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sábado, 3 de julio de 2010

el famoso DS 21060 fue el final de una política estatal fracasada.
VPE tuvo el suficiente valor de reconocerlo y rectificar.
el conjunto de medidas sacó a Bolivia de la quiebra inevitable
con acierto La Prensa ofrece los riesgos económicos del MAS

Los errores del pasado deberían servir de experiencia para evitar que lleven a la economía al colapso, que es lo que sucedió con el estatismo…

Poco a poco, el Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), al ejecutar su pregonada política antineoliberal, está desmantelando el sistema de libre mercado construido en Bolivia en 1985, con el que se derrotó la hiperinflación desatada desde los principios de esa década.

A las denominadas nacionalizaciones de empresas privadas se suma ahora la decisión gubernamental de regular las marcas de varios productos nacionales con poca o ninguna competencia en los mercados, en un supuesto intento de defender la economía popular.

Por ahora se habla de unos 20 productos, entre los que se cita, por ejemplo, la carne, como uno de los de la canasta básica alimenticia de cualquier hogar, o el cemento o la cerveza, que no forman parte de esa canasta de alimentos.

No está muy clara la razón del Gobierno para adoptar esos controles que tocan a productos tan diversos. ¿Es una decisión de contenido social para que la población no se vea afectada por alzas especulativas de precios? O ¿es una actitud destinada a poner bajo control estatal a ciertas empresas privadas ya sea por razones de rivalidad, como podría ser la del cemento?, o por razones ideológicas, que podría ser lo más coherente.

La regulación de marcas podría derivar en un control de precios que había desaparecido al implantarse en Bolivia el sistema de libre mercado, en el que la oferta y la demanda se convierten en el único regulador del mercado.

Cualquiera sea la razón para implantar ese sistema de control, lo cierto es que se retorna a la política de capitalismo de Estado igual a la implantada inmediatamente después de la Revolución de 1952, y que después de 33 años de vigencia terminó con el shock económico del famoso Decreto Supremo 21060 que implantó la economía neoliberal.

Así se acabó con un estatismo que había comenzado con nacionalizaciones y la reforma agraria, acompañadas de controles de precios, que a su vez generaron escasez y especulación. Los comerciantes ocultaban los productos de precios controlados para venderlos en el mercado negro, donde podían ser adquiridos por quienes tenían más dinero. Los más pobres, la mayoría, formaban largas filas desde tempranas horas de las madrugadas para comprar algunos productos básicos que no alcanzaban para todos.

Los controles de precios tuvieron un efecto contrario al que las autoridades de entonces esperaban. Los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres.

Los errores del pasado deberían servir de experiencia para evitar que se repitan y lleven a la economía al colapso, que es lo que finalmente sucedió con el estatismo, que terminó en un proceso hiperinflacionario sin precedentes en el mundo desde la Alemania de la post Segunda Guerra Mundial.

Ello mostró que políticas económicas desacertadas y administraciones deficientes pueden hacer un daño muy grande al país, castigando duramente a la gente a la que se le espera beneficiar. Por ello, antes de adoptar modelos riesgosos, debería analizarse lo que sucedió en el pasado y cuyos recuerdos están todavía en la memoria de la gente que le tocó vivir esas vicisitudes.

jueves, 1 de julio de 2010

no estamos en contra de la ayuda Cuba.
lo que duele es que Evo no caiga en cuenta
que Cuba no puede ser un modelo de desarrollo

Nadie debería molestarse con el gesto de solidaridad que ha demostrado el Gobierno de Bolivia con Cuba, país al que ha decidido donarle tres mil toneladas de arroz. No es la primera vez que se producen actitudes como ésta y los bolivianos, pese a sus grandes limitaciones materiales, están obligados a apoyar acciones humanitarias que también se manifestaron recientemente con Chile y con Haití, donde ocurrieron terremotos de consecuencias calamitosas.

Es verdad que este momento es más propicio para dirigir la caridad hacia los que padecen penurias por la sequía, pero afortunadamente Bolivia todavía dispone de recursos para enfrentar la emergencia y sobre todo, cuenta con la reacción de sectores como el azucarero que ha decidido hacer cuantiosas donaciones de forrajes para el ganado amenazado de muerte en el Chaco. Tenemos una cooperativa sólida y con autonomía para enviar millones de litros de agua a las regiones azotadas y una empresa de ferrocarriles bien manejada para trasladar lo indispensable.
En Cuba la situación es muy distinta. Pese a que todo un pueblo sufre grandes necesidades, el régimen castrista no ha conseguido sacarlo de la languidez al que lo acostumbró durante 50 años un socialismo paralizante y parasitario. La industria azucarera, un verdadero emblema cubano, se ha derrumbado al extremo de que por primera vez en su historia se ha visto obligado a importar azúcar, como sucede con el 80 por ciento de los alimentos que consume la población.

