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jueves, 30 de mayo de 2013



Cocaína un libro y dos autores

Mauricio Aira


Lasse Wierup y Erik de la Reguera publican “Kokain” la droga que inició en el vicio a la clase media y que ha hecho caer en su trampa a las naciones, obra de 500 páginas originalmente en idioma sueco con el patrocinio de los editores Nordsteds Förlagsgruppen AB de Estocolmo y que casi sin mencionar a Bolivia le dedica muchas páginas desde cuando Hugo Bánzer en 1997 estableció su ambicioso proyecto “coca cero”, toda plantación debería desaparecer excepción hecho de las 12 mil hectáreas de la oca de Los Yungas considera como plantación original y destinada al masticado. La decisión de Bánzer apoyada por el entorno de naciones y de partidos tuvo origen en la comprobación de estarse usando la hoja para fabricar cocaína en cantidades alarmantes y destinada para la exportación.
La ofensiva se dirigió contra los cocaleros y se llamó Plan Dignidad, (Evo rebautizó el Bono Sol como bono Dignidad) , según los autores el énfasis estuvo puesto en quienes sembraban la hoja y se puso escasa atención en quienes la convertían en droga y la negociaban dentro y fuera. Eran los tiempos del “rey de la cocaína” Roberto Suárez justamente cuando en abril de 1998 avanzó sobre El Chapare un convoy militar y policial resistido por los cocaleros que bloquearon los caminos, lanzaron piedras por millares a los uniformados, fue el inicio de una ofensiva que duraría varios años aunque “los cocaleros” lograron dos grandes apoyos, los medios de comunicación y la Iglesia con sus organizaciones de Derechos Humanos, considerando a los cocaleros como víctimas de Bánzer.
Los orígenes del fenómeno Chapare están en los años 1960 cuando cerradas las minas por la quiebra del mercado de minerales Paz Estenssoro definió “la relocalización de los obreros” a los que se ofreció tierras para labranza justamente en El Chapare. Miles de ellos se acogieron a la oferta generosa y gratuita, descubrieron que el producto mejor pagado era la coca, por el coincidente florecer del negocio de la droga que empezaba a cubrir mercados atractivos  y frescos en EEUU y parte de Europa. NNUU creó un organismo para el control de la Droga y el Crimen plenamente justificado entre otros por Hans Emblad funcionario sueco de la unidad de visita en Perú y Bolivia que vio con inquietud cómo las plantaciones de coca crecían sin control lo que provocó inquietud en Europa, que no obstante no reaccionó en proporción al daño que se estaba causando al mundo. Emblad propuso el desarrollo alternativo para la zona donde la fruta y la verdura podría muy bien sustituir a la coca.
El Chapare, Colombia y el Valle Huallaga de Perú para 1970 se convirtieron en los grandes proveedores de pasta base de coca transportada a los laboratorios de Medellín y Cali donde se la cristalizaba y desde donde se exportaba al mundo entero, diez años más tarde la cocaína se había convertido en el primer producto de exportación de Bolivia, que con una economía en crisis fue obligada a ejecutar un “plan de privatización” con la transferencia de sus industrias y servicios al capital privado, medida que provocó la oposición “nacionalista y revanchista del MAS”, instrumento político que Morales y sus seguidores habían adoptado para ingresar a la lucha política conquistando  espacios de poder por la via de las elecciones, el resto de la historia es archiconocida por nuestros lectores.
Ahora cuando el último vestigio de aquel programa nacional que proclamo “coca cero” se está marchando de Bolivia, nos referimos a la NAS, brazo operativo de la lucha anti cocaína bajo control de los EEUU, corresponde afirmar que no fueron los estadounidenses, ni siquiera las NNUU que pidieron y lograron los recursos para instalar los planes en Bolivia. Fueron los bolivianos, sus gobiernos y sus instituciones que vieron como algo necesario y útil y legítimo instaurar la lucha anti droga. Los diversos gobiernos pidieron, aceptaron, pusieron en función programas como “coca cero” y más tarde “erradicación forzosa de los cocales” y otros que transformaron la estructura de la economía nacional.
Es triste, dramático, reconocer que la historia moderna de nuestra Nación está ligada a la “cocaína” y que circunstancialmente el gas natural, le da un respiro a la economía y sus altos precios permiten un estado de aparente bonanza, en un ciclo que tendrá su fin, como la plata, la quina, el estaño.


lunes, 27 de mayo de 2013

Gastón Cornejo recrea la historia de la Coronilla en detalles inéditos para la mayoría de nosotros y concluye reclamando por el cuidado de la Colina y la ejecución de los proyectos para preservar su existencia.

