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sábado, 24 de diciembre de 2011

Agustín Echalar se refiere "al cuento de Evo" sobre la quínua. cómo miente, en casa de Gaby de la Reza p.ej. todas las semanas se servía chupe de quínua, pastel de quínua y otros preparados. ha sido la clase media que mantuvo la tradición. a otro perro con ese hueso.


Su Excelencia se ha ido a pasar las fiestas de Navidad al Cusco. Esa es una buena noticia, siempre he creído que para entenderse como boliviano es necesario haber ido por lo menos una vez en la vida a esa ciudad.
Pero apenas llegado, el presidente Evo se ha lanzado con una frase que a primera oída parece inofensiva pero que es una vez más parte de la impostura y la tergiversación de las que está compuesto todo el andamiaje de su imagen y del proceso de cambio.  Don Evo ha celebrado que el año 2012 haya sido declarado Año Internacional de la Quinua, y ha dicho que este gran producto era y es despreciado por los ricos y poderosos de acá, porque era considerado “comida de indios”. Y ha hecho votos porque las cosas cambien en un futuro.
El innúmeras veces Doctor Honoris Causa, está profundamente equivocado. En primer lugar, porque el cuento de que los ricos no comían quinua porque era comida de indios, es solo eso, un cuento.  En  mi infancia conocí a una anciana, amiga de mi madre, de ojos azules ella, y perteneciente a las viejas familias terratenientes, que evidentemente detestaba la quinua, pero no por ser comida de indios, sino porque sus padres le habían obligado a comer quinua en su infancia, un día sí, y otro también. Ella decía ya que había comido suficiente de ese cereal hasta para dos vidas.     
Pero más allá de la historia oral, podemos ver los libros de recetas, por ejemplo el de Aida Aguirre, que tiene más de medio siglo, y que contiene  viandas con quinua. Comer quinua es parte de la dieta de las clases acomodadas  y de las “oligarquías” desde siempre, y se ha convertido en una moda hace mucho tiempo.
Rita del Solar que es no sólo un referente de la alta cocina en La Paz, sino uno de los rostros de la antigua casta, ha publicado hace casi cinco años un libro de recetas exclusivamente dedicado a la quinua, y hace más de siete años que  circula en las invitaciones de La Paz, sushi hecho con quina en vez de arroz.
En el Perú, la cocina “novo andina”, ofrece desde hace más de una década, el “quinotto”, que es una especie de risotto  hecho de quinua. En otras palabras, un pesque más sofisticado.  No hay un turista que visite estos lares, y eso desde hace más de tres décadas, que no coma quinua, sea en una deliciosa sopa, en una ensalada, como acompañamiento, o a la hora del desayuno.
El problema con la quinua es otro. Está por un lado la degradación de los suelos, de los lugares, sobre todo en el sud del altiplano boliviano, que hacen del cultivo de quinua una actividad insostenible en el mediano plazo.
A los productores de quina les va bien, se les pagan altos precios, y muchos se han convertido en campesinos de clase media. Eso sí, la quinua ha subido de precio y hoy los pobres casi no la pueden comprar, ha desaparecido como oferta de los menús baratos. 
Irónicamente,  (gracias a la inflación general, y al alza de precios de ese producto en particular, debido a la demanda  del primer mundo),  los pobres,  los “indios pobres”, tienen menos acceso que antes a ese gran cereal en estos tiempos  revolucionarios de Evo.     
 
El autor es operador de turismo

martes, 20 de diciembre de 2011

Federico Escóbar desde OPINION se refiere a la CONMOVEDORA CARAVANA y la friealdad EM




Frente a la caravana de personas con capacidades diferentes y las manifestaciones que realizaban al llegar a las poblaciones, como el de ingresar a una plaza principal arrastrándose o tenderse en el asfalto caliente de espaldas, como si hubiesen caído de sus sillas de ruedas, conmueve a cualquier persona llenándonos de impotencia ante esa inusual movilización.

Los asesores del Presidente le aconsejaron erróneamente, porque demostró frialdad, en sus declaraciones a la prensa, la semana pasada, al responder a esa caravana de la gente que por muchos días y kilómetros pedía la aprobación de una ley que les privilegie con un trato preferencial y un bono anual, nuestro Mandatario, con mucho cálculo, preguntó: “¿de dónde sacaremos tanta plata?” 

A lo que respondemos: de los helicópteros que comprará para las Fuerzas Armadas, de los gastos de los aviones no tripulados, del satélite y por último de los cocaleros logrando que paguen impuestos a su producción y comercialización de la coca ilegal que va al narcotráfico. 

Será un acierto para el Gobierno crear fuentes de trabajo para esas personas como hay en otros países donde los ciegos ensamblan aparatos de precisión que utiliza la aeronavegación y los minusválidos tienen diversas fuentes de ingreso.

Estamos seguros que nuestro Presidente debe volver a sus inicios como dirigente y tomar un baño de realidad, retomando la actitud de ese líder que fue antes que el poder lo aísle de la realidad de la gente. Cuando dirigente no necesitaba guardaespaldas para movilizarse pero ahora son cientos de personas que cuidan su integridad, antes caminaba, ahora se moviliza en vehículos o en el avión que compró. Cosas que no le permiten ver la realidad como la caravana de discapacitados a quienes debería darles algunas palabras cálidas de esperanza, poniendo a trabajar, a quienes lo rodean, en encontrar las maneras de solucionar los pedidos de esas personas que viven un calvario. En lugar de sus declaraciones debía tomar la misma actitud que demuestra frente a los militares, en actos públicos. Los asesores, ministros y legisladores oficialistas están en la obligación de mostrar a nuestro Presidente la realidad en la que vive una parte de su pueblo, a quienes debe servir solucionando sus necesidades especialmente mejorando la economía, garantizando el buen vivir de ese sector de personas con capacidades diferentes. Ante cualquier movilización de los más débiles hay que actuar con prontitud y calor humano.