Vistas de página en total

sábado, 7 de junio de 2008


detenciones arbitrarias abuso del poder temporal. Antes sucedió vuelve a suceder hoy día
En la ciudad de La Paz, en una casa de la Av. Arce frente a la Embajada de Brasil, a la una y quince de un lluvioso viernes seis de febrero de 1981, me encontraba reunido con la familia en la mesa del almuerzo, cuando la sirvienta anunció con su particular sintaxis:-dos jóvenes lo buscan al caballero -dijo- con él siempre quieren hablar, añadió.Salí a la verja que daba a la calle, enfrentándome a dos soldados, arquetípicos campesinos indígenas uniformados del ejército boliviano.-somos del servicio de Seguridad del Palacio y mi General quiere hablar con ustedes, dijo uno.-pero yo acabo de llegar, tengo que almorzar.-no importa, señor Aira, le vamos a esperar.Llovía copiosamente cuando media hora más tarde, con el corazón golpeándome el pecho sobre las intenciones del tal general, pero cansado de estar a salto de mata, cogí un impermeable para asistir a la convocatoria de quién no era otro que Luis García Meza, dictador de Bolivia desde el sangriento golpe de estado del 17 de julio, seis meses atrás.Mi esposa Jenny se ofreció a acompañarme y lo acepté con secreta alegría:-me parebien -fingí liviandad- después de hablar con el general podremos ir a comprar los útiles escolares que necesitan los niños.Aún con la incertidumbre como espina atravesada en el alma, lejos estaba de sospechar, pobre de mí, que nunca más volvería a casa y que a partir de aquel día mi destino cambiaría para siempre.Camino al Palacio me puse a cavilar, porque hacía meses que me sentía perseguido. La misma empleada de la casa había afirmado que una vagoneta (ambulancia) beige del servicio de Seguridad del Estado, que el régimen utilizaba en la represión había aparcado cerca de la casa montando guardia. Un día antes cuando asistía a una reunión social en un céntrico hotel, me habían advertido que no volviera a casa porque agentes de seguridad me estaban esperando.Ante aquella alarma llamé por teléfono esa misma noche a quién creyera un amigo. Era el coronel Faustino Rico Toro, alto personero del régimen Jefe de la Casa Militar y asesor en asuntos de seguridad, una especie de ministro de la caza de brujas de la represión:-sabes algo en relación a una orden de detención contra mi persona?-no sé de qué se trata, en éste momento me ha llamado mi general y estoy dirigiéndome al despacho presidencial.-quiero decirte Tinino que estoy en el Hotel Gloria y me puedes llamar aquí, que no tengo ningún motivo para esconderme pués no he cometido delito alguno.Por precaución aquella noche me abstuve de volver a casa y pasé la noche en otro hotel.Héme aquí ahora -pensé- en curiosa comitiva con mi esposa y los dos guardias, camino al palacio presidencial en un taxi cuya carrera tuve que pagar yo mismo. Subimos por la calle Ayacucho, donde varios turistas escalaban a pié la empinada vía en esta tortuosa ciudad de aire ralo y paisajes impresionantes que te quitan el aliento, además. En el viejo edificio de la Plaza Murillo, nos invitaron a pasar al segundo piso, a una pequeña habitación donde empezó una larga espera.Luego de casi tres horas, mi esposa tuvo que retornar a nuestro hogar, no sin antes indagar con los guardias que nos habían llevado hasta allí. Le dijeron que el Presidente estaba en el Beni, que estaba lloviendo mucho y que el avión presidencial no podía levantar vuelo. Jenny salió con la promesa de regresar rápidamente. No volvería a verla hasta medio año después, en Rio de Janeiro.Al salir mi esposa se había encontrado con el coronel Rico Toro, quién le comunicó que yo quedaría detenido en forma indefinida por orden del General García Meza. Mientras tanto, fuí invitado a pasar a la sala de edecanes, donde se me sirvió una comida bastante suculenta, aunque difícil me fue degustarla por la inquietud de no saber porqué me encontraba allí.Terminada la cena, fuí trasladado a una casa de seguridad en la Av. 20 de octubre, a pocas cuadras de mi residencia. La tal casa en ruinas situada a poco metros de la Embajada de Chile tenía tres pisos y estaba deteriorada, con unas escaleras que se caían en pedazos y en el piso segundo había una especie de oficina con todos los muebles desvencijados.Lo cierto es que además de tomar mi nombre y dirección, mi profesión y ocupación actual quedé en calidad de detenido incomunicado. Pregunté al que llenaba el formulario porqué razón estoy preso, y me respondió -porqué creé usted que lo hemos detenido!, respondí que no tenía la menor idea. Me hicieron descender al sótano donde había una celda maloliente con dos literas de dos colchones cada una que estaba ocupada con los propios agentes. Volví a preguntar la razón por la que se me privaba de la libertad. No hubo respuesta entonces, ni nunca hasta el día de hoy 27 años después. Es que soy una de las víctimas del terrorismo de estado, de la dictadura de García Meza que algunos días más tarde me embarcó en un avión, escoltado por un agente civil que me ayudó a desembarcar en Buenos Aires, sin documentos, sin equipaje, sin dinero! (El testimonio figura en las página 17 a 19 de mi libro "Gotemburgo Destino Final" que se puede leér en http://www.noticiasbolivianas.com/ dossier. Es el primer libro boliviano que también se puede escuchar página tras otra gracias a la magia de Internet y la labor de difusión cultural de Comteco, Cochabamba. El libro está a la venta en los Amigos del Libro en Bolivia y en Suecia en Librería Católica, en el Instituto del Inmigrante o se puede pedir en préstamo en cualquiera de las 342 bibliotecas municipales)

