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sábado, 9 de febrero de 2013

Carlos Mesa en un texto imperdible describe el extraordinario significado del carnaval de Oruro, de los diablos, del angel del bien y del mal y se refiere a la enorme estatua erigida a la Virgen del Socavón. invalorable testimonio del político, del escritor, del filósofo


El Presidente del Estado Laico Plurinacional de Bolivia, fuerte crítico de la Iglesia Católica y cada vez más apasionado defensor de la cosmovisión andina (imperativos políticos), fue el encargado de inaugurar oficialmente la gigantesca imagen de la Virgen del Socavón de Oruro. Virgen que simboliza varias cosas; la fundamental, la religión católica, pero también la incuestionable presencia del pasado colonial, el sincretismo que la vincula con la idea de la Madre Tierra, y finalmente un referente de identidad colectiva orureña especialmente ligada al Carnaval.
El Presidente ratificó con ese acto oficial, como el buen mestizo que es, la permanencia inextricable de un pasado que funde lo prehispánico y lo colonial con el presente, y de paso vulneró como ya lo había hecho en el Titicaca en ocasión del resurgimiento del mito de Thunupa el pasado diciembre, el Artículo 4 de la CPE que dice claramente: “El Estado es independiente de la religión”.
No hay posibilidad alguna de que el solsticio de verano de 2012 y menos el 22 de enero de 2006, creen una nueva cosmovisión y erradiquen la profunda y mezclada espiritualidad boliviana tan fuertemente permeada por el mundo prehispánico y el catolicismo.
El Carnaval comienza el viernes en el crepúsculo como fiesta religiosa católica, con una procesión que tiene toda la simbología crística, presidida por el sacerdote y sus acólitos, con cirios y oraciones que están dominadas por el Ave María. El sábado un sonido envolvente se apropia de todo y de todos, comienza la magnífica entrada en la que estalla la luz y sale el alma subterránea de diablos, morenos, tobas, tarabucos, llameros, tinkus… bailan sin hesitar, muchos de los bailarines socorridos por interminables vasos de espumante cerveza. Cada fraternidad está acompañada de una banda que crece en sus poderosos sonidos, se apropia del baile y se vuelve escenografía. Truenan los instrumentos de viento que hacen la melodía, tubas, trombones, trompetas, platillos, todos inventados en Europa y trasladados a los Andes sin los que el ritmo “propio” del carnaval andino sería simplemente impensable. El aire está mezclado como está todo mezclado.
Los arrogantes diablos tendrán que pasar dos pruebas imprescindibles. Primero, el auto sacramental, forma teatral de origen español que tuvo en Calderón de la Barca su figura mayor. En una representación delante del templo del Socavón los siete pecados capitales, representados cada uno por un diablo de la fraternidad “Ferroviaria”, desafían a Dios y le dicen al público cuál es la naturaleza del pecado que encarnan. Uno a uno bailan retando a Dios. Al terminar el último, la ira que destruye con violencia su máscara, aparece el Arcángel San Miguel que anuncia que viene enviado por Dios para destruir el mal y va derrotando sucesivamente a los siete pecados que acaban prosternados ante la espada flamígera del Ángel. Segundo, cada fraternidad al terminar su paso triunfal por la ciudad llega a las puertas del templo. Antes de entrar sus miembros se arrodillan, se quitan la máscara y avanzan de hinojos por el centro de la nave principal de la iglesia hasta llegar al altar donde está entronizada la Virgen del Socavón. El párroco trae consigo un manto ricamente bordado (decenas se acumulan en el ajuar de la Virgen que han sido donados por los “pasantes” de cada año del carnaval) con el que cubre a cada bailarín, que reza mientras el manto se posa sobre su cabeza. Dos mujeres, la Madre de Dios y la “China Supay” la mujer diablo, personaje central de la diablada, representan dos vértices simbólicos de bien y de mal, de la belleza y la bondad casi abstractas y de la intensidad sexual ilimitada que celebra la fiesta como “pecado”. Pero hay más, la Virgen es literalmente la “Pachamama” está fundida en ella, es la matrona del socavón, la protectora de la mina. Los diablos que se han arrodillado a sus pies son el diablo, el “Tío” de la mina, el que está con el pene erecto en la entrada del socavón garantizando a los mineros que le hacen ofrendas de coca, tabaco y alcohol su seguridad y su éxito en la persecución de la veta. El Tío es también un dios. Dios, Tios, Tio, la lengua ha transformado una palabra en otra. No es ya la idea del diablo como encarnación del mal, sino del personaje divinizado que es parte del mundo de abajo en la lógica andina, en la que no se describe el cielo o el infierno al modo cristiano, sino la convivencia paralela de dos mundos que se complementan entre sí. La última ironía, la Virgen del Socavón es mujer, en la tradición indígena ninguna mujer puede entrar al socavón porque trae mala suerte. La amalgama es total.
El Carnaval de Oruro como todos los carnavales que se celebran en el país, esencia cultural de nuestras identidades, es un gigantesco e interminable canto al mestizaje.

miércoles, 6 de febrero de 2013

vergonzoso. Norma Piérola invitada a un acto con militares en el Círculo de Oficiales de LP para participar de un almuerzo, fue echada del comedor "porque su presencia provoca malestar en el Ejecutivo", increíble, irritante, acto de discriminación y de acoso político.


La diputada de Convergencia Nacional (CN), Norma Piérola, fue obligada al promediar las 4:00 de la tarde de este miércoles a desalojar las instalaciones del Círculo de Oficiales del Ejército (COE) de La Paz, donde fue invitada a un almuerzo, por órdenes supuestamente dadas por el Gobierno.
Los oficiales encargados de la administración y funcionamiento del COE, situado en la zona de Irpavi de la sede de Gobierno, le informaron que debía salir de las instalaciones, que son alquiladas por los militares para acontecimientos sociales privados, porque su presencia habría provocado malestar en esferas del Órgano Ejecutivo y también del Comando General del Ejército.
La diputada pidió disculpas a los oficiales y dijo que para no causarles problemas en su carrera militar se retiraba del lugar, sin antes lamentar que ella sea víctima del acoso político que está normado por ley.
Piérola además denunció que el pasado martes en la noche, tras abandonar las instalaciones del canal Red Uno, donde asistió el programa “Que No Me Pierda”, había un vehículo del servicio de inteligencia nacional siguiéndola, por lo que denunció persecución política en su contra por el Gobierno del presidente Evo Morales, ya que no tiene la libertad de poder asistir a actos privados, familiares o públicos, porque siempre es perseguida o seguida por efectivos de inteligencia de la Policía, dependientes del Ministerio de Gobierno.
Recientemente el Movimiento Al Socialismo (MAS) impulsó, y posteriormente el presidente Evo Morales promulgó, la ley Contra el Acoso y Violencia Política hacia las Mujeres, que busca eliminar estas prácticas en contra de las mujeres candidatas, electas, designadas o en el ejercicio de la función político pública.
De acuerdo a la norma, “Acoso Político” es definido como los actos de presión, persecución, hostigamiento o amenazas en contra de una mujer candidata, electa, designada o en el ejercicio de la función político pública o de sus familiares durante o después del proceso electoral que impidan el ejercicio de sus derechos políticos. Quienes lo cometan tendrán una sanción de 2 a 5 años de cárcel.
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