El Gobierno boliviano ha manifestado que la donación del arroz se produce en retribución a la ayuda que brindan los médicos cubanos en el país, un hecho discutible, ya que la acogida que se les ofrece a esos profesionales en varios países donde aún se goza de ciertos niveles de libertad, no deja de ser también un gesto de solidaridad. Ser médico en Cuba no es precisamente la garantía para vivir dignamente y muchos de los que son enviados a Venezuela, Bolivia o Haití, además de gozar de un ambiente político menos hostil, tienen la oportunidad de zafar de la dictadura o vender habanos en las calles de las ciudades donde cumplen sus misiones.
El régimen socialista cubano está luciendo su plena desnudez ante el mundo y en verdad necesita de todos, incluso de Bolivia, un país que ostenta los peores indicadores sociales de América Latina. Esto no es nuevo para los cubanos. Después de que dejaron de ser los hijos mantenidos de la Unión Soviética, Venezuela pasó a ejercer el padrinazgo económico, a cambio de que los Castro declaren hijo legítimo al mamotreto denominado Socialismo del Siglo XXI. Es tan grande la necesidad, que ni siquiera han protestado por las 68 mil toneladas de alimentos en mal estado que les envió el Gobierno de Venezuela entre 2008 y 2009, tal como la ha demostrado una reciente investigación.
Si el régimen de Evo Morales ha decidido ser solidario con Cuba, bienvenido. Eso hay que aplaudirlo y promoverlo. La donación del arroz refleja conciencia sobre la situación que atraviesa el pueblo cubano. Ojalá que eso le sirva también al Gobierno para dejar de pensar que Cuba es el modelo a imitar. No vaya a ser que de aquí a 50 años Bolivia tenga que acudir por comida a Haití, Burundi o Zimbabwe. El problema será que no tendremos tantos médicos para enviar a cambio.

Bolivia envía alimentos a Cuba, donde el pueblo pasa hambre. Lamentablemente ese país es el que le sirve de modelo al Gobierno. (Editorial de El Dia de SC)

martes, 29 de junio de 2010

Se cae la máscara

Editorial de El Dia, que nos muestra el verdadero rostro del evismo como sistema político

Hasta ahora, el Gobierno ha tratado el conflicto con los indígenas de una manera superficial y poco clara, intentando disimular sus propósitos. Por un lado niega que las demandas de los pueblos nativos tengan sustento en la Constitución Política del Estado, hecho que no se puede argumentar y por otro, insiste en vincular a las organizaciones originarias con intentos desestabilizadores surgidos de la derecha, de USAID y de la “oligarquía”. Lo único que se puede sacar en blanco de toda esta serie de denuncias es la aparente definición de un nuevo enemigo y posiblemente la determinación del verdadero perfil del “proceso de cambio”.
Lo que más le molesta al Gobierno es la exigencia de cumplimiento de los derechos de autodeterminación territorial y a la consulta previa que reivindican los pueblos indígenas, consagrados en el texto constitucional. Tales demandas afectan directamente a un modelo de producción netamente extractivista y por ende pondrían en peligro el régimen rentista que ha imperado en este país desde su creación y que el populismo reinante en la actualidad utiliza sistemáticamente para acumular y reproducir su poder. Además, al negarle a los originarios la tuición sobre los recursos naturales e inclinarse por las actividades extractivas, el presidente está desdibujando todo aquel fundamentalismo ecologista que ha estado propalando en los últimos años, con pretensiones de coronarse como el mayor defensor de la madre tierra.

El otro razonamiento velado y que lleva al MAS a enfrentarse con el sector que le había dado sustento ideológico al “proceso de cambio” tiene que ver con el falso discurso autonomista de este régimen que se trepó a una causa que nunca fue propia porque lo suyo pasa por concentrar y centralizar en dosis aún mayores que en el pasado.

