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sábado, 22 de julio de 2017

tenía que suceder. insulto de cocalero a cocalero. "Evo Asesino" repetido cien veces como estribillo acusador de la muerte de joven de 27 en Colomi, donde piden los cocalelros más tierrras para sembrar coca. o sea la coca que los llevó al poder, significará su derrota. el tiempo se acorta!


Cocaleros gritan ‘Evo asesino’ en Colomi y Cocarico descarta diálogo



miércoles, 19 de julio de 2017

Previus. aquel dia estuve presente en LT de calle Santivánex. convocado por Carlos Canelas, actué como "Maestro de Ceremonia" que contó con la presencia del Presidente de la República, René Barrientos. acto celebrado por la sociedad cochabambina que volvió a leer Los Tiempos después de muchos anos de no salir a la calle por la barbarie de unos activistas que destruyeron el diario en 1953. hasta hace poco, yo mismo creí que Barrientos ayudó con recursos a la reapertura, más "la ayuda prometida" nunca llegó en la medida de las necesidades. Honor a don Carlos y su familia que con constancia, trabajo y honestidad repuso el prestigio del diario y se colocó a la altura de tiempos modernos.


50 años de la ratificación de un compromiso


Frente a desafíos como el avance tecnológico y las presiones del poder, en este aniversario queremos ratificar nuestro compromiso con los principios que siempre nos han guiado y nos guiarán.

Un día como hoy, el 19 de julio de 1967, hace ya 50 años, Los Tiempos volvía a salir a las calles de Cochabamba dando así fin a casi 14 años de una ausencia forzada por la intolerancia y la fragilidad de las instituciones democráticas que por entonces sufría nuestro país.

Hoy, a la luz de la experiencia acumulada y con la objetividad que da la posibilidad de conmemorar los hechos importantes de nuestra historia desde una perspectiva de cinco décadas, podemos afirmar que fue un gran acierto la decisión y firmeza con que don Carlos Canelas, con el apoyo de toda su familia, decidió retomar la obra iniciada por su hermano Demetrio en 1943.

No debe haber sido fácil dar ese paso pues, como es necesario siempre recordar, esos eran tiempos durante los que la actividad periodística requería algo más que una lúcida visión empresarial. Requería, además, una vocación de servicio y la voluntad necesaria para afrontar los riesgos propios de la labor informativa en países que, como la Bolivia de esos años, no se destacaban por su apego a los derechos humanos, como la libertad de expresión e información.

Esas dificultades ya eran bien conocidas por quienes decidieron reconstruir Los Tiempos sobre las cenizas a las que fue reducido en 1953. Es que desde 1943, nuestros fundadores, directores y los sucesivos equipos de redacción tuvieron que lidiar con mucha frecuencia con el acoso proveniente de quienes veían en la libertad de información y de opinión, y en el espíritu crítico, un obstáculo para sus inclinaciones de hacer uso y abuso del poder político sin ningún tipo de limitaciones.

Esas relaciones tensas con el poder, plasmadas en persecución, confinamientos, arrestos contra personal de este matutino, llegó a su peor extremo en noviembre de 1953 cuando, por acción de grupos radicalizados de universitarios y militantes del entonces partido de gobierno, el MNR, fueron asaltadas y destruidas sus instalaciones, provocando su cierre.

14 años tuvieron que pasar antes de que Los Tiempos lograse reconstituirse después del duro golpe que le fue infligido. Desde entonces, y tal como lo hiciera en su primera época, este diario ha ido reflejando día a día la historia del país y de nuestra región, con la capacidad necesaria para adecuarse a las circunstancias concretas y guiándose por los 14 principios que Demetrio Canelas estableció como guía del trabajo periodístico al servicio de la comunidad.

Los Tiempos tiene la satisfacción de haber sido testigo de los muy grandes cambios que durante estos últimos 50 años se han producido en el mundo, nuestro país y nuestra región. Y también, cómo no, de la admirable evolución de la tecnología, lo que ha planteado retos que han sido afrontados exitosamente, como lo prueba el lugar de vanguardia que este diario ha ocupado, ocupa y seguirá ocupando en la carrera hacia la innovación.

