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sábado, 16 de julio de 2016

en la controversia por El Silala, que Bolivia mantiene con Chile será la Corte Internacional de La Haya que pondrá en marcha el mecanismo de la réplica y contra réplica, o más bien las actuaciones orales de los representantes bolivianos y chilenos. se requiere mantener serenidad, reclama LT, sin triunfalismos que lleven a engano y sin hacer uso político del tema, de ser así el pueblo tomará en cuenta la instrumentalización y aplicará sanciones como ocurrió ya en el pasado.

Es posible advertir que si por exigencias de política interna se cae en la tentación de usar el tema, la población pedirá cuentas y sancionará a quien lo haga, como ya sucedió en la década de los 70.
Con la presentación de la contramemoria chilena ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se cumple una nueva etapa del proceso incoado por Bolivia ante ese organismo para que sobre la base de una serie de antecedentes históricos, Chile acepte negociar de buena fe una salida soberana al Océano Pacífico, con la que nacimos como república, pero que nos fue arrebatada por Chile a consecuencia de la Guerra del Pacífico.
Conviene recordar que este proceso significó un radical cambio de estrategia para alcanzar ese objetivo, lo que generó un total desconcierto en las autoridades chilenas que, por un lado, tergiversaron su contenido y, por el otro, recurrieron, en una primera instancia, a plantear la incompetencia de la CIJ para atender el requerimiento boliviano.
Este recurso retrasó la atención del fondo de la demanda, pero tuvo un desenlace positivo porque los jueces rechazaron el pedido chileno, infiriendo una objetiva derrota que intentó ser minimizada groseramente por sus autoridades, incluida la
Primera Mandataria, pero que finalmente se tradujo en el cambio de su delegado ante La Haya.
En todo este tiempo, la misión boliviana responsable de atender el caso ha actuado con total solvencia y, sin estridencias de ninguna naturaleza, desbarató toda iniciativa chilena para desvirtuar o desmerecer los alegatos nacionales. Asimismo, en el país, salvo contadas excepciones, en general —sobre todo hasta el referendo del pasado 21 de febrero— el tema no fue utilizado con fines de política interna, dato que en sí mismo constituyó una sorpresa para Chile donde, en cambio, ha sido incorporado como parte de su política doméstica.
Ahora, lo que sigue es que el documento chileno sea entregado a las autoridades del país y esperar hasta alrededor del mes de septiembre, como ha informado el delegado boliviano, el expresidente Eduardo Rodríguez, para que los jueces de La Haya decidan el curso del proceso: solicitar una segunda ronda de réplica y dúplica o dar curso directamente a las audiencias orales.
Es decir, aún hay un largo camino por recorrer, razón suficiente para exhortar a las autoridades y al mundo político en general a mantener la decisión de no utilizar este tema con fines de política interna, tentación que siempre está presente. El país ha apoyado mayoritariamente esta nueva estrategia y la ciudadanía merece que no se la defraude. En todo caso, es posible advertir que si por exigencias de política interna se cae en la tentación mencionada, la población pedirá cuentas y sancionará a quien lo haga, como ya sucedió en la década de los 70.
Por el lado chileno, definitivamente una ventaja para la posición del país es la forma errática en que actúan sus autoridades: mucha estridencia y poco argumento, mezcla que, sin duda, se convierte en un elemento más deslegitimador de su actual proceso político.
En todo caso, en Bolivia debemos esperar el curso de los acontecimientos con optimismo, pero sin triunfalismo, preparándonos en forma simultánea para actuar con iniciativa en la etapa que sobrevendrá luego del dictamen de La Haya…

jueves, 14 de julio de 2016

Los Yungas o El Chapare. lucha a muerte para determinar cuál es la coca que acullica el pueblo. de ser Yungas entonces no se justifica la coca chaparena que se destina a la cocaína y los voluminosos aumentos que se proponen no tendrían justificación. en todo caso el debate está en marcha...quién gana kochalas o chukutas?

