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viernes, 31 de julio de 2015

Pedro Shimose con rasgos firmes describe POTOSI, su movimiento cívico que llega al mes de paro, las relaciones con el Gobierno Central y las promesas incumplidas que provocaron "el cabreo potosino" que apoyo a Evo en la esperanza de obras.

El Gobierno vive días de incertidumbre. Irán, China, Venezuela y Grecia –amigos de Evo Morales– le traerán contratiempos. El levantamiento del embargo comercial a Irán, por parte de EEUU y sus aliados, influirá en el precio a la baja del petróleo en el mercado mundial, hecho que repercutirá negativamente en la economía ‘blindada’ del Estado Plurinacional. El desplome bursátil de China Popular alterará nuestro comercio con aquel país asiático. La hiperinflación venezolana es una amenaza que se cierne sobre la economía plurinacional, alterada por una inflación hoy apenas perceptible, la especulación y el contrabando de gasolina y artículos de primera necesidad. La capitulación de Tsipras ante sus acreedores de la Unión Europea y el FMI demuestra lo que, hace unos meses, el capitán Quintana le espetó groseramente a los electores benianos: “Con dignidad no se come”. 

Hasta el economista norteamericano Paul Krugman (premio nobel 2008), partidario de la tesis inicial de Varufakis –hoy fuera del Gobierno–, acaba de declarar que estaba equivocado (¿qué hacía el vicepresidente García Linera en Atenas con sus amigos de Syriza, el pasado 19 de junio? ¿Cuánto le costó al pueblo boliviano el viaje relámpago del vicepresidente y su comitiva?). En cuanto al ingreso inconsulto e inesperado de Bolivia al Mercosur, no parece ser una medida que beneficie al país. Según el empresariado nacional, veremos coartada nuestra libertad de exportación a otros países que no sean miembros del Mercosur. 

En cuanto a la marcha de los movimientos sociales potosinos a la ciudad de La Paz, es algo que se veía venir y de nada valen los argumentos falaces de la ministra de Comunicación, porque todos sabemos que el Gobierno de Chile, los partidos de la oposición y el imperialismo yanqui nada tienen que ver con las movilizaciones potosinas. En las últimas elecciones generales, Potosí votó masivamente al MAS. Si usted quiere saber por qué los potosinos están cabreados, le sugiero leer el excelente artículo de Andrés Gómez Vela, titulado “¿Por qué Evo no quiere hablar con la gente de Potosí?” (Página Siete, 26.07.15). Vale la pena, se lo aseguro. Si no lo hace, le diré, en síntesis, que se trata de promesas incumplidas. 

Desde hace años, el presidente Evo viene toreando a Potosí respecto a unas expectativas creadas por la demagogia gubernamental en tiempo de elecciones. Después de tres semanas de marcha, los líderes potosinos no lograron reunirse con el presidente. Se reunieron… con el capitán Quintana. ¿Y el presidente Evo? Jugando al fulbito, que es lo suyo. ¡Se le mete, nomás! // Madrid, 31.07.2015.

martes, 28 de julio de 2015

"Vale un Potosí" todavía se usa en España, lo acabo de comprobar, aunque según Gonzalo Chávez, el Gobierno usa "me vale un pepino" cuando se trata de atender a Potosí y sus requerimientos. su análisis es valioso y global. para meditar.