jueves, 5 de junio de 2008

Carlos Valverde con el valor civil que le caracteriza ha presentado recientemente dos temas para conocimiento de la opinión pública y para su análisis profundo:
El primero las torpezas del Ministro Rada

Es que el funcionario va de torpeza en torpeza. No resultando bastante sus chambonadas con diversos hechos de sangre, el más notorio y cruel lo sucedido en Sucre en noviembre pasado. Y es que los chuquisaqueños han dado en el clavo y ofrecido videos de acciones fehacientes de "fuerzas especiales", "soldados de élite" o como se llame, que muchos créen se trata de militares venezolanos al servicio incondicional del gobierno de Morales como ejecutores de la masacre. Se los ve con armas letales disparando sobre los estudiantes que tuvieron el coraje de echar de la ciudad a los asambleístas del MAS que se habían propuesto aprobar de un tirón, la apócrifa constitución que fuera rubricada en Oruro. No vamos a enumerar las metidas de pata del ministro Rada, hijo politico del senador Peredo que según el senador Arias pertenece al clan que está gobernando con el Presidente. La última aventura, para llamarlo de algún modo de Rada tiene que ver con la detención tipo películas de ficción de un ciudadano de apellido Sandoval.
Si se observan los detalles, detenido por encapuchados vestidos de negro que se llegaron a su domicilio en número irreductible, su traslado de Sucre a El Alto, su detención en casas de seguridad y su obligada presentación ante un Juez que ordenó su inmediata libertad en vista de no existir materia justiciable. Carlos con su lenguaje característico de ajís y cebollas, ha mostrado hasta el agotamiento la sin razón del ministro, sus órdenes atrabiliarias, su torpe proceder, sus actuaciones al margen de toda ley, cual si Bolivia no fuera democrática y estuviera gobernada por una dictadura. Flaco favor le hace Rada a Evo, lo desprestigia, desprestigia a la democracia lo que sumado a la incontinencia verbal del propio Jefe de Estado, viene a ser el caldo de cultivo, contra toda clase de ataques que provienen de dentro y fuera de Bolivia.

Lo sucedido en Desaguadero nido de contrabandistas


Las imágnes que se pueden ver en la página web de www.carlosvalverde.com luego "con letra chica" muestran actos intolerables de un levantamiento contra la autoridad, una típica azonada, intolerable desde todo punto de vista. Los delincuentes contrabandistas que se apoyan mutuamente no conocen ley ni autoridad. Lamentablemente, a título de ser originarios y de sentirse representados por Evo, "llajtamasi del pueblo aymara" han venido disfrutando de privilegios, practican el contrabando desde el día mismo de la asunción del MAS, se sienten identificados y protegidos por el Gobierno del MAS. Por ésta razón, cuando se enteraron de la legítima decisión de la Aduana de establecer una autoridad regional para evitar el contrabando, se levantaron en armas "ésto es a pedrada limpia" y lograron hacer retroceder a la Policía Militar que estuvo resguardando la ceremonia, sonaron las campanas a vuelo y tras su repite miles de pobladores, que viven del contrabando salieron a las calles a perseguir, apedrear, agredir a los uniformados que no podían darse cuenta de lo que estaba ocurriendo y destrozaron el vehículo del Jefe de la Aduana que todo compungido se quejaba ante la prensa de aquella agresión. Es que se ha perdido el principio de autoridad y lamentablemente el régimen actual, salvo que quiera distanciarse de los masistas del Desaguadero y de los pueblos fronterizos con Perú que están llenos de contrabandistas y de narcotraficantes como lo denunció el diario La Prensa en un reportaje al que el Gobierno no responde hasta el día de hoy.
Es de esperar que lo sucedido las últimas horas en Desaguadero sea el inicio de una política absolutamente imprescindible para proteger las fronteras del azote del contrabando y no simplemente un acto teatral para las galerías de afrontar el contrabando que ha encontrado en la gente del MAS sus más eficientes ejecutores.