El presidente Evo Morales ha anunciado su decisión de elevar de 12.000 a 20.000 hectáreas la superficie autorizada para cultivos de coca en el país, para lo que anticipa un debate entre el Gobierno y los cocaleros de las diferentes zonas de cultivo. Los primeros cálculos de los dirigentes de los cocaleros de Chapare establecen que a esa región le correspondería 7.000 hectáreas en la nueva legalización, dejando 1.000 para la región de Caranavi, además de las originales 12.000 de Yungas.

El debate se anuncia muy intenso. Los cocaleros de Chapare quieren que sus plantaciones sean conocidas como ‘coca ancestral’, mientras que ofrecen a los yungueños el denominativo de ‘coca milenaria’. Pero los cocaleros de Yungas de La Paz tienen otros criterios. Antes del referéndum del 21 de febrero pasado, los dirigentes de la asociación de productores de coca de esa región estuvieron pidiendo a la Asamblea Legislativa Plurinacional la realización de otro referéndum, esta vez para conocer cuál es la coca que consumen los bolivianos que tienen el hábito del acullico.

Los cocaleros yungueños están seguros de que un referéndum de ese tipo daría como resultado que es solamente la coca de su región la que se usa para el acullico, tanto dentro como fuera del país. El Gobierno no ha respondido todavía a la solicitud de los cocaleros de Yungas para que se haga ese referéndum, pero quizá esté en sus planes que el debate anunciado dé lugar a algunos acuerdos.

Pero allí no concluyen las dudas sobre el futuro de la coca. El representante de la Unión Europea pide que se haga un estudio para establecer cuánta cocaína se produce con la coca ilegal, lo que implicaría saber, en primer lugar, cuál es la cantidad de coca ilegal.

Y está otra cuestión que deberá ser resuelta. La Organización de Naciones Unidas dice en sus informes que más del 90% de la producción de coca de Chapare no se comercializa en los mercados legales, lo que deja abierta la sospecha de que sea absorbida por el narcotráfico. ¿Se van a legalizar esos cultivos?

Son muchas las interrogantes que existen sobre el tema planteado por el señor presidente. Pero es promisorio su anuncio de que todo esto dará lugar a un debate entre “las fuerzas sociales que tienen que ver con las plantaciones de coca”. El país espera que el resultado sea favorable a la sociedad boliviana en su conjunto.

domingo, 10 de julio de 2016

nuevo libro de Carlos Mesa, sin duda gran conocedor de la Causa del Mar, a la que dedicó esfuerzos antes, luego cuando fue Presidente de la República, y más tarde nombrado Vocero por el Presidente Morales, para explicar la causa boliviana en el plano internacional. acaba de publicar su ´´último libro" dedicado exclusivamente a contar la historia con relación al espinoso asunto con Chile, que nos provoca total indignación, al comprobar que Chile se niega a reparar el pecaso mortal que cometió al despojarnos por las armas de la salida al mar en 1879 cuando tomó por asalto nuestra costa al Pacífico.

