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sábado, 12 de diciembre de 2015

algo difiero del autor Roger Cortez cuando pasa por alto a una oposición desarticulada sí, pero valerosa porque enfrenta al monstruo de 7 cabezas que es el MAS, por lo que en Buenos Aires lo dijo una y otra vez, "no tengo oposición" y juzga que los medios son sus opositores ante el hechode ser los mensajeros del nuevo estado de cosas y los vigías del malestar, por lo demás si el NO se muestra robusto es por la causa intrínseca de oponerse al abuso, a la injusticia, al latrocinio a la corrupción y el crimen.

Marcha pachorrienta la campaña del NO y la del SÍ sencillamente descalabrada, según los datos de la última encuesta publicada este domingo 6 de diciembre, ya que retratan una práctica inmovilidad de la predisposición expresada por los votantes desde el primer sondeo de este año, que ya mostraba el triunfo la desconfianza, o el repudio liso y llano, a la reforma constitucional para volver a reelegir al actual Presidente y su Vice.
Sin duda, la campaña del SÍ parece mucho peor parada porque con su aplastante presencia de voceros, anuncios, trascendidos y todo tipo de mensajes favorables a convencer que es indispensable reelegir a la dupla tantas veces triunfante, no logra una nueva adhesión. Los campañistas del SÍ tienen además sobre sus hombros el tremendo peso de saber que si revirtiesen la situación y consiguieran una victoria muy ajustada, ésta tendrá sabor a derrota porque el objetivo de lograr una plataforma para relanzar a sus candidatos en 2019 quedará muy flojo en un entorno que se hace crecientemente negativo.
Además, a diferencia de la campaña por el NO, el conjunto de recursos y estructuras estatales se están movilizando a favor del SÍ no solamente con bombardeo de mensajes, sino con acciones, entre las cuales una de las más destacadas es el manejo de las estadísticas y proyecciones económicas para hacer verosímil que el crecimiento anual de la economía superará 4,5 por ciento del PIB, y legitimar así el pago del doble aguinaldo, como presunto mejor estímulo del voto favorable al oficialismo.
Ese pago, que por lo pronto alcanzará a la alta burocracia estatal, aparentemente, es también importante por los descuentos obligatorios para la campaña. Lleva a que los estrategas descuiden el hondo descontento que produce en la población saber que la gran burocracia se embolsillará pequeñas fortunas este fin de año.
Las acciones --eso que tiene la campaña favorable al SÍ y no aparece por ningún lado en la del NO-- también incluyen una cierta aceleración de las citaciones y acciones procesales en el caso del Fondo Campesino para tratar de respaldar la idea de que se estaría cumpliendo el “caiga quien caiga”, Pero eso no convence a quienes ya se han decidido por el NO, porque recuerdan todo el empeño que puso el Vice para afirmar que lo del Fondo era apenas una muestra de “microcorrupción”.
Lo trágico para la campaña del SÍ es que casi todo lo que hace, o deja de hacer, aumenta el recelo y el rechazo de los desilusionados y los escépticos; bajo la presión, además, de que basta perder por un solo voto para desatar una desmoralización profunda y una confusión extrema en las filas oficialistas, como necesaria consecuencia de haber jugado todo a una carta.  
En contrapartida, los ya persuadidos por la reelección mantienen su decisión, sin importar la cantidad de denuncias, o pruebas, que puedan presentarse para demostrar la decadencia del régimen. Como suman cerca del 40 por ciento del Padrón Electoral, los partidos opositores, que no están aportando ni un punto en favor de subir el porcentaje del NO, están conminados a descubrir y ejecutar una acción que le demuestre a quienes apuestan por la reelección que la escena política ulterior a la votación del 21 de febrero ofrecerá verdaderas novedades y alternativas confiables.
Quitar del menú electoral de 2019 a las actuales cabezas del Ejecutivo para escoger a sus sucesores de entre los programas y candidatos que ya conocemos es poco atractivo para quienes apoyan casi incondicionalmente al Presidente, pero también siente lo mismo un número creciente de los que respaldaron las opciones perdidosas en elecciones previas.
Si el triunfo del NO promueve un cambio de Gobierno en las futuras elecciones nacionales, ése coexistirá con una amplia supervivencia del oficialismo en la mayor parte de los aparatos de Estado y la dirigencia corporativa, complicando más su gestión, mientras más estrecho haya sido su triunfo.
De manera más próxima y práctica: para que el NO augure un cambio esperanzador necesita ser mucho más claro de lo que auguran las encuestas conocidas y para eso se requiere un tipo esencialmente nuevo, y distinto de la oferta de las tiendas partidarias opositoras.
El autor es investigador y director del Instituto Alternativo.

