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sábado, 16 de septiembre de 2017

magnífica rememoranza a los 74 anos de LT. y los gráficos que ilustran la crónica. Felicitaciones! extrana sin embargo que entre sus dignos directores no se mencione a don Alfonso Canelas quién sostuvo la lucha contra "las células políticas" que el oficialismo introdujo en LT, fundador de La Prensa en LP, luchó igualmente para su posesionamiento. Honor al primero de los Canelas que académicamente convalidó su condición de periodista.



Los Tiempos, 74 años sirviendo a su comunidad | Los Tiempos





  • El equipo de diseñadores y periodistas de Los Tiempos, en su jornada diaria de trabajo. | Carlos López
  • La impresión del periódico en la rotativa de Los Tiempos, instalada en la avenida Circunvalación. | Daniel James
  • Un lector con la edición del viernes de Los Tiempos en un puesto de periódicos de la plaza 14 de Septiembre. | Los Tiempos
  • Una vendedora de periódicos ofrece Los Tiempos, ayer, en la plaza Colón. | Hernán Andia
  • La sala de redacción del diario Los Tiempos. | Carlos López
Hace 74 años, un 16 de septiembre como hoy, se publicó el primer número de Los Tiempos en unas pequeñas instalaciones en la esquina de las calles Ecuador y Hamiraya, en pleno centro político y comercial de Cochabamba. En ese entonces, una pequeña ciudad con no más de 70 mil habitantes, escasa industria y una reducida élite de intelectuales.
Desde 1943, cuando nació este diario bajo el impulso de Demetrio Canelas, hasta la actualidad, la trayectoria del periódico ha estado marcada por varios sobresaltos y vicisitudes por su interpelación a los gobiernos de turno, así como saltos en la incorporación de nuevas tecnologías, que en muchas ocasiones significaron cambios “traumáticos” en el procesamiento e impresión del material informativo y gráfico. 
Cada etapa de su existencia significó para sus propietarios, la familia Canelas Tardío, y el personal grandes apuestas económicas y desafíos, los cuales fueron superados bajo la línea, legada por Demetrio Canelas, de mantener un periodismo independiente y comprometido con la sociedad.
Hoy, en este nuevo aniversario, Los Tiempos renueva y ratifica ese compromiso que asumió desde que nació hace casi tres cuartos de siglo, además se apresta a encarar nuevos desafíos emergentes de la actual era digital y de las nuevas formas de hacer periodismo, para mantenerse a la vanguardia de los medios de comunicación y como ícono de Cochabamba.
Un comienzo difícil
“Los Tiempos nació en 1943 por impulso de los hermanos Demetrio, Julio César y Carlos Canelas en momentos de ruptura política, cuando al calor de la crisis desatada por la Guerra del Chaco (1932-1935) emergieron nuevos proyectos y discursos políticos que terminaron en 1952 por cambiar las estructuras sociales y económicas del Bolivia. Por extraña coincidencia, su séptimo aniversario, corresponde a un momento muy similar. Entre esos años transcurrió, con sus propios vaivenes, ajustes, dudas, pero también certezas”, escribe el historiador Gustavo Rodríguez en el libro “El tiempo de Los Tiempos 1943-2013”, publicado para los 70 años del periódico.
Según datos recopilados por Rodríguez Ostria, el periodista y político Demetrio Canelas (fundador también del periódico La Patria de Oruro en 1919) había previsto que el primer número de su nuevo emprendimiento, Los Tiempos, saliera a las calles el 14 de septiembre de 1943, en homenaje a la efeméride departamental cochabambina, pero se pospuso dos días la entrega por imprevistos técnicos en las máquinas.
Con el formato de 62 x 45, tamaño estándar, y ocho páginas, “el nuevo periódico se propuso romper con una larga tradición de periodismo netamente partidario, y abrir un escenario de renovación mediante una prensa independiente tanto en Cochabamba como en Bolivia”. En ese entonces, en Cochabamba solamente existía otro matutino, llamado “El País”, fundado en 1937 y editado bajo la dirección del escritor Porfirio Díaz Machicado, además llegaban periódicos de La Paz.
En el emprendimiento periodístico, Demetrio Canelas estuvo acompañado de sus hermanos, el periodista y político Julio César, quien fue el primer director de Los Tiempos, y Carlos, que se hizo cargo de la parte administrativa.
Tras el golpe de Estado de diciembre de 1943 y el posterior cierre del Parlamento, Demetrio Canelas dejó de ser diputado y volvió a la vida civil. El 15 de febrero de 1944, asumió la dirección de Los Tiempos en reemplazo de su hermano Julio César, que lo había regentado desde su fundación. Esa misma jornada, y en su primera editorial, señaló e hizo pública de manera concluyente la tensión que advertía en el país desde el fin de la Guerra del Chaco y la ausencia de una conducción política clara y previsora.
El 4 de marzo de 1944, –Los Tiempos estaba por cumplir medio año de existencia– Demetrio Canelas fue aprendido en su oficina y trasladado bajo vigilancia de la Policía en represalia por la línea seguida por el periódico, fue liberado con la excusa de que se trató de un error. El 10 de abril de ese mismo año, el Gobierno volvió a arremeter contra el matutino. En respuesta Canelas, argumentó que: “La censura es una de las heridas sangrantes de la presente situación revolucionaria y el Gobierno haría muy bien en suprimirla completamente”.
En medio de climas hostiles, varias detenciones y acciones por acallar el periódico, el 16 de septiembre de 1952, celebró su noveno aniversario. Demetrio Canelas se vanaglorió de haber mantenido, frente a los acontecimientos, a Los Tiempos bajo “normas de objetividad y veracidad informativa” y ”al margen de toda dependencia partidista”.
En esa atmósfera enrarecida, el 16 de septiembre de 1953, Los Tiempos celebró su décimo aniversario, ocasión en la que reafirmó su imparcialidad e independencia en su número 2.850 que circuló ese día. El 9 de noviembre, una turba ocupó las instalaciones del periódico, asaltaron e incendiaron sus archivos, y Demetrio Canelas fue detenido y liberado el 22 de diciembre, a principios de 1954 salió al exilio. Así Los Tiempos fue acallado durante 14 años, hasta su resurrección el 19 de julio 1967.

