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viernes, 25 de agosto de 2017

crisis solo para los ciudadanos, porque los "mandamases" no la sufren, no la sienten, no la pagan. los incidentes recientes muestran "la continuada bonanza" del jolgorio masista en lugar de austeridad, reducción de gasto, eliminación del derroche, aplica subida de los servicios para el gran público. Oh Injusticia generada por Evo, por el MAS, por su Gobierno.


Crisis solo para los ciudadanos


El episodio ocurrido el pasado lunes en la Cámara de Diputados, más concretamente, el duelo verbal entre el vicepresidente y la diputada opositora Norma Piérola, es muy significativo porque muestra de cuerpo entero al Gobierno del MAS. Ayer, por ejemplo, en este mismo espacio, sacábamos conclusiones acerca del papel de la mujer en la política, a raíz del trato humillante que sufrió la parlamentaria de un régimen que actúa sin disimulo. Hoy hablaremos de la conducta de las autoridades en relación a los recursos del Estado y especialmente del derroche y la discrecionalidad con la que se dispone del dinero y los bienes que son de todos y que deben ser utilizados con transparencia y racionalidad.
El vicepresidente actuó con mucha soltura ese día al ofrecerle a la diputada un avión para hacer de manera inmediata un recorrido que ayude a determinar si existen o no bases militares en el territorio. La seguridad con la que habló el segundo mandatario dice mucho de la libre disponibilidad que tienen los funcionarios para disponer de los bienes públicos, sin apelar a ningún mecanismo legal, trámite, autorización y por supuesto, sin respaldar la utilidad o el beneficio.
Eso lo podemos ver todos los días por la televisión estatal, cuando observamos a las autoridades moverse de un lado a otro, en grandes caravanas que seguramente le cuestan millonadas al Estado en viáticos, en combustible, logística y cientos de horas de transmisión en vivo. Al presidente lo vemos hoy en un pueblo rural, mañana en Cuba y al día siguiente en Venezuela sin ningún justificativo, aunque la ciudadanía sabe muy bien las millonadas que nos cuestan a todos, las innumerables horas de vuelo de aquel avión tan costoso en el que se transporta.
Cuando se dan situaciones de emergencia en el país, nos enteramos del engorroso papeleo que se requiere para disponer de recursos extraordinarios, de los trámites que se deben hacer para pagarles la gasolina extra a los aviones y los militares ponen una y mil trabas para sacar sus naves de los hangares. ¿Se hace lo mismo cada vez que se producen los sistemáticos acarreos de dirigentes al TIPNIS, donde los helicópteros surcan los aires como si fueran mosquitos, haciendo politiquería de la más artera?
Estos temas deben ser discutidos a fondo en estos días, sobre todo después de conocer que enfrentaremos el cuarto año de déficits en el gasto público y en la balanza comercial; cuando sabemos que el año 2017 es el de más bajo crecimiento de la década; tras saber que Brasil seguirá disminuyendo las compras de gas y que el panorama se pinta sombrío para las exportaciones, tanto las de minerales y energía como las no tradicionales.
El Gobierno está sintiendo estos embates de la crisis, pero caprichosamente se niega a hacer austeridad, a reducir el gasto y eliminar el copioso derroche y en cambio busca cómo trasladar la carga pesada a los ciudadanos, con incrementos en la electricidad y ahora con aumentos en las tarifas del gas para las industrias, lo que significa un seguro aumento en el precio final de numerosos artículo de consumo masivo.
El Gobierno está sintiendo estos embates de la crisis, pero caprichosamente se niega a hacer austeridad, a reducir el gasto y eliminar el copioso derroche y en cambio busca cómo trasladar la carga pesada a los ciudadanos.

miércoles, 23 de agosto de 2017

genial el título "la misma chola con la misma pollera" para referirse a la política económica que el Régimen y sus voceros insisten en mostrar como la panacea, el paraíso, "el invento genial" que blinda a Evo, no obstante su olvido del capital humano y sus auténticas necesidades, además depredador del medioambiente, destructor de lo indígena, estatista y extractivista.


La misma chola con la misma pollera


Una interesante entrevista de EL DEBER con el exministro de Economía, Luis Arce Catacora, ha mostrado de manera descarnada las verdaderas características del modelo económico que se aplica en el país desde hace 11 años. Desde sus primeras palabras, está claro que estamos en el ámbito de una economía altamente estatizada y extractiva, con el gas y los minerales como recursos no renovables, que, además, para su extracción presentan un costo ambiental y humano enorme para el país. 

En las declaraciones se hace énfasis en la industrialización, pero nos damos cuenta de que se habla casi exclusivamente de industrias estatales. La industrialización es vista como tarea del Estado. Esto explica la tan escasa inversión extranjera y nacional en la industria.