Por último se puede mencionar el concepto de representatividad democrática que había sido bastardeado con la creación de las 36 nacionalidades indígenas. Este Gobierno parece inclinarse nomás por un criterio más liberal, no porque haya cambiado de convicciones, sino porque el control absoluto que mantiene sobre los cuatro poderes republicanos –y sobre todo el Órgano Electoral-, hace prescindible el modelo supuestamente más incluyente que había plasmado en la Constitución.

El discurso indigenista parece haber sido desmontado y para ello el MAS cuenta con el apoyo de los países del ALBA, en cuya última asamblea decidieron tirar por la borda todo el andamiaje “plurinacional” que se había constitucionalizado en Bolivia y Ecuador. El MAS se siente muy seguro con el poder total que ha acumulado y la popularidad del presidente Morales, tanto interna como la que consiguió en el exterior justamente de la mano de la pose indigenista, hace mucho que ha pasado a un segundo plano.

El problema inmediato que el MAS debe enfrentar es cómo desarticular la marcha de indígenas que pretende llegar del Beni hasta La Paz. Lo sucedido en Caranavi no hace mucho, nos ofrece una idea de hasta dónde puede llegar este régimen despótico y soberbio. Ese día, los indígenas deberán resignarse nuevamente a ser los más excluidos, miserables y olvidados del país.

Sin el indigenismo como escudo, el Gobierno deberá mostrar su verdadero perfil: enemigo de la autonomía y ligado al extractivismo.

lunes, 28 de junio de 2010

los indígenas continúan marchando
Evo intenta dividirlos. desprestigiarlos. detenerlos

Conamaq se alinea con Evo

La Paz | La Prensa

Por temor a perder el financiamiento gubernamental para sus proyectos, el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) decidió alinearse con el presidente Evo Morales y no reclamar por más escaños, la consulta indígena o las autonomías. El Jiliri Apu Mallku (máximo representante) de esa organización, Sergio Hinojosa, desconoció ayer las declaraciones de Rafael Quispe, también dirigente de esa organización, quien anunció la radicalización de las medidas de presión.


Quispe, junto a los diputados masistas Pedro Nuni, Bienvenido Sacu, Eleuterio Guzmán, Efraín Balderas y Blanca Cartagena además de Julio Cortez (Convergencia Nacional) y otros seis indígenas, se declaró en huelga de hambre en instalaciones de la Cámara de Diputados, la noche del viernes, en demanda de que el Legislativo suba de 7 a 18 escaños indígenas en diputados, así como que incluya en la Ley de Régimen Electoral la consulta vinculante sobre recursos naturales. La huelga también apoyó la marcha de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), que comenzó el lunes 22 de junio y que demanda facultades autonómicas para redefinir la delimitación territorial, aprobar sus estatutos por usos y costumbres, y no mediante un referéndum nacional. También piden la consulta indígena vinculante.


El Gobierno responsabilizó a la agencia de cooperación estadounidense Usaid de propiciar la movilización, a través de los proyectos que financia, aunque, hasta la fecha, no presentó pruebas que demuestren esa supuesta injerencia.


La huelga fue suspendida la madrugada del domingo, sin que los diputados huelguistas y sus acompañantes del Conamaq lograran modificar la Ley de Régimen Electoral. Sólo recibieron un compromiso, plasmado en dos artículos transitorios, para que su demanda de los escaños y la consulta vinculante sea analizada más adelante.

Demandas de los indígenas

• Los pueblos indígenas iniciaron la marcha desde Trinidad por dos grandes demandas: el saneamiento de tierras y la autodeterminación con competencias y recursos definidos en el proyecto de Ley Marco de Autonomías.


• En el primer caso, según el director del INRA, Juan Carlos Rojas, en cuatro años de gobierno del MAS los pueblos indígenas de tierras bajas aglutinados en la Cidob han recibido la mayor cantidad de las tierras fiscales revertidas y expropiadas en comparación con los indígenas de tierras del occidente. De 40 millones de hectáreas, 16 fueron para los pueblos del oriente.


• Los indígenas quieren tener autonomía plena con recursos y competencias inmediatas. Sin embargo, el Gobierno aduce que lo que pretenden los dirigentes de los pueblos viola la Constitución Política del Estado.


• Esta demanda tiene que ver con el proyecto de Ley de Régimen Electoral, que incluso llevó a la huelga a los indígenas, pero en la Asamblea Legislativa los masistas hicieron caso omiso al pedido e impusieron su mayoría arrollad