HITOS EN LA HISTORIA DEL PERIÓDICO
• 1943, nació por el impulso de Demetrio Canelas. Debió salir a las calles el 14 de septiembre, en el aniversario de Cochabamba, pero no fue posible debido a ajustes en las máquinas. El 16 de septiembre de 1943, utilizando máquinas linotipos, salió el primer número y circuló por las calles de Cochabamba.
• 1944, el 4 de marzo fue clausurado el periódico y detenido su director, Demetrio Canelas. Fue un comienzo difícil por las continuas intervenciones de los gobiernos de turno por su línea editorial, de crítica ante los excesos de poder y corrupción.
• 1953, el 9 de noviembre fue silenciado con el saqueo y destrucción de sus oficinas y talleres. Una turba incendió el archivo e instalaciones del periódico.
• 1967, el 19 de julio, después de más de 14 años, vuelve a las calles dando un salto al sistema offset, constituyéndose en el primer periódico del país en contar con esta tecnología. Carlos Canelas Canelas fue el artífice de la reapertura de Los Tiempos, siguiendo el legado de su hermano Demetrio Canelas.
• Los últimos años de 1990 y primeros del 2000, Los Tiempos marcó historia como el primer diario del país en ingresar a la era digital con su página a Internet. A la par de la transformación digital, Los Tiempos continúa avanzando.