El sueño del "vale un Potosí” se convierte en la pesadilla de la indiferencia y la politiquería del poder. Más aún, desde la cima del árbol del poder se responde con un: "Potosí me vale un pepino”
Una de las expresiones más globalizadas del pasado, que reflejaba la riqueza de Bolivia y de la Villa Imperial, era: vale un Potosí. Así se resaltaba cuando  algo tenía muchísimo valor. Este enunciado habría surgido entre 1570 y 1620, cuando se produce uno de los auges más importantes de la plata en el  mundo. Cabe recordar que las minas de Potosí fueron descubiertas hacia mediados del siglo XVI y gracias a las Reformas Toledanas (1570) y la introducción de nuevas tecnologías vivieron un gran esplendor.
La magnitud del boom minero fue tal que la fama de Potosí se debe a este período, momento en el cual –según la sabiduría popular–, la urbe potosina tenía igual o más habitantes que las principales ciudades europeas. Las investigaciones históricas han demostrado también que, lejos de un mero enclave económico, Potosí actuó como un polo de crecimiento que dinamizó a diferentes regiones de América del Sur. La ilusión de desarrollo comenzó muy temprano en nuestra historia.
El auge minero terminó hacia 1620, y Potosí vivió su primer estancamiento económico que perduró más de un siglo.
Investigaciones recientes muestran que fue durante este periodo que el salario real potosino (una proxy de desarrollo económico) se rezagó frente al de México y al de ciudades norteamericanas que serían cuna de la industrialización en este continente.
La producción de plata potosina vivió un segundo boom hacia finales del siglo XVII. Este auge respondió a cambios en la organización colonial y no fue resultado de ningún cambio tecnológico; además, fue de menor magnitud que el presenciado durante los comienzos de la era colonial. En este contexto, el boom terminó abruptamente hacia inicios del siglo XIX, Bolivia comenzaba su vida independiente con un Potosí renqueante.
La producción minera potosina recuperó dinamismo recién hacia fines de 1850. Ello fue resultado de la consolidación de una nueva clase capitalista nacional que introdujo nuevas tecnologías y que fue capaz de aprovechar la caída de los precios de diversos insumos en los mercados internacionales. Posteriores cambios legislativos y tecnológicos dinamizaron ostensiblemente la producción de plata durante las décadas de 1870 y 1880. Sin embargo, la caída en los precios internacionales frenó, una vez más, abruptamente, este ascenso hacia mediados de la década del 90.
Durante el siglo XX, la explotación minera continuó generando estos procesos de expansión y crisis económica en el departamento de Potosí. Los ascensos fueron pocas veces resultado de innovaciones tecnológicas, más bien fueron consecuencia del ascenso en los precios internacionales.
De todas maneras, si algo caracteriza a la economía potosina durante este período, y particularmente desde mediados de siglo pasado, es la pérdida sistemática de importancia en el conjunto de la economía nacional. Si bien no contamos con datos históricos de PIB departamentales, la evolución de la importancia relativa de la población departamental es por demás elocuente. En efecto, si bien hacia 1950 la población potosina representaba el 18% de la población boliviana, en 1992 el ratio había descendido hasta el 10% y, hacia 2012, se ubicaba en el 8%.
A inicios del siglo XXI, la historia de boom y colapso se repite. Debido al incremento de los precios de la plata (en el periodo 2005-2013 sube en un 226%) se crea nuevamente el espejismo de la riqueza sin desarrollo. Una vez más el PIB potosino sube por el ascensor. Por ejemplo, en 2007 se crece al 12,9% y en 2008 se llega a la cima del  24%, para luego retroceder a la nada despreciable cifra de 8%.
El crecimiento del sector minero es más espectacular aún, para muestra sólo un botón: en 2008 el aumento del PIB sectorial llega a 60,7%. Las estrechas calles de la Villa Imperial se rinden ante las Hammers y la construcción presenta un espectacular crecimiento de 96,2%. Es el auge de la fiesta del consumo, se reedita el espejismo de las materias primas, los cooperativistas mineros están en un éxtasis financiero y se alían al proceso de cambio.
La vieja industrialización de los minerales vuelve de la ultratumba de la mano del zombi Karachipampa, que produce tres lingotes para la propaganda oficial y una gran foto. En el summit de la demagogia se ofrecen los símbolos de desarrollo para la región, un aeropuerto, una fábrica de cemento y otras joyas del desarrollismo.
Se inflan las expectativas y se promete la felicidad económica instantánea. De yapa, un nuevo mineral entra en la colección de ilusiones: el litio, que recibirá la posta de la plata en la corrida del crecimiento regional. Pero como siempre es una riqueza prestada, los precios de los minerales, en especial de la plata, vuelven a caer, ahora se cotiza 16 dólares la libra fina, cuando en el auge llegó a 50.
Un doloroso chaqui comienza a afectar a la economía local. La gente, una vez más, se ve desilusionada y el sueño del “vale un Potosí” se convierte en la pesadilla de la indiferencia y la politiquería del poder. Más aún, desde la cima del árbol del poder se responde con un: “Potosí me vale un pepino”, como a lo largo de más de cinco siglos.  Este artículo fue escrito  a cuatro manos,  agradezco las excelentes ideas del historiador económico José Peres Cajías.
El autor es economista

domingo, 26 de julio de 2015

según Harold Olmos, Mirtha Camacho del Tribunal Constitucional hace historia, cuando propone "estado de sitio" para controlar Potosí y su rebelión

La presidente de la Sala Segunda del Tribunal Constitucional Plurinacional hizo historia este viernes al sugerir que el gobierno dicte estado de sitio en Potosí. Citada por la Agencia oficial Boliviana de Noticias (ABI) la magistrada Mirtha Camacho dijo, en la mañana de este viernes:
 “Tengo entendido que los ministros intentaron dialogar, si no quieren, pues tenemos nomás que que hacer uso de lo que establece la Constitución Política del Estado y establecer un estado de sitio en el departamento de Potosí, donde se está convulsionado”.

La autoridad, por definición llamada a representar el rostro justo e imparcial de la justicia, tomó partido por decisiones radicales para el movimiento que tiene paralizado a Potosí desde hace 20 días. Es el mayor en la capital minera boliviana desde hace cinco anos y el juicio de la magistrada surgió en una jornada de endurecimiento contra líderes del movimiento detenidos el miércoles, el día de mayor tumulto en La Paz. Tres de los detenidos ese día fueron enviados a la cárcel de San Pedro acusados de promover violencias aquel día.

“Yo solicito que la parte ejecutiva del país tome ya las decisiones pertinentes, cuando no manda la razón, no manda la lógica tenemos que hacer uso el estado de sitio”, expresó la magistrada, de acuerdo al texto difundido por la agencia gubernamental.
El estado de sitio supone la suspensión de las garantías constitucionales. Fueron  muy efímeros los resutados de la encuesta que asegraba que un 57% de bolivianos creía que la visita del Papa Francisco iba a reconciiar a los bolivianos! En tres semanas ha ocurrido una mutación muy grande de sentimientos. Lo ocurrido estos días es diferente a lo que los resutados de la encuesta suguieren. Nadie puede alegar que la sugerencia de la Magistrada va hacia los brazos de los que quieren agravar el conflicto. Pedir, desde su alta investidura, reclamar estado de sitio es condenar la búsqueda de soluciones y de una reconciliación.