Ausente en el gran debate
Mauricio Aira
El Pacto
Social ausente del debate que precede a la presentación de los programas de
Gobierno condición sine-qua-non para inscribirlos en el Tribunal Electoral, antes
de la aprobación de los frentes y candidatos que participarán en la justa
electoral del tercer domingo de octubre.
Y es que
Bolivia no ha pasado por el momento histórico de sentarse alrededor de una mesa
redonda y hacer como los británicos, o los pieles rojas en torno al calumet de
la Paz, o los gauchos de Martin Fierro en torno al porro de mate y hablar sin
pausa ni prisas de los temas profundos hasta agotarlos y llegar a conclusiones
que resulten siendo aceptadas por consenso, eso sí, bajo el solemne compromiso
de ponerlos en prácticas sin peros, sin disculpas tontas.
Sucedió en
Escandinavia que había padecido las consecuencias de la repetida hecatombe
mundial, de las pestes y epidemias, del odio perverso y destructivo. La
sociedad se sentía agotada, contemplaba con pavor la miseria e inanición. ¿Qué
hacer entonces? Solo quedaba una vía, la del diálogo, a la que sucedió el gran
pacto social. Basta de lucha y de sangría, pongámonos seriamente a la tarea de
encontrar soluciones. Y estuvieron allí, alrededor de una hoguera, cuanto el
frío circundante resultaba insoportable. El proceso fue largo y doloroso, la lista de
la desunión era extensa pero se agotó, comenzaron con la segunda, la lista de
aquello que les unía. La primera línea. La necesidad imprescindible de
encontrar la Paz. La línea dos marcó la Unidad. No resultó nada fácil,
especialmente su complemento. ¡Qué hacer para conservar esta Unidad tan
fatigosamente lograda!
Dos verbos
conceptos suprimidos, la violencia y la agresión. Notable marcar dos acuerdos
que tanto tienen que ver con nuestra realidad nacional. 1. Nunca más una huelga salvaje generalizada.
Antes se tendrá que agotar un proceso que rebase a los sectores en conflicto
patronos y trabajadores. La intervención
del Estado, sólo como postrero expediente. Las partes enfrentadas deben
dialogar y encontrar por sí las soluciones. 2. Prohibidos los bloqueos, los que
aquí como allá son procesos de autodestrucción, son “el harakiri” que aniquila
toda otra vía de lograr los propósitos que los motivaron.
Expuesta la
idea del pacto ante ilustres k`ochalas, replicaron “Bolivia no ha sufrido lo
suficiente aún para buscar el pacto” y la contrarréplica, es que Bolivia ha
pasado al menos por dos grandes guerras, la del Pacífico que nos despojó del
Litoral, la del Chaco que desangró la Patria joven y noble frente a Paraguay.
Bolivia ha pasado por guerras civiles, por revoluciones y cambios de toda laya,
ha recorrido todo el espectro político en el ejercicio del poder…hemos tenido
también periodos de hambre, de necesidad, de urgencias y emergencias…creo que
Bolivia está adulta y preparada para fumar la pipa de la Paz…eso sí, sin
exclusión alguna. Tendrá que incluir primero a esa larga lista de partidos
políticos, de grupos sociales, de intelectuales de la más variada escala, a
negros y blancos, hombres y mujeres, a los creyentes y no creyentes, a grupos
de inmigrantes que han hecho de Bolivia su patria de adopción, en fin la
condición es que participen todos, absolutamente.
Incorporo
segmento de lo publicado en mis alegatos por el pacto social en diversas
ocasiones y que cobran actualidad ante las condiciones del TSE para los
próximos días…Bolivia se merece un destino grandioso que busca sin cesar, que
intenta encontrar, ensayando sistemas que hasta ahora están resultando un
fiasco, pero que dejan experiencias para aprovechar y para no repetir.
El pacto
social emerge entonces como una premisa insoslayable, para encontrarse Bolivia
así misma y proyectarse un destino con toda la grandeza soñada por aquel santo
pedagogo del Piamonte, Turín y que tanto amó a Bolivia, Juan Bosco, visión
relatada con detalle por el salesiano Alberto Aramayo en senda publicación
Historia de Juan Bosco. Sus visiones sobre Bolivia SDB, 1978.LP) Grandeza que
estamos seguros llegará cuando Bolivia esté unida y sus hijos trabajen en paz por
los ideales comunes.
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