Coronilla de los recuerdos de infancia, de las anécdotas de gran solemnidad contadas por los abuelos y los maestros de escuela, de las marchas endulzadas por las sabrosas mandarinas otoñales y las muchachas del Irlandés y el Santa María subiendo sudorosas la colina de San Sebastián.

Marchas detenidas en la cumbre por elocuentes discursos de evocaciones patrióticas, antiguas hazañas increíbles de mujeres sacrificadas por un ejército criminal invasor, el de Goyeneche, realista dispuesto a castigar la rebeldía histórica de una villa poblada de insolentes contrarios a depender de los amadísimos reyes españoles que recibían tributo indígena a manos llenas. Lugar alejado del Altoperú, en el corazón de América, valle húmedo poblado de molles y jarkhas, cuyos mestizos salieron a luchar y a ser derrotados en el Quehuiñal de Pocona; y sus atrevidas mujeres, sedientas de dignidad, se inmolaron ante un pertrechado ejército español...las Heroínas de Cochabamba el 27 de mayo de 1812.

En esa colina de tradiciones sagradas, desde el tiempo precolonial, se enterraron autoridades reales del Incario, allá quedó un Rey Inca con atuendo de oro, hallado años más tarde por un extranjero, fue enviado al Museo del Oro a La Paz por desconfianza regional en preservar patrimonio. Allá descubiertas numerosas piezas de keros artísticos precolombinos cuando se iniciaba la construcción del nuevo estadio cerrado en el lugar del de la Plaza de toros. Allá el suceso de levantamiento de noviembre de 1730, y el castigo real el 31 de enero de 1731 cuando la colina recibió un fragmento corporal del mestizo Alejo Calatayud luego de ser traicionado por Francisco Rodríguez Carrasco, colgado en la horca el día anterior en la Plaza Principal, expuesto todo un día y al próximo arrastrado por las calles hasta la Coronilla, descuartizado se puso el brazo derecho con el bastón de mando clavado en “garrucha” en la cumbre del mismo cerro. La cabeza freída en manteca enviada a Charcas donde la Audiencia aprobó el celo del traidor responsable y envió a un Oidor Manuel Isidoro Mirones a informarse de la tranquilidad de la Villa; a sugerencia de éste, el Virrey ordenó la demolición de la ermita de la colina trasladándose al santo San Sebastián allí venerado, a la Iglesia de la Matriz, ahora en un rincón de la Catedral, porque: “en la festividad había mucha concurrencia y les renovaba la memoria de su insolencia y era profanado con borracheras y amancebamientos”. La ermita fue destruida por 70 indios vigilados por el cobrador de impuestos.

Debió ser reconstruida posteriormente por gente responsable pero las autoridades desde entonces hasta el presente pecaron de ignorancia histórica. Quizá, como escribe un autor universitario, las heroínas cobijadas en ese ambiente religioso hubiesen salvado gracias al respeto de las huestes realistas de Goyeneche. Tal vez.

¡Ah! Colina saqueada por ladrones de bronces. Colina visitada con orgullo y hoy temida por estar habitada de drogadictos sin control municipal. Colina abandonada por irresponsables autoridades a pesar de las dos leyes de patrimonio. Colina que cumplió el Bicentenario de heroísmo, ignorada por ignaros de la historia cochabambina. Colina con proyectos histórico-culturales jamás cumplidos por autoridades negligentes. ¡Bendita sea la memoria que atesoras!

domingo, 26 de mayo de 2013

La Coronilla fue honrada con la presencia de los presidntes Maduro de Venezuela y Morales de Bolvia. el célebre monumento horas más recibirá al pueblo de Cochabamba

Maduro depositó una ofrenda floral con los colores de la bandera venezolana a los pies del monumento que recuerda a estas bravas mujeres que pertrechadas sólo con "mantas como escudos" enfrentaron a las tropas realistas, según reza la estatua erigida en la colina de San Sebastián de Cochabamba.

Cientos de mujeres murieron masacradas hace mañana 201 años en este lugar desde el que se divisa toda la ciudad de Cochabamba, uno de los bastiones electorales del presidente Evo Morales.
 La gesta independentista de las "Heroínas de la Coronilla" ya fue honrada antes por otros mandatarios como la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien visitó el lugar en julio del año pasado.
 Tras la ofrenda, los gobernantes se dirigieron al cercano coliseo (polideportivo) de La Coronilla, donde está previsto que firmen los convenios de cooperación en varios ámbitos acordados ayer en la II Reunión de la Comisión de Integración Bolivia-Venezuela.
 Delegaciones de ambos países, con sus jefes de Estado a la cabeza, trabajaron durante toda la jornada de ayer en el pueblo de Tiquipaya, cercano a Cochabamba, en el desarrollo y relanzamiento de convenios de cooperación en numerosos ámbitos, entre ellos los de la producción alimentaria, energía y defensa.