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jueves, 3 de julio de 2008



Parlamento Latinoamericano (Sede: Cochabamba, Bolivia)

el tiempo transcurre en forma acelerada y la región está quedando rezagada porque como todos los proyectos que tienen que ver con la ejecutoria del Estado se burocratiza y corre el riesgo de perder su oportunidad.

como quiera que estamos realizando su seguimiento desde cuando la iniciativa de instalar el parlamento en Cochabamba partió del presidente Lula, ha pasado ya casi dos años hasta el día de hoy cuando la novedad nos la trae una crónica de Joel Vera Reyes publicada en Los Tiempos con la misma fotografía que complementa la página.

Adelantamos que el proyecto se estaba sobredimensionando por cuanto la suma inicialmente aprobada por los gobiernos de 50 millones de dólares no es tan grande que permita la construcción de toda una ciudadela como nos refiere la crónica merced al entusiasmo y al aporte de los vecino de San Benito a 35 kilómetros de la ciudad, de un terreno de 100 hectáreas para situar al Parlamento, tomando como padrón si se quiere a la sede del parlamento europeo ubicada en la ciudad de Bruselas.

Digamos tan sólo de paso que también allí se sobredimensionó el proyecto que tuvo que ser varias veces modificado y que aún hoy, a estar por el comentario de los parlamentarios suecos que acuden a Bruselas, se construyó un edificio mastodóntico que no está totalmente funcionando porque en la práctica, los parlamentarios decidieron por buscarse hospedaje en pensiones y hotelitos de la vieja capital belga, sea porque estaban allí a la mano del centro comercial, cuanto por los precios mejor adaptados a las posibilidades económicas de los diputados de la Unión Europea constituída hoy por 27 países.

San Benito como una segunda alternativa

Correspondió al ingeniero René Saavedra, visionario futurista y enamorado de la región planear y llevar a feliz realización la serie de urbanizaciones que en un momento determinado, quizá respondiendo al impuso de don René y sus hermanos y del grupo cívico que secundó sus iniciativas se llegó a construír unas 50 o más viviendas que correspondieron en aquel momento al Gral. Bánzer, al Gral. Pereda, a las autoridades prefecturales, municipales como don Humberto Coronel, algunos ministros de Estado que relativamente pronto le dieron cuerpo a San Benito y surgió como un barrio extra, vacacional y recreativo de Cochabamba.

No vamos a detenernos en los factores poco afortunados de la región, falta de suficiente agua, dificultades económicas en afianzar la infraestructura básica y el menguado entusiasmo de los avencindados en San Benito que dieron por resultado el abandono de los planes originarios.

La Unión de Naciones Sudamericanas, 12 en la actualidad que dieron su aprobación a la idea de Brasil, no están al tanto del Proyecto San Benito porque ni siquiera se armó la presentación del mismo, aparte de enunciado, del acuerdo de los campesinos e interesados de la región y del Presidente que realizó una única visita para reconocer el terreno.

Lamentablemente no se ha difundido un pliego preliminar que podría contener la información básica de los requerimientos iniciales para el funcionamiento del Parlamento Latinoamericano.

Recordamos sí que existen otras sugerencias de sitios ubicados algo más próximos a la ciudad y cuyo gasto en infraestructura no tendría que ser tan colosalmente alto como el propuesto.

Los beneficios descritos de su proximidad a centros militares y hasta la posibilidad de disponer de una pista aérea para facilitar las comunicaciones son realmente importantes, pero no dejan de ser algo a futuro, constreñidos siempre al costo de una infraestructura en agua, comunicaciones, desagues y vías que alejan su factibilidad en comparación con las otras tres ideas posibles.

El tiempo corre y el avanze es lento

Para no perder ésta oportunidad única para Cochabamba y Bolivia de ser la sede efectiva del Parlamento Latinoamericano el trabajo se tiene que acelerar y llegar sin demora a la fase de convocatoria al diseño del Centro con imaginación y fantasía, pero sin utopías irrealizables que en lugar de facilitar su concresión lo alejen de una real posibilidad.