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viernes, 22 de febrero de 2013

lleno de Fe, entusiasmo y esperanza viaja a Roma nuestro Cardenal Julio. ANF lo entrevistó en SC. su palabra contagia intensas emociones


Con la certeza de que “es un momento histórico para la Iglesia y para el mundo” y la alegría de participar en un Cónclave para elegir al Sucesor de Pedro en representación de Bolivia, viajó, este viernes, el cardenal Julio Terrazas a Roma.
La renuncia de Benedicto XVI es “sorprendente, pero a la vez desafiante”, pues, “nos pone en una situación de estar alerta para que cada uno de nosotros pueda responder a los desafíos actuales, ese es el espíritu con que estoy yendo a Roma”, señaló el Cardenal minutos antes de abordar el avión.
Puso de manifiesto la “alegría que supone poder participar en esta historia de nuestra Iglesia”, pues, por segunda vez será parte de la elección del nuevo Sucesor de Pedro. Ésta “es una experiencia que ojalá pudiera decirla y contagiar ese entusiasmo que siempre se requiere” en estas circunstancias.
Respecto de su viaje a la Santa Sede, el Arzobispo de Santa Cruz dijo que va a El Vaticano “para decirle a Benedicto XVI gracias por todo”, pero también para “participar en la elección del nuevo Sumo Pontífice”.
El cardenal Terrazas señaló que el nuevo Vicario de Cristo  “colmará las expectativas, siendo siempre una persona humana que tiene que responder a una misión tan grande siempre es algo que nos llama la atención y que nos compromete a acompañarlo con la oración”.
Dejando sentado que los Cardenales son “consejeros del Papa y de la Iglesia universal”, el pastor episcopal puntualizó que “también Bolivia entra y va a entrar con todo el corazón y vamos a estar atentos a toda palabra de esperanza que nos diga para todo el mundo y para nuestro país de manera especial”.
TOMA DE CONCIENCIA
El cardenal Terrazas dejó en claro que la renuncia de Benedicto XVI no es una dimisión “en el sentido de algún personaje público”, por el contrario, “es una toma de conciencia de que sus fuerzas le están faltando para poder dirigir a una Iglesia que tiene 1.200 millones de fieles”, puntualizando que “no es un pequeñito grupo”.
Pero, además, “está la libertad” y la responsabilidad, y se enmarca en el canon de la Iglesia Católica, que  si bien “no se ha aplicado durante muchísimo tiempo”, la renuncia está contemplada en el Código Canónico.
SIN CANDIDATOS
Por otro lado, el cardenal Terrazas dejó en plazo que los Cardenales no van con candidatos previos, pues “será un representante del Señor para servir a la Iglesia del mundo”.
En cuanto a las características del futuro Sucesor de Pedro, “eso se perfila cuando estamos allí, en ese acontecimiento extraordinario”.
“Lo que sí vamos  a hacer es un acto y profesión de fe, en el que el Espíritu del Señor de la vida nos va a ayudar” en la elección, pero “no sólo a dar un Pontífice al mundo, sino también llamará al mundo a que ayude a servir también como lo tienen que hacer los Santos Padres”.
En la preparación del Cónclave con la participación de todos los cardenales del mundo se intercambia información “sobre la realidad del mundo”, viendo cuáles son los desafíos, cuáles son las nuevas cosas, qué es lo que tenemos que responder y analizar la vida de la Iglesia”, señaló. //JTI//

martes, 19 de febrero de 2013

Agustín Echalar ha pasado por el mismo cúmulos de interrogantes que el editor cuando "las cardenalas del MAS" aparecen en una demostración anti-gubernamental...qué pasó? se equivocaron de sitio


La marcha contra la violencia hacia las mujeres que tuvo lugar la tarde del miércoles pasado, ha logrado confundirme, en primer lugar porque parecía una marcha que pretendía hacer un reclamo directo al Órgano Ejecutivo, sobre un hecho del cual no se podía de manera alguna responsabilizar a éste. De hecho, a menos de 36 horas de un suceso, ni siquiera se puede hablar de lenidad, o de encubrimiento, o nada por el estilo, por lo que la marcha, que es un instrumento simbólico, tal vez jamás debió haberse dirigido a la plaza Murillo, y debió haber sido convocada o llevada a San Francisco.
Lo que más me confundió fue ver, en una marcha que de alguna manera había sido politizada antigubernamentalmente, a las “cardenalas” del MAS participando de la misma. Daba la impresión de que se habían colado, viveza criolla, la llaman; su presencia amainaba, pues, el tenor de repudio al Gobierno que tenía esta marcha, repudio que posiblemente estaba más ligado a los eventos de Sucre antes que al horroroso asesinato de la señora Huaycho.
El tiro les salió por la culata, porque al llegar a la plaza Murillo, se dio una escena verdaderamente surrealista, y es que se pudo ver a la Primera Presidenta del Estado Plurinacional, siendo gasificada como si fuera una neoliberal cualquiera. Sucedió ya sea por órdenes del Ministerio de Gobierno, o peor aún, porque éste no gobierna sobre la Policía. En resumen, simbólicamente y en la realidad, mujeres de la cúpula gubernamental, entre otras la Presidenta del Senado, fueron gasificadas a unos pasos del edificio de la Asamblea Constitucional, porque reclamaban por mayor justicia  y protección hacia las mujeres maltratadas de Bolivia. Gracias señoras, ustedes desenmascararon el carácter machista del actual Gobierno.
Pero más allá de sainetes, obviamente el asunto es de extrema seriedad, tanto por el crimen perpetrado contra Hanalí Huaycho, como por la violencia hacia la mujer que campea en nuestro país, un tema que simplemente no puede ser ni soslayado ni relegado, pero que debe ser tratado alejado de histerias y de actos que busquen algún rédito político.
Me han preocupado algunas de las declaraciones que se han hecho en estos días, empezando por sacar una nueva ley, como si el problema estuviera en la ley y no en su mal manejo y en la corrupción del aparato judicial y de la Policía. Me ha preocupado que la Presidenta de Diputados hable tan desenfadadamente de una castración química, porque un castigo físico no deja de ser profundamente medioeval y repelente a una visión moderna de la justicia. Preocupa aún más la idea de anular la diferencia entre un homicidio culposo y un asesinato con premeditación y alevosía, porque eso es perforar la ética de un sistema judicial, un hecho debe ser también juzgado por la intencionalidad del mismo, no hacerlo es volver más de 2 mil años para atrás. También preocupa que un delito sea juzgado de acuerdo al género de la víctima, eso, ante todo, porque una ley armada de esa manera sería para empezar inconstitucional, pero no bastaría con cambiar la Constitución para hacerla aceptable, proponer que matar a una mujer es peor que matar a un hombre, es una aberración tan grande como sugerir lo contrario.
La violencia hacia la mujer es una terrible tara de nuestra sociedad, debe ser atacada por eso mismo en forma seria, lejos de demagogias y de pasiones.
El autor es operador de turismo