En ese contexto, frente a desafíos como el tecnológico y las presiones del poder, ante los que tenemos experiencia acumulada, en este aniversario queremos ratificar nuestro compromiso con los principios que siempre nos han guiado y con la búsqueda de la verdad, la libertad y la democracia. Es decir, nos proponemos mantener y profundizar las características que han hecho de Los Tiempos el periódico de Cochabamba.

lunes, 17 de julio de 2017

retirar el apoyo de Evo a Maduro que pretende sólo el goce del poder. falta de atención a la salud, escalada de violencia represión, tortura, detención, malos tratos, desmantelar los grupos armados y abrir canales para que medicinas y alimentos lleguen al pueblo. un clamor que la Iglesia interpreta a cabalidad ante el desgobierno que se vive en Venezuela.


Una crisis que lastima


La solidaridad que se debe expresar al pueblo venezolano exige, por una parte, pedir a nuestro Gobierno que deje de apoyar un proyecto que ha perdido cualquier atisbo de servicio y sólo pretende mantenerse en el goce de poder
Un nuevo síntoma de cómo la crisis que vive Venezuela se agrava día que pasa es el documento que la Conferencia Episcopal de ese país ha emitido luego de alrededor de una semana de deliberaciones bajo el decidor título de “Mensaje urgente a los católicos y personas de buena voluntad”. Para evitar confusiones, comienzan citando al papa Francisco cuando afirmó que “en la voz de los obispos venezolanos también resuena mi voz”.

Luego de una introducción de contexto sobre la difícil situación que atraviesa la población venezolana, caracterizada por hambre, falta de atención en salud, represión , escalada de violencia, detención arbitraria de gente y uso de tortura y malos tratos, ataques a la Asamblea Nacional y la Fiscalía General y la convocatoria a una Asamblea Constituyente que pretende imponer “un régimen dictatorial” y que ha sido cuestionada y rechazada por la mayoría del pueblo venezolano, los obispos afirman que quieren elevar su voz y “exigir”, al Gobierno, retirar la propuesta de la Asamblea Constituyente, reconocer la autonomía de los poderes públicos, abandonar la represión inhumana, desmantelar los grupos armados, liberar a los detenidos políticos y abrir canales de carácter humanitario para que lleguen alimentos y medicinas a los más necesitados.

A la Fuerza Armada le piden cumplir su deber de estar al servicio del pueblo y no de un régimen, partido o gobernante, recordando que sus miembros serán plenamente responsables de sus actos y deberán rendir cuenta de ellos ante la justicia humana y divina.

A la dirigencia política, le dicen que debe comprometerse con el interés ciudadano antes que con sus propios intereses, seguir dando pasos para que se respete la voluntad democrática del pueblo y mantener mecanismos transparentas para impulsar encuentros y negociaciones que conduzcan eficazmente a la superación de la crisis.

A los miembros de la Iglesia piden que deben ayudar a derribar todo muro de división y contribuir a la recuperación del país, rehacer el tejido social y dar pasos hacia la reconciliación en el encuentro fraterno entre todos, y a todas las personas de buena voluntad solidarizase con quienes pasan hambre, necesidad y desconsuelo. Finalmente, invitan a una Jornada de Oración y Ayuno el 21 de julio para pedir a Dios” que bendiga los esfuerzos de los venezolanos por la libertad, la justicia y la paz”.

Sin duda, las cartas están echadas, más aún con el masivo rechazo que ayer han realizado los venezolanos a la convocatoria a la Asamblea Constituyente por parte de la camarilla familiar-militar gobernante que quiere prorrogarse en el poder incluso a costa de provocar una guerra fratricida.

En ese escenario, la solidaridad que se debe expresar al pueblo venezolano exige, por una parte, pedir a nuestro gobierno que deje de apoyar un proyecto que ha perdido cualquier atisbo de servicio y sólo pretende mantenerse en el goce de poder y, más bien, alinearse con los gobernantes democráticos de la región que piden la realización de elecciones libres, plurales para que sea la ciudadanía la que decida su futuro.

Por otra parte, y un día como hoy, en el que recordamos uno de los golpes y dictaduras más crueles y corruptas del siglo pasado,corresponde ratificar nuestra vocación democrática, la que debe traducirse en el pleno respeto a la Constitución Política del Estado y evitar que intereses subalternos, de cualquier índole, pretendan coartar la libertad ciudadana.