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miércoles, 23 de mayo de 2007

El sacerdote Antonio Berta, también conocido como "papi Antonio".Su figura popular, afable, bonachona, con una palabra amable a flor de labios, con esa invariable forma de contar chistes, a veces algo picantes, pero siempre tolerables, todos recordamos al cura de la barba espesa que fue cambiando de un rojo aladrillado, a gris y blanco según fueron pasando los años. Con su sotana raída, tenía una increíble facilidad de hacer nuevos amigos y de conservar a los viejos. Con buenas maneras, a veces firmes y terminantes tenía la habilidad de obtenerlo todo para sus "hijos", los niños huérfanos, y abandonados que llegaban al hogar que fundó con esfuerzo y dedicación. "Tú no sabes cómo es la Providencia, me dijo más de una vez entre serio y bromista, nunca me ha faltado". En efecto primero fueron los terrenos cedidos en parte por La Taquiña, la Prefectura, el Ministerio de Colonización, luego las ayudas de Italia, de sus hermanos de congregación, de sus parientes, de sus muchos hermanos y primos que siendo una vez pobres casi de solemnidad fueron ganándose fortunas que compartieron generosamente con Antonio.
Como Juan Bosco en el Piamonte, comenzó dando cobija a un par de niños, a los pocos meses fueron decenas y centenas. Algún día se escribirá su biografía donde estará presente el eterno milagro de la multiplicación de los panes.
Si hoy se realizara un inventario, se vería que las edificaciones, talleres, aulas, secciones de la Ciudad del Niño, llega a sumas considerables sin contar la riqueza humana que Antonio nos deja como un invalorable legado.
Estoy seguro que a ésta altura, estará haciendo un coro con San Pedro, San Francisco, San Juan Bosco, Martín de Porres y otros de su preferencia, les habrá llevado los últimos chistes con la picardía y oportunidad con que nos entretenía sin pausa...Adiós padre Berta. El amor al Padre, a quién encomendara a sus hijos adoptivos y a sus amigos, le dará, quién lo puede dudar,un eterno descanso!

Monseñor Tito Solari, salesiano arzobispo de Cochabamba sobre Antonio Berta

El arzobispo de Cochabamba, monseñor Tito Solari, durante la eucaristía de ayer en homenaje al padre Antonio Berta, pidió a los jóvenes seguir su ejemplo de amor y entrega a los demás.

Asimismo recordó el amor de Jesús por los niños y que fue manifestado por este sacerdote que dio un regalo al departamento con la creación de la “Ciudad del Niño”.

“Cochabamba tiene la “Ciudad del Niño”, sería bello que fuera la ciudad de los niños por lo que las instituciones y la Iglesia debemos tomar como prioridad el servicio hacia ellos”, manifestó.

Un secreto

La Arquidiócesis participó de la solemne celebración para acompañar al creador de la “Ciudad del Niño” y descubrir el secreto de su alegría y sobre todo de esa sonrisa que siempre llevaba en el rostro.

“Su cuarto era al lado del altar en la capilla de la “Ciudad del Niño”, lo que era la sacristía, ahí vivió más de 20 años, pasaba horas con el Señor, creo que ahí está el secreto de su alegría, en el amor hacia el Señor”, explicó Solari.

Dijo también a los jóvenes que una vida dedicada a los demás, es una vida que vale la pena y marca las almas de todos los que comparten con él.

Una vida preciosa

El arzobispo de Cochabamba, destacó su labor dedicada en beneficio de los niños, lo llamó el patriarca de la bondad, del amor y la familia.

Dijo que Cochabamba logró adquirir un corazón en el padre Berta a través de sus ojos luminosos que transparentaban la inocencia y belleza de su alma.

“Creo que ahora la imagen se queda en una luz que enciende la noche en las faldas del monte Tunari para que los niños puedan descansar tranquilamente sabiendo que hay un padre que vela por ellos”, manifestó.

Por su parte el director de la “Ciudad del Niño”, Luciano Invernizzi, recordó que el padre Berta enseñó a todos el optimismo, la alegría, el estudio, trabajo y sobre todo a descubrir lo que es el sacrificio, una forma de querer a Bolivia.

martes, 22 de mayo de 2007

La hora de la verdad está cerca

Quién podría negar la gravedad de la situación político-social de éste momento!
El Estado contra la Iglesia. El Estado contra el Poder Judicial. El Estado contra los partidos políticos. El Estado dejando actuar a la mano negra de los activistas que nunca como ahora tienen recursos para: 1. Arrojar tachos de pintura roja al Tribunal Constitucional, que fuera quemado en parte hace pocas semanas, 2. Invadir la reserva del Madidi, (creando un escenario distractivo a los problemas reales), 3.Hacer concesiones a un sector de transportistas que se niegan a pagar un seguro debido contra accidentes (protección de la vida humana), 4. Lanzar acusaciones contra las autonomías bajo diversas acusaciones, 5.Desatender las reclamaciones del sector cooperativo minero, 6. Desoír a los mineros residuales de Vinto, y un largo etcétera y como en un mar de fondo la protesta generalizada por la presencia de militares extranjeros, y la orquestación de maniobras por la Constituyente para perpetuar en el poder a Evo Morales y su grupo, ahora repudiado por Felipe Quispe y otros líderes campesinos en sendos escritos que dan la vuelta al mundo.
Se impone un sinceramiento, un pedir perdón, y más que todo un propósito de enmienda para no seguir hiriendo de muerte a los otros poderes del Estado, a personalidades de la Iglesia, de la Política, de los medios de comunicación, caso contrario malos presagios se ciernen sobre el firmamento patrio.