Es obvio, entonces, que no se toque para nada el paradigma latinoamericano de la transformación productiva o cambio de la matriz productiva. En ese sentido, el proceso de cambio ha tenido un carácter extremamente conservador, manejado por un ministerio con preferencia macroeconómica y liberal.

Habla el exministro del mercado interno como nuestra fortaleza, pero, ¿qué ventaja puede tener un vigoroso mercado interno si –por políticas cambiarias, salariales, burocracia y contrabando, entre otros factores– ese mercado está consumiendo mayormente productos importados, incluidos alimentos de la canasta familiar? Ese mercado interno se está comiendo aceleradamente las divisas.

En un país que se urbaniza aceleradamente no hay una sola mención a las potencialidades económicas de las aglomeraciones urbanas, y en las que lo que más florece es la enorme especulación inmobiliaria del capital trasnacional. Curioso que un gobierno socialista y antiimperialista haya cedido totalmente el delicado tema urbano al gran capital.

Es increíble que un exministro de economía tampoco mencione siquiera la nueva economía de los servicios, los nuevos nichos que se pueden crear con las iniciativas de las comunidades, por una parte, y de los jóvenes emprendedores, por otra. Costa Rica podría haber sido un modelo, pero parece que tenemos que recurrir al modelo soviético de Stalin.

La economía no está al margen de la educación y la capacitación de la población, ni de sus condiciones de salud. Quienes definían las políticas económicas no debían desatender, como lo han hecho, las inversiones en el capital humano, el recurso más valioso para el desarrollo económico.
Un economista debe entender también que la eficiencia de las instituciones es fundamental para el desarrollo económico, como lo ha demostrado el economista North; sin embargo, hemos destruido la institucionalidad e incrementado la burocracia inepta y corrupta. 11 años de retroceso en estos temas.

Así pues, las mismas palabras del exministro nos confirman que continuaremos en un modelo estatista, extractivista, depredador del medioambiente, destructor del mundo indígena, que descuida a su gente y no la apoya para prosperar en sus legítimas aspiraciones. 

lunes, 21 de agosto de 2017

maniobra del MAS para malquistar Beni con Santa Cruz. no dejarse caer en la trampa. tanto Santa Cruz como Beni quieren lo mejor para Bolivia. el TIPNIS es el gran pretexto para enemistar a dos pueblos hermanos que no interesa sólo a Santa Cruz, interesa a toda Bolivia.


Intriga contra Santa Cruz


Han causado verdadera pena y mucha inquietud las acusaciones que, contra Santa Cruz, han lanzado algunos líderes benianos afines al MAS, empezando por el gobernador del Beni, Alex Ferrier, y siguiendo por algunos de sus más estrechos colaboradores y dirigentes de comunidades campesinas alentadas por el partido oficialista, que no han encontrado mejor escenario para denostar a los cruceños que la aprobación de la Ley 969 de Protección del Tipnis. 

Los cruceños sabemos que ni los benianos ni Ferrier piensan que Santa Cruz se oponga al desarrollo de ese departamento que, durante siglos, ha sido una unidad con nuestro territorio. Son otros quienes alientan esa idea torpe. No existe un solo cruceño que le desee mal a un beniano y que pretenda entrabar su justa aspiración a vivir mejor. Sabemos, estamos conscientes, de que Beni ha sido relegado, como todos los orientales lo fuimos, y la historia dice que fueron los cruceños quienes marcharon hacia esas hermosas regiones desde épocas de la Colonia, cuando aquí y allá cundía la pobreza, y que se quedaron allí empeñados en trabajar y también en dejar sus huesos en esa tierra que queremos tanto y que la sentimos tan nuestra.

Nada puede dolernos más a los cruceños que observar cómo el encono político puede llegar a intentar socavar las bases de una unidad tan grande como ha sido esa fantástica extensión de Moxos y Chiquitos. Beni no ha sido aisladamente ‘el patio trasero’ de Bolivia, sino que lo fuimos todos los cambas, desde el Chaco hasta el Acre. Cuando se explotaba plata y estaño en occidente, la gran llanura oriental sobrevivía con muchas dificultades, sin ayuda de nadie, a su suerte. Sobrevivimos entre otras cosas con la ganadería, la agricultura, el caucho y la castaña. Después vinieron las conexiones carreteras con Cochabamba y ferroviarias con Brasil y Argentina, pero eso tuvo un costo de luchas cívicas, como las tiene hoy Beni con todo el respaldo de Santa Cruz.

No debemos politizar la hermandad entre los orientales cuando sabemos que existen otros intereses que nos pueden afectar muchísimo. El gobernador cruceño jamás se ha opuesto al bienestar de los benianos y es una calumnia enrostrarle algo tan innoble. El asunto del Tipnis se ha convertido en un eje funesto de política interna, en una lucha de ideales e intereses confusos, que no es un tema cruceño sino de un largo debate nacional, donde los bolivianos están afirmando su oposición al trazo carretero. Santa Cruz tiene voz propia y eso es todo.