Cuando ocupé la presidencia, entre 2003 y 2005, desarrollamos con el canciller Juan Ignacio Siles y el vicecanciller Jorge Gumucio, la idea de que era imprescindible la publicación de un libro sobre el mar que explicara a la comunidad internacional las razones de nuestra reivindicación. El producto de esa decisión fue la publicación en 2004 de “El Libro Azul, la Demanda Marítima Boliviana”.
Al decidir el presidente Morales iniciar una Demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en contra de la República de Chile, coordinamos con el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé y el secretario general de Diremar, Emerson Calderón, la publicación de “El Libro del Mar” (2014), un trabajo de equipo que fundamenta los argumentos históricos y jurídicos de la causa iniciada en La Haya. La obra se ha convertido en un referente inexcusable sobre la cuestión marítima, tanto dentro como fuera de Bolivia.
A lo largo de siglos, desde el periodo colonial hasta hoy, se han publicado centenares de libros sobre la cuestión marítima de la Audiencia de Charcas y de Bolivia, tanto en nuestro país como en Perú y en Chile, algunos de ellos verdaderas obras maestras sobre esta compleja temática ¿Por qué entonces escribir un nuevo libro sobre el mar? La razón tiene que ver con mi propia experiencia a lo largo de más de dos años como Representante Oficial de Bolivia para la Causa Marítima. En este tiempo, conversé con muchísimos compatriotas que me “acribillaron” con preguntas históricas cruciales para la comprensión de nuestra demanda. Me di cuenta entonces de que las obras notables ya publicadas toman etapas determinadas de nuestra historia, o son muy complejas o muy sofisticadas en su concepción académica. Pensé entonces que era necesario un aporte bibliográfico capaz de desarrollar de manera tan exhaustiva como sucinta (no hay una contradicción entre ambos conceptos) la profunda vinculación de nuestra nación con el mar. El objetivo fue contar esa historia de manera ordenada, comprensiva y clara, apuntando a los momentos centrales de ese complejo tránsito de siglos (desde el periodo prehispánico hasta hoy) que explique el momento tan importante que estamos viviendo hoy. Pensé también que esa historia debía estar apoyada por un significativo material iconográfico que contribuya al lector a situarse en la historia, la geografía y los personajes. De esa provocación nació “La Historia del Mar Boliviano” 
El libro ha utilizado un abundante material bibliográfico, pero debo destacar de entre todas las publicaciones consultadas, algunas que han sido fundamentales para la redacción de sus páginas por calidad y profesionalismo desde la perspectiva de la historia: Historia Internacional de Bolivia (1930, 2º ed.) de Miguel Mercado Moreira; La Provincia de Atacama 1825-1842 (1975) de Fernando Cajías; Después de la Guerra (1979, 3º ed.) de Luis Espinoza Saravia; Guano, Salitre, Sangre (1979) de Roberto Querejazu Calvo; Las Relaciones Internacionales de Bolivia (1986, 2º ed.) de Valentín Abecia Baldivieso; Bolivia: Su Estructura y sus Derechos en el Pacífico (2000, 2º ed.) de Daniel Sánchez Bustamante; El Libro Azul: La Demanda Marítima Boliviana (2004) Documento Oficial de la República de Bolivia; Trayectoria de la Diplomacia Boliviana 1826-2004 (2004) de Óscar Vargas Aguirre y Juan Carlos Montecinos Luque; Estados Unidos y el Mar Boliviano (2005, 3º ed.) de Jorge Gumucio Granier; Historia de Bolivia (2012, 8º ed.) de Carlos D. Mesa Gisbert, José de Mesa y Teresa Gisbert; Historia Diplomática de Bolivia (2013, 6º ed.) de Jorge Escobari Cusicanqui; El Libro del Mar (2014) Documento Oficial del Estado Plurinacional de Bolivia, y Un Mar de Promesas Incumplidas (2015) de Andrés Guzmán Escobari.
El título de mi nuevo libro está inspirado en el libro de Valentín Abecia Baldivieso, La Dramática Historia del Mar Boliviano (1986).
Sin ninguna duda, la profundización de mi conocimiento sobre la cuestión, que como gobernante fue crucial dadas las acciones específicas que adopté sobre este tema, no hubiese sido suficiente sin la invitación que me hizo el presidente Evo Morales el 28 de abril de 2014 para explicar internacionalmente nuestra Demanda ante la Corte Internacional de Justicia. Esa responsabilidad, que acepté honrado, me ha permitido dedicar un tiempo fundamental al estudio histórico-jurídico de nuestra causa para llevar adelante adecuadamente el trabajo que me fue encomendado.
Especial agradecimiento le debo a Gustavo Aliaga Palma.
“La Historia del Mar Boliviano” es mi afirmación irrenunciable de ligazón emocional e intelectual con el Océano Pacífico del que nacimos y al que estamos destinados.

El autor fue Presidente de la República
Twitter: @carlosdmesag