“La señora no tiene ningún tipo de vínculo con el Gobierno nacional, absolutamente ninguno”, aseguró el jueves el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, en una conferencia de prensa donde el ex militar intentó desvirtuar que Zapata Montaño se habría beneficiado de un tráfico de influencias dentro el Gobierno para amasar la fortuna que hoy ostenta.
Las aseveraciones de Quintana son desmentidas —empero— por la misma Gabriela Geraldine, quien además de hacer pública su apasionada militancia en el Movimiento al Socialismo (MAS), se encargó de propalar a los cuatro vientos sus altas influencias dentro el Gobierno como la clave de su éxito empresarial, a modo de promocionar su sensual imagen personal con proyección internacional inclusive.
Es evidente que al promocionarse mediáticamente, la glamorosa buscaba también incursionar en el terreno de la política asesorada por el mismo Quintana (como “asesoró” a la ex miss Bolivia Jessica Jordan en el Beni) en una relación que implicaba tráfico de influencias en varios contratos realizados específicamente a partir del año 2013. “La abogada, se perfila a ser una de las promesas más importantes del mundo empresarial, no solo en Bolivia, sino a nivel internacional”, se señala en otro sitio de la farándula que le dedicó una página promocional el 10 de octubre del pasado año.
En una entrevista que fue publicada el 6 de septiembre del 2015 en el diario digital Tiempos del Sur.com, títulada “El lado divino de la economía boliviana”, la despampanante empresaria revela los siguientes datos sobre su vinculación estrecha con el Gobierno, citamos textualmente:
“Actualmente el trabajo que realizamos está relacionado con vincular estratégicamente a proveedores de servicios especializados con el sector público boliviano”.
“La búsqueda de socios estratégicos no es fácil, pero hay un mercado inmenso de posibilidades afuera. Creo que al haber apostado en proyectos que muchos no lo veían como viables fuimos más allá de lo esperado, reconociendo que las condiciones para que una empresa se desarrolle tiene que ver muchísimo con la visión que tienen los gobernantes de su Estado”.
“La fortuna fue benevolente al vincularme con empresas extranjeras que confiaron en mi capacidad, dándome el espacio para desarrollar ideas, gracias a esto conocí a personas y personalidades que nunca imaginé conocer”.
En la minuta de constitución de su empresa “Consilium SRL”, el mismo año 2013, la inversionista, de 26 años en ese momento, declara como domicilio un departamento en el lujoso condominio El Vergel de Achumani, avaluado en $us 150.000. De acuerdo a un reportaje publicado en la víspera por ANF, actualmente ocupa una mansión que cuesta aproximadamente un millón de dólares en la exclusiva urbanización de La Rinconada, ubicada en la zona La Floresta, al sur de la ciudad de La Paz. “La lujosa vivienda pertenecía al fallecido Guillermo Fortún, exministro de Gobierno y hombre de confianza del expresidente Hugo Banzer Suárez, también difunto. Cabe recordar que Fortún murió en septiembre de 2012 y fue velado en esta casa ubicada en la avenida La Floresta. El político murió por un paro cardiaco y en medio de acusaciones del gobierno de Evo Morales de malversación de fondos” —recordó ANF—. “No se conoce si la vivienda fue vendida, alquilada o se encuentra en anticrético, pero la empresaria de 29 años tiene varias fotografías en este inmueble reunida con ejecutivos de CAMC o luciendo suntuosos vestidos”.
De acuerdo a la Ley 04 de Investigación de Fortunas y Lucha Contra la Corrupción (Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz), este nivel de gastos suntuosos de una abogada de 29 años sin mayores antecedentes empresariales ni hereditarios, amerita un Reporte de Operaciones Sospechosas (ROS) para iniciar la investigación que determine el origen de esa fortuna. El delito de Legitimación de Ganancias Ilícitas teniendo como delito precedente la corrupción pública (tráfico de influencias, malversación de fondos públicos, contratos lesivos al Estado, etcétera), es un delito contemplado en el artículo 185 de la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz.
La indagación debería alcanzar al ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, quien fue y es el principal gestor de los “éxitos” empresariales de Gabriela Zapata Montaño a partir de su abierta relación política con el Gobierno. Estamos seguros que el presidente Evo Morales ha sido sorprendido en su buena fe, y por tanto le conviene deslindarse de Quintana destituyéndolo. El SI del próximo referéndum deberá implicar la reconducción revolucionaria del proceso de cambio bajo el liderazgo indígena de Evo Morales, “desquintanizando” la coyuntura. Con Quintana corroyendo el proceso desde adentro, crece el NO como una sombra oprobiosa y reaccionaria dentro la revolución boliviana, poniendo al país al vilo de la desestabilización y acaso ante el retorno casi inminente de los ruidos de sable.