domingo, 1 de junio de 2008

primero Santa Cruz, hoy Beni y Pando, mañana Tarija, luego vendrá Cochabamba y Chuquisaca.
Dante Pino vislumbra el futuro de Bolivia Autonómica, si bien no compartimos toda su visión, una cosa es cierta que la historia no retrocede y Bolivia con toda seguridad encontrará su sino.


Concluidos los procesos autonómicos en los cuatro departamentos que le dijeron SI a la nueva Bolivia, resta comenzar a implementar los Estatutos para avanzar en la dirección correcta. Esto es ahora lo más importante, sin prestar atención a las voces centralistas que defienden un régimen estatal caduco y acabado. Vamos a paso de vencedores sin mirar atrás. De cara al sol del oriente que ilumina el nacimiento de un Estado de, para y por una vida con dignidad y sin miserias.
Allá el MAS y sus hordas de matones, ignorantes y atrevidos, allá las huestes delincuenciales de ponchos con cuchillo para matar perros, allá aquellos que siguen pensando en la insurrección armada para instaurar un gobierno obrero y campesino (trotskismo arcaico) allá los que piensan que hay que convertir al Estado en productor de bienes y servicios, en dueño de la vida privada de los ciudadanos y en el gran inquisidor que define quien debe vivir.
Esta plaga que ha llegado al Palacio de Gobierno es pasajera, y no puede detener el paso de la historia, no tienen tamaño ni fuerza para tal propósito. Ya lo demostró el voto en Santa Cruz y lo refrendará el voto en Beni, Pando y Tarija, el pueblo avanza, ellos se quedan. Lo que debemos tener es templanza, ante sus amenazas, ante la boca que escupe insultos, improperios, ludibrios y ante la descalificación de las ideas como la única arma que poseen los masistas.
No son para temer, pues tienen mucha boca y poco cerebro. Por eso están donde están y han acabado con el voto popular que los llevó al Palacio para que administren nuestros intereses, no para que engorden y agredan. Así que la Bolivia Autonómica pisa y pasa por encima de la mala hierba que se prendió en la Plaza Murillo y sus alrededores.
Se deben ejecutar los Estatutos y esto significa que se debe tomar control de los recursos departamentales que le pertenecen a cada pueblo por derecho y no por concesión del centralismo presidencialista. Dejar de tributar al Estado centralista, mientras no reconozca la victoria autonómica, esa debe ser la primera tarea. Crear el Tesoro Departamental que concentre los ingresos provenientes de los tributos, de las regalías y de los ingresos propios que generan las instituciones. Romper con el centralismo sin miedo. Esta es la consigna que defenderá el interés de los ciudadanos y los movilizará en la defensa del proceso por el que han votado.
Es pues necesario un pacto social autonómico. Las Instituciones departamentales a la cabeza de la Gobernación, los empresarios de la Banca, Cooperativas, fábricas, comercio importador y exportador, los trabajadores del campo y la ciudad, los gremialistas, transportistas, todos al Pacto Social Autonómico que defina la forma y manera de ejecutar la autonomía departamental.
Es hora de pasar del voto a la acción. Porque las autonomías no esperan, no tienen tiempo para perderse en diálogos absurdos que buscan restarle fuerza y recursos financieros, con el fin de debilitarlas. Ese es el juego del centralismo masista. El dialogo que quiere el MAS es ganar tiempo para ahogar el proceso. Se colocan la careta de la democracia y abjuran de ella al mismo tiempo.
Miren nomás ahora a los masistas defensores de la ley y el orden. Es para reírse. Reclamando la obediencia a la Constitución que juraron eliminarla. Que dirían los revolucionarios de verdad escuchando a estos masistas acudir a la ley burguesa para defender la revolución. Pobres diablos.