de sal del planeta ubicado en el país donde están las mayores fábricas de droga del mundo.
Si la Toyota está invirtiendo en un salar jujeño, que es una miniatura en comparación con el de Uyuni, ¿por qué no vienen inversiones a Bolivia? Algo está fallando. En los discursos, el avance del litio y del potasio de Uyuni es excelente, pero en la práctica es solo un pozo sin fondo donde se pierden millones de dólares
Hace dos meses la agencia Telam informó que se estaba concretando la primera exportación de litio de la provincia argentina de Jujuy, en un proyecto que comenzó hace apenas tres años, pero que ya está produciendo y exportando. Decía Telam: “La provincia norteña, que cuenta con el tercer salar más grande de Sudamérica, en la Puna jujeña, se muestra óptima para la extracción de litio, uno de los minerales de mayor demanda en la actualidad a nivel mundial. Sales de Jujuy, emplazada en el salar de Olaroz, es el primer proyecto minero en concretarse que nace de una inversión de 250 millones de dólares y pertenece al grupo Orocobre LTD, que es dueño del 66,5%, junto a Toyota Tsusho, que detenta el 25% y la empresa Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse), con el 8,5%. La producción anual prevista de la mina es de 17.500 toneladas de carbonato de litio y 20.000 toneladas de cloruro de potasio”.
En Bolivia, en cambio, solo hay anuncios de nuevas inversiones, pero ningún resultado. Incluso se llegó a anunciar que se instalaría en Potosí una planta ensambladora de baterías de litio, ¡con todas sus partes traídas del exterior!
Eso sí, Uyuni hace noticia por el Dakar o por los juegos electrónicos que se difunden en el mundo sobre bandas de narcotraficantes que recorren en raudas motocicletas el mayor desierto de sal del planeta ubicado en el país donde están las mayores fábricas de droga del mundo.
Si la Toyota está invirtiendo en un salar jujeño, que es una miniatura en comparación con el de Uyuni, ¿por qué no vienen inversiones a Bolivia? Algo está fallando. En los discursos, el avance del litio y del potasio de Uyuni es excelente, pero en la práctica es solo un pozo sin fondo donde se pierden millones de dólares
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