En el mundo árabe, a los cristianos se les dice "Nassara” y en el idioma hebreo "Notzrim”. Ambos términos hacen referencia a Nazaret, la aldea de los "Natzoreos”, el clan davídico al cual pertenecía la familia de Jesús, según recientes investigaciones.
La letra árabe "nun”, inicial de Nassara, ha aparecido en los muros de las casas de Mosul, la ciudad norteña de Iraq, después de que las milicias fundamentalistas del Estado Islámico de Siria e Iraq (ISIS) la arrebataran a los kurdos en la guerra abierta que ISIS mantiene con el Gobierno iraquí y con Bashar el Assad en Siria. ¿Cómo no recordar la estrella de David colocada en tiendas, casas y brazos judíos por los nazis?
En realidad esos Nassara pertenecen a la milenaria secta religiosa de los "Yazidíes”, unas 500 mil personas que viven en la frontera entre Siria, Turquía, Armenia e Iraq y forman un grupo religioso sincrético que practica cultos cristianos (bautizo, sacerdocio y fracción del pan), islámico (las cinco oraciones diarias) e hindúes (culto del sol, fe en la reencarnación, etcétera). Es una minoría dentro la minoría kurda de esa región.
Acostumbrados al abuso del término "genocidio”, cuesta entender la magnitud de la violencia descomunal ejercida en contra de ese grupo étnico-religioso. En el momento en que escribo esta columna se registran más de 500 personas, sobre todo mujeres y niños, asesinados a sangre fría, incluso enterrados vivos, 300 mujeres secuestradas y sometidas a la esclavitud, más de 50 niños muertos de hambre y sed en el intento de escapar de la furia de los yihadistas de ISIS, más de 20.000 personas atrapadas en las montañas y rodeadas por las milicias, decididas a asesinar a todo Yazidí que no acepte convertirse al Islam y pagar un impuesto especial por infieles (jizya).
¡Qué fácil había sido, en pleno siglo XXI, volver a la edad media, cuando el islam significaba justamente "misericordia”, o perdón de la vida, para los paganos que se convertían a la nueva religión! ¡Y qué fácil había sido volver a lo peor del imperio romano, cuando los cristianos eran perseguidos por su religión y llevados a dar testimonio (que eso significa "martirio”) de su fe!
¿Qué ha hecho ese pueblo para merecer esa bárbara forma de exterminio? Al parecer los Yazidíes no tienen misiles para arrojar contra otros Estados, ni túneles para llevar a cabo atentados terroristas, ni siquiera milicias o armas (los kurdos se han hecho cargo de su defensa).
Su única "culpa” es ser diversos, a tal punto que ISIS los considera paganos y adoradores del diablo. De hecho, la furia de ISIS contra ese grupo religioso se inserta en una más amplia campaña tendente a borrar todo vestigio de paganismo, destruyendo, a su paso, invalorables monumentos históricos de la antigua Asiria. Si la emergencia de esa tragedia humana nos interpela prioritariamente, no menos preocupante es la caótica situación política de Iraq.
Alguien dirá, como de costumbre, que la culpa la tiene el "imperio” que invadió Iraq y destituyó el Gobierno legal de Sadam Hussein, y en parte es verdad, si se complementa esa afirmación con la incapacidad de los políticos iraquíes para gobernar un país complejo por la multiplicidad de etnias y religiones, una vez que las tropas de la OTAN abandonaron Iraq.
Se podría argumentar que ahora los EEUU están tomando de su propia medicina, obligados a intervenir con incursiones aéreas para mitigar el genocidio en curso. Pero como suele suceder, la medicina de los poderosos la toman, con creces, los pobres e indefensos. En este caso los Yazidíes, una etnia religiosa cristiana que reclama su derecho a seguir viviendo su diversidad.
¿Y nuestra esotérica Cancillería? ¡Viviendo bien, gracias!