Bolivia aparece en una reciente lista elaborada por Estados Unidos de países que han fallado en sus iniciativas contra el narcotráfico, uno de los principales flagelos que azotan al mundo contemporáneo. El Gobierno ha rechazado la inclusión en dicho ranquin y ha asegurado que hizo todos los esfuerzos posibles para reducir la producción, frenar la comercialización de sustancias prohibidas y combatir a las organizaciones delictivas que están detrás de este vil negocio.
El Ejecutivo asegura que ha superado ampliamente la meta de 5.000 hectáreas anuales de erradicación de cultivos excedentes y, esta vez, se pretende pasar las 12.700 hectáreas hasta fin de año. La autoridad recordó que en 2010 erradicaron 8.200 hectáreas, 3.000 más que lo establecido por la Ley 1008 y los organismos internacionales como Naciones Unidas. Lo cierto es que el narcotráfico es una de las asignaturas pendientes de esta gestión gubernamental, fundamentalmente, porque flexibilizó y permitió la extensión de los cultivos de hojas de coca en respuesta a la demanda de los productores del arbusto milenario, principal insumo para la elaboración de cocaína.
Bolivia sigue siendo uno de los principales productores de cocaína, con más de 150 toneladas anuales, la mayor parte de la cual se envía de forma clandestina a Brasil, Argentina y Europa, y en menor medida hacia EEUU. Además, el país es un puente de tránsito de droga peruana y colombiana que también se traslada a esos mercados de consumo de estupefacientes. Más grave aún, el narcotráfico está directamente relacionado con el aumento del delito y la inseguridad que ha golpeado a las principales ciudades bolivianas, y en particular a Santa Cruz de la Sierra, donde se han instalado organizaciones delictivas colombianas, peruanas y mexicanas de alta peligrosidad en coordinación con clanes bolivianos.
El fenómeno, incluso, ha ingresado en la campaña electoral en Brasil, donde el candidato presidencial Aécio Neves (PSDB) ha planteado la necesidad de cerrar la frontera y modificar la política bilateral debido a la flexibilidad que muestran las autoridades bolivianas respecto de este problema.
El narcotráfico es un problema de salud pública y de seguridad global de primer orden, que exige una acción firme y contundente de parte del Estado, en particular en Bolivia, donde se concentra gran parte de la producción de estupefacientes. Lo contrario puede resultar suicida para la seguridad y la vida de los ciudadanos. (Editorial de El Deber en fecha tan importante de temas pendientes de acometida)
La ciudad de Cochabamba, su gente, sus calles y plazas. Sus ríos y montañas. Su historia y geografía, su futuro promisorio. Su siempre renovada imagen.
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jueves, 9 de octubre de 2014
debido al triunfo opositor en Brasil, el tema del narcotráfico resurge con fuerza en el ámbito boliviano, porque el Narcotráfico es Asignatura Pendiente y más pronto que tarde Bolivia tendrá que ponerse a derechas y erradicar la coca de verdad, no en forma ficticia como ocurre con el MAS y con Evo que sigue siendo el mandamás entre los productores de coca. se acerca pués la hora de la Verdad. Brasil llegará hasta donde sea necesario para lograrlo.
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