viernes, 11 de diciembre de 2015

frase feliz para la historia, la de Lupe cuando se refiere a "la creciente sensación térmica por el NO". difícil entender cómo Alvaro y sus adláteres convencieron a Evo al relanzamiento. el instinto de conservación y la ambición desmedida de funcionarios que saben que sin Evo con unos"pichiruchis"

Cualquiera sea el resultado, el Gobierno perderá, así emplee todo su control sobre las instituciones. Difícilmente revertirá la creciente sensación térmica por el NO
Es difícil entender por qué Álvaro García Linera y un grupo de neomasistas convencieron al presidente Evo Morales para someterse a una nueva consulta popular a poco más de un año de su última victoria electoral, al año del fracaso del oficialismo en las elecciones para gobernadores y gobiernos municipales y a pocos meses de perder en los referendos sobre estatutos preparados por el Movimiento Al Socialismo.
¿Faltó un análisis sereno del contexto interno y de los complejos vientos externos, tanto en Europa como en América Latina?
¿Por qué se planteó casi al día siguiente de las elecciones generales debatir el nombre del sucesor del presidente que es a la vez máximo ejecutivo de los cocaleros bolivianos? ¿No existe un equipo para sopesar los diferentes escenarios, para delinear en prospectiva? ¿No leen, no conocen la historia de este país, del comportamiento de su pueblo en diferentes coyunturas?
Al parecer, todo razonamiento fue nublado por un instinto de conservación, a la vez expresión de la ambición desmedida de un grupo de altos funcionarios que saben que sin Evo son unos “pichiruchis”, como resume Mafalda. El propio vicepresidente que no ha ganado por sí solo –tampoco sus parientes– ni una jefatura de carrera ni el vicerrectorado de la UMSA, a pesar de un gran aparato político, de ahí su encono contra los alcaldes populares.
¿Por qué gastar millones de bolivianos en una consulta que podría haberse dejado para 2018, sólo para deshojar la margarita: me quiere, no me quiere...? ¿Por qué poner en aprietos al Tribunal Electoral Plurinacional, renovado con otros rostros afines al Gobierno, pero que podrían intentar prevalecer su profesionalismo? Los quemaron antes de que puedan ordenar el caos que heredaron.
¿Por qué autoengañarse con pintadas de paredes compartidas por los funcionarios públicos obligados a dividir turnos, comprar la pintura y salir desde el atardecer a poner un mensaje sin contenido? Es interesante ver en las concentraciones al mismo que vimos días antes en Senasir o a la chica del Ministerio de Planificación y sus colegas de escritorio.
Cualquiera sea el resultado, el Gobierno perderá, así emplee todo su control sobre las instituciones. Difícilmente revertirá la creciente sensación térmica por el No ni superará sus mejores votaciones. Si gana, la mitad no creerá en la transparencia del conteo. Una vez más en la historia, el voto paceño será el más significativo.
Ni siquiera achuntaron al poner rojo al No. Atávicamente se sabe que es el color de la pasión y del adiós. ¿Por qué el Gobierno busca una Tarjeta Roja, antes de tiempo?
La autora es periodista.

jueves, 10 de diciembre de 2015

ni toda "la robusta propaganda" logra convencer por el SI, más al contrario las encuestas acusan una rebaja de porcentaje, mientras el NO, suma y sube en la preferencia en clara desventaja de AlvaEvo, que está de capa caída al punto que se rumorea como su probable suspensión. Erika Brockmann con pincelada segura pinta el cuadro del dia.