50 AÑOS DE LOGROS Y DESAFÍOS
El 19 de julio de 1967, después de más de 14 años de silencio tras el saqueo y destrucción de sus instalaciones el 9 de noviembre de 1953, Los Tiempos volvió a las calles con mayor impulso para quedarse, este año cumplió 50 años de su “resurrección” y el inicio de su segunda etapa, pero bajo la misma línea con la que fue fundado en 1943.
Desde fines de 1964, los hermanos Julio César y Carlos Canelas Canelas no cesaron en el empeño de poner en pie nuevamente a Los Tiempos y correspondió a Carlos Canelas dar el impulso final, poniendo en marcha la “maquinaria familiar”. para adquirir la nueva maquinaria y reiniciar ediciones en nuevas instalaciones (calle Santivañez).
Fue el primer diario de Cochabamba en usar el sistema “offset”, además contaba con una imprenta “Goss” y un teletipo para recibir las noticias de todo el orbe, mediante agencias especializadas. Desde entonces a la fecha, ha dado grandes saltos con la incorporación de nuevas tecnologías, que le sitúan entre los medios de comunicación de vanguardia en cuanto al procesamiento del material informativo y gráfico, en el área comercial y de publicidad para sus ediciones diarias.
 A la par de la transformación digital, hoy Los Tiempos se apresta a asumir nuevos desafíos a nivel del periódico impreso y el digital para responder a las nuevas formas de consumo de información y consolidar su liderazgo en todas sus plataformas.

jueves, 14 de septiembre de 2017

tratando de justificar lo injustificable. 3 viajes en 2015, 4 en 2016 y otros 3 en 2017 tantos viajes a costa del Tesoro de la Nación. Evo responderá por ello? el abierto, descarado ridículo apoyo no quita el hambre que sufren venezolanos sin medicinas ni trabajo. hasta cuándo?


Canciller justifica viaje de Evo a Venezuela para cumbre solidaria con Maduro



miércoles, 13 de septiembre de 2017

el diario mayor a nivel planetario TNYT admite este artículo "se acerca del fin del mundo?" y especula con lo sucedido en los últimos tiempos, eclipse, huracanes, terremotos, amenazas de bombas H, diríamos porqué no ocuparnos también así sea como hacer un recuento de los últimos sucesos que conmueven a la humanidad?


Eclipses, huracanes, terremotos… ¿se acerca el fin del mundo?


