Desde mayo de 2006 me propuse denunciar los atropellos judiciales que se iban acumulando en el curso diabólico de la injusticia que campea en los tribunales del país, explicó el periodista y sacerdote.
ANF
El sacerdote jesuita Gramunt de Moragas presentó en Cochabamba el libro “José María Bakovic, linchamiento y muerte de un ciudadano ejemplar, en el que relata los abusos judiciales que se produjeron contra el expresidente del Servicio Nacional de Caminos (SNC), que llegaron a provocarle la muerte.
Decenas de familiares de Bakovic, junto a periodistas e interesados en general atestaron el salón principal de la casa Nuestra Señora de la Esperanza, un centro jesuita de Cochabamba, donde reside Gramunt de Moragas. Se vivió una noche que tuvo una mezcla de frustración y, también, esperanza.
El libro reúne 50 artículos de opinión y documentos escritos y obtenidos por Gramunt de Moragas, que fue fundador y director durante 50 años de la Agencia de Noticias Fides. El libro fue presentado la noche del viernes.
Juan Cristóbal Soruco, director del diario Los Tiempos, el padre Osvaldo Chirveches, provincial (responsable) de la Compañía de Jesús, Tonci Bakovic, hijo del homenajeado, y Vicente Egüez, amigo personal de la familia, estuvieron a cargo de la presentación de la obra, presentada por la Editorial 3600.
“Recopilamos los artículos que se publicaron sobre la vida ejemplar y la muerte trágica de Bakovic (
). Nos ocupamos del perverso acoso judicial al que fue sometido; de los ciegos, sordos y mudos que vieron pasar el criminal adefesio judicial sin pestañear, afirmó el autor del libro.
El sacerdote Chirveches mencionó que el texto “permite un camino de verdad y justica, debido a que el Padre Gramunt refleja la lucha incomprendida de Bakovic y su demanda de reparación posterior.
Bakovic falleció el 12 de octubre de 2013 tras sufrir un infarto en la antesala de una audiencia ante el Ministerio Público que le había conminado a presentarse en La Paz, pese a que sus abogados habían insistido en que sufría de problemas cardíacos y que su vida estaba en riesgo. Precisamente sufrió un ataque cardíaco y murió al día siguiente en Cochabamba, donde fue conducido de emergencia. El
Gobierno tomó a Bakovic como un símbolo de los gobiernos anteriores y por ello decidió perseguirlo, dijeron sus abogados en ese tiempo.
El expresidente del SNC enfrentaba decenas de procesos legales promovidos por el Gobierno, todos considerados sin base por sus abogados.
El director del diario Los Tiempos y autor del prefacio del libro, afirmó que no era fácil leer la primera parte la obra, pues, de inmediato “asaltan los sentimientos de frustración, impotencia e ira, además de la “indefensión ante el acoso judicial del Gobierno. Sin embargo, también muestra que “hay ciudadanos que no han acallado su voz de protesta. La obra, por tanto, invita a la reconstrucción de las instituciones de defensa de la sociedad, agregó Soruco.
Tonci, su hijo, pidió “que el legado que nos ha dejado José María sirva de ejemplo a futuras generaciones de Bolivia: el legado de buen católico, el de construir caminos para los pobres, el de luchar contra la corrupción, expresa Los Tiempos.
Finalmente, Egüez relató anécdotas de Bakovic y describió sus valores. Relató que en una visita a la cárcel, donde se hallaba recluido, sus amigos lo hallaron en una celda maloliente, pero Bakovic estaba tranquilo y optimista. Les dijo que las mejores flores nacían del estiércol.
Jubilado ya del Banco Mundial, Bakovic fue designado presidente del SNC en 2001 durante el gobierno del expresidente Jorge Quiroga. Según destaca Gramunt en su texto, la gestión de Bakovic estuvo marcada por una lucha contra la corrupción y el impulso de proyectos viales, alguno de los cuales tienen vigencia hasta el día de hoy. Renunció al llegar Evo Morales al poder.
“Por estas razones, desde mayo de 2006 me propuse denunciar los atropellos judiciales que se iban acumulando en el curso diabólico de la injusticia que campea en los tribunales del país, explicó el periodista.
“Cuando cerramos esta edición, a principios de 2016, había pasado el luto, pero queda el recuerdo. Y en el caso concreto de José María Bakovic, conservamos el ejemplo, puntualizó Gramunt, de 94 años.