Pese a los afanes festivos, el ambiente político se calienta inusitadamente. Ofician de fogoneros los eventos electorales y políticos registrados en la vecindad y el mundo. Me refiero no sólo a los resultados electorales registrados en Argentina y Venezuela y a la crítica situación que enfrenta la presidenta del Brasil, sino también a las amenaza de un yihadismo radical que propaga sus consignas terroristas en todos los rincones del planeta. En el plano doméstico, los eventos asociados a las campañas por el SÍ o NO a la Reforma Constitucional y al escándalo de larga duración del Fondioc saturan la cartelera informativa.
En medio de ello, destaca la riquísima información proporcionada por la reciente encuesta promovida por la empresa Mercados y Muestras, la misma que ayuda a entender el estado de ánimo de nuestra sociedad en este particular momento de cambios políticos y económicos en la región.
¿Cómo explicar que un 54 por ciento de los bolivianos esté en contra de una reforma constitucional que avalaría el prorroguismo presidencial a la par que registra una alta valoración a la gestión del Presidente que sumando la calificación de “regular” supera el 80 por ciento? Más que sorprendernos, esta falta de congruencia  refleja un nivel de madurez democrática que debiera reconfortar.
Una cosa es valorar una gestión presidencial más allá de toda pasión y otra, distinta, aventurarse a modificar la ley de leyes dando luz verde a sucesivas reelecciones de Evo o de quien en el futuro caiga en la tentación de reproducir y concentrar poder aprovechando las ventajas de estar en ejercicio del poder. Con base a esta diferenciación el voto adopta la calidad de voto consciente e informado.   
La leve disminución de apoyo al SÍ llama la atención por tratarse de una apuesta por la que el Gobierno decidió poner toda “la carne al asador”. Todo indica que la millonaria campaña  propagandística desplegada por el robusto aparato institucional y mediático estatal ingresa en una etapa de rendimientos decrecientes. Disminuye la capacidad de seducción especialmente en segmentos del electorado con mediano y alto nivel de instrucción y de las capas medias. Tanta información y propaganda empaquetada satura e indigesta.
Por otra parte, el daño político y moral producido por el caso del Fondioc no toca fondo. Desbordó la capacidad de control del Gobierno. Hoy, en su afán por  mitigar los daños dio luz verde a medidas punitivas hacia cuadros políticos de mayor jerarquía pero políticamente “descartables”. A pesar del elevado costo político que ello representa para su vanguardia Indígena Originaria Campesina, se apunta a preservar de esa marea contaminante al binomio Morales-García Linera, usualmente inmunes de toda amenaza terrenal y mundana.   
Un 75 por ciento opina que el presidente debiera buscar un sucesor a nivel del MAS o jubilarse de la política, lo que implicaría realizar un esfuerzo saludable para  liberar al país de la Evo Dependencia. Sin embargo, un 22 por ciento minoritario sostiene que, de ganar el NO, debieran “buscarse otras vías para garantizar su reelección”. En este segmento se ubican los fanáticos y los soldados del proceso de cambio, dispuestos incluso a transgredir la convivencia democrática. Esas minorías están organizadas, algunos sostienen que fueron entrenadas militarmente para defender el proceso. A estos grupos les gustaría hacer de Bolivia el centro de la resistencia de una revolución que afortunadamente no trastocó el precario andamiaje republicano. Piensan al país como el último reducto de una ALBA cada vez más desportillada, como la trinchera para probar su fe religiosa a un cambio hoy envejecido. Esas minorías, sean cocaleros, campesinos o colonizadores, son profundamente conservadoras, son aquellas cuyo ímpetu ingobernable y su desacato a la ley, en el mejor de los casos, sólo el mensaje del caudillo podría aplacar.
La autora es psicóloga, cientista política, exparlamentaria.

miércoles, 9 de diciembre de 2015


sentida condolencia a la Iglesia Católica Boliviana.

A la familia del Cardenal en Vallegrande y Santa Cruz. 

a todos los bolivianos que siendo o no creyentes, que

siguieron de cerca el andar de este luchador por los 

Derechos Humanos y por la Libertad y la Justicia. 


Que Dios lo tenga en su gloria!