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Un hotel en Matías Romero, Oaxaca, que quedó parcialmente colapsado por el terremoto del jueves 7 de septiembre. Credit Felix Marquez/Associated Press
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CLEWISTON, Florida – Destructivos huracanes, uno tras otro. Incendios que se propagan por todo el oeste de Estados Unidos y partes de Europa tras una temporada de abrasadoras temperaturas y años de sequía.
Y el jueves en la noche, en la costa de México, hubo un fuertísimo sismo.
Se te puede perdonar por tener pensamientos apocalípticos, como los del escritor de ciencia ficción John Scalzi que, revisando el chamuscado, inundado y sacudido panorama, declaró que esto “la verdad parece como si el Final de los Tiempos estuviera haciendo sus ensayos finales con vestuario en este momento”:
Algo similar sugirió un predicador callejero en Harlem, quien despotricó a a principios de septiembre sobre Harvey, Irma y el líder norcoreano Kim Jong-un, todos revueltos.
También se puede citar a las decenas de miles que retuitearon esta imagen de golfistas jugando a pesar del infierno iracundo de un incendio en Oregon:
Además de que en agosto descendieron las tinieblas sobre la tierra durante un eclipse total de Sol. Todos pensamos que había sido maravilloso, pero ahora se siente como si los fenómenos posteriores no fueran coincidencia y todo fuera algo profético o bíblico.
Si pensaste eso, estás mal, por supuesto. Como cualquier científico te diría, la naturaleza no funciona así.
Las avalanchas de huracanes, incluso más grandes, son comunes a finales del verano y principios del otoño, el punto álgido de la temporada de huracanes. Tampoco son desconocidos los huracanes especialmente destructores, y el cambio climático puede estar fortaleciéndolos. Irma, por su fuerza y tamaño, está cerca de la cima de la lista, pero no la sobrepasa, y su furia es explicable mediante principios científicos.
Los incendios han estado ocurriendo en el oeste estadounidense durante siglos, aunque los humanos han empeorado la situación. Aquí también el cambio climático tiene un papel, además de nuestro deseo de vivir cerca de la naturaleza, y no hay que dejar de lado ciertas políticas de combate al fuego algo burocráticas que quizá han hecho más probable que los incendios sean enormes.
En cuanto a los terremotos, ocurren todo el tiempo, y la cantidad de ellos, desde los más suaves hasta los más intensos, es constante si se promedian a través del tiempo. Hay aproximadamente un “gran” temblor, de magnitud ocho o mayor, al año. Esta vez México fue el desafortunado receptor.
Pero aun así…
Para muchas personas la ciencia no basta cuando hay tanto en juego.
“Somos mucho más supersticiosos de lo que reconocemos y se requiere mucho pensamiento lógico para no creer que este lado del mundo no está siendo de alguna manera castigado”.
George Loewenstein, profesor de economía y psicología en la Universidad Carnegie Mellon
“Durante muchos años, hablar del clima era hablar sobre nada”, dijo Terry Tempest Williams,autor y actualmente residente en la Harvard Divinity School. “Ahora es realmente sobre nuestra supervivencia”.
Pero cómo hablamos sobre ello refleja nuestra cosmovisión, y así ha sido durante mucho tiempo, dijo Christiana Peppard, profesora adjunta de Teología, Ciencia y Ética en la Universidad Fordham.
“Los eventos de clima inesperados y cataclísmicos siempre han llevado a la gente de todo tiempo y espacio a buscar explicaciones”, dijo Peppard. “Es atractivo para ciertos segmentos de la población percibir ciertos eventos no previstos y de tipo apocalíptico como concordantes con un discurso en particular”, añadió.
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El huracán Irma en San Juan, Puerto Rico, el miércoles 6 de septiembre Credit Alvin Baez/Reuters
Aunque la sensación de que el apocalipsis va acercándose no ha llevado a las personas a refugiarse en búnkeres, está presente incluso en las mentes seculares, aunque no siempre de manera consciente.
“Somos mucho más supersticiosos de lo que reconocemos y se requiere mucho pensamiento lógico para no creer que este lado del mundo no está siendo de alguna manera castigado”, dijo George Loewenstein, profesor de Economía y Psicología en la Universidad Carnegie Mellon.
En las comunidades profundamente religiosas, el reciente encadenamiento de eventos y amenazas catastróficos —terrorismo y pruebas de armas nucleares, así como desastres naturales— pueden entenderse más fácilmente con las profecías que con la lógica.
Richard Hecht, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de California en Santa Bárbara, dijo que muchos creyentes de hecho pueden ver este verano caótico como una señal del final de los tiempos.
“Las fantasías sobre el final de los tiempos han sido una parte central de la religiosidad estadounidense desde el principio, de manera que no debe sorprendernos” que mucha gente tenga este enfoque, dijo Hecht. “Una cosa es creer en los cálculos de los ministros o predicadores sobre el final de los tiempos. Pero ahora hay verdades objetivas: Charlottesville, el eclipse solar, el huracán Harvey, el sismo de México, el huracán Irma“.
“Son eventos que nadie puede negar”, continuó. “Entonces no es lo mismo que cuando un predicador dice que el ocho de septiembre, a las 22:00 en punto, el mundo va a acabarse”.
Ahmed Raga, profesor de Ciencias y Religión de Harvard, argumenta que hay buenas razones por las que la gente percibe la fatalidad en lo que está ocurriendo: la acumulación de desastres está afectando a las personas.
“Pensar en esta serie de crisis requiere no solo pensar en su relación con la ciencia sino también en su efecto sobre los seres humanos”, dijo Ragab.
“Los desastres naturales no se dan en el vacío”, añadió. “La razón por la que nos enteramos sobre ellos es que afectan a las personas, y a las estructuras que construimos”.
No solo se trata de la infraestructura vieja que no puede soportar un huracán fuerte ni de casas de madera que se queman por un incendio, sino también a las estructuras económicas que dejan a algunas personas demasiado empobrecidas como para huir cuando un desastre las amenaza, dijo Ragab.
Peppard, de Fordham, dijo que independientemente de lo que la gente pueda pensar sobre la confluencia de eventos desastrosos, “los humanos son capaces de anticipar y planear tipos predecibles de consecuencias: las inundaciones y la escasez de agua, entre ellas”.
“Pretender así que se trata de una tragedia inesperada es pretender que no hay responsabilidad colectiva ni social en las consecuencias”, destacó.