El Gral. Gary Prado Salmón compareció ayer a declarar ante el Tribunal del caso Rózsa para dejar en claro que su inclusión en el polémico proceso tiene motivación política y ninguna base jurídica sólida.
Gary Prado pidió al Tribunal Primero de Sentencia de La Paz, a la cabeza de Sixto Fernández, que ponga en la balanza, por un lado la imputación presentada por un exfiscal enjuiciado y cuestionado desde el principio como es Marcelo Soza y en el otro lado la hoja de servicios a la patria de él como militar.
Hizo hincapié en que por un lado, está la sindicación armada con intereses políticos de un "delincuente" que ahora se encuentra refugiado en Brasil y por otro lado la versión de su persona, que dentro de su carrera militar, siempre defendió la unidad del territorio nacional. Prado mostró en la audiencia una medalla de condecoración que le entregaron hace poco por su contribución al desarrollo, la seguridad e integridad nacional; mientras que paradójicamente tiene sobre sus espaldas una acusación injusta por separatismo y terrorismo. "Soza me acusó de entregar documentos a Eduardo Rózsa, sin embargo, jamás revisó mi computadora", indicó Prado, a tiempo de agregar que le dijo al exfiscal Soza que revise su equipo de computación, pero nunca quiso.
"Hasta qué grado podrán soportar las presiones del Gobierno... depende de su conciencia", agregó Prado Salmón en franca alusión a las juezas ciudadanas.
Vendetta política. Por su parte, el abogado e hijo del acusado, Gary Prado Araúz, dijo a los medios que la imputación contra su padre, es simplemente una vendetta política del partido de Gobierno. Argumentó que el revanchismo es por el hecho de haber capturado en La Higuera, al guerrillero argentino-cubano, Ernesto "Che" Guevara en 1967.
El general Prado en su declaración ante el Tribunal, mencionó que capturó al subversivo extranjero, pero no tuvo nada que ver con su muerte. Criticó además que desde el Gobierno se intente condenarlo por un crimen que nunca cometió.