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sábado, 29 de octubre de 2011

sobre votos "válidos y balidos" zurfa Puka Reyes Villa en la nomenclatura política


No, señor(a) lector(a); no me he comido acentos ni confundido labialidades con dentilabiedades. Podría haber puesto “válidos yválidos” (los reales y los inventados) como quien dice “derrotas y derrotas” (las dignas y las gubernamentales), pero no, de verdad que quiero hablar sobre validos y balidos.
Valido es aquel individuo que, según un diccionario convencional, “goza de la amistad y confianza de un monarca, por lo que éste le da acceso al ejercicio del poder”. Balido es la voz -Beehh, beehh- de los que popularmente llamamos “auquénidos” (los reales, como las ovejas y los “metamorfoseados” -prestándome, con cierto disgusto, el calificativo compuesto con el que un almirante chileno nos tuvo a maltraer a los bolivianos- como los evojas, o sea, los serviles al monarca).
Hubo un tiempo, de 1991 a 2006, en el que el sistema electoral boliviano fue un ejemplo de transparencia, independencia, imparcialidad y autonomía. Su entidad administrativa había alcanzado un alto grado de institucionalidad y la ciudadanía se lo retribuía con un mayor grado aún de confianza.
Cuando el monarca ganó las elecciones de 2005 por aplastante mayoría, a nadie se le ocurrió cuestionar la labor de la Corte Electoral de entonces -¡Salvo al propio ganador! quien, en primera instancia se mostró sorprendido por la abultada votación a su favor y luego, contradictoriamente, sugirió que el organismo electoral le había privado de un triunfo aún más holgado. Claro, ya estaba anunciando su pronta desinstitucionalización-
El zarpazo no tardó en llegar y los validos comenzaron a poblar las oficinas electorales y éstas pasaron a convertirse en simples sucursales del poder Ejecutivo. Con el desparpajo de quien se sabe dueño del sistema electoral, el monarca daba las instrucciones públicamente (“sesenta por ciento”, “dos tercios”, “80 por ciento”) y, puntos más, puntos menos, balidos mediante, los números aparecen como si del lanzamiento de dados cargados se tratase.
Hasta antes de la elección judicial, esta operación la realizaban con cierta elegancia; hoy el truco ya huele a un “Peredazo” en versión light… ha sido tan burdo el arreglo en mesa, aprovechando de la ausencia de control en tal instancia que, así se diga que nadie anuló su voto, nadie nos quita lo bailado el 16 de octubre.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Bánzer Evo, Evo Bánzer "gobiernos paralelos" compara Humberto Vacaflor


En 1978 el Gobierno de Hugo Banzer enfrentaba un problema idéntico al que enfrenta ahora el de Evo Morales en el recuento de los votos de los bolivianos.
Entonces, el pupilo del presidente había sido derrotado por la corriente crítica, por quienes querían el retorno de la democracia.
Ahora, los pupilos del presidente fueron derrotados, también, por los votos de la corriente crítica que quiere el retorno de la democracia.
En 1978 los ayudantes de Banzer cometieron un error que figura en los anales de la democracia boliviana como una torpeza mayor.
Se encerraron en un recinto y fueron inflando los votos del pupilo conforme llegaban los votos del rival. Todo terminó cuando la torpeza tropezó con la aritmética y se comprobó que la suma de votos superaba la cifra de los inscritos para votar.
El recuento de votos de ahora ha comenzado a dar cifras que tienen dificultades con la aritmética.
El Gobierno de entonces tenía problemas con la economía. Una deuda pública muy gorda que había crecido a pesar de que los ingresos por exportaciones se multiplicaron por dos debido al alza de precios de las materias primas.
El Gobierno de ahora tiene todavía más graves problemas con la economía por haber inflado tanto los gastos que ha creado, en números absolutos, el déficit fiscal más grande de la historia de Bolivia, a pesar de que los ingresos por las exportaciones se multiplicaron por cuatro.
Hay otras similitudes entre ambos gobiernos: el presidente de entonces estaba viviendo el séptimo año de Gobierno. El presidente de ahora está por entrar al séptimo año de Gobierno.
El Gobierno de Banzer detuvo y expulsó del país a muchos periodistas. El de Morales detuvo a algunos periodistas y confinó a otros.
El presidente de entonces ordenó una dura represión a los campesinos de Tolata, lo que le valió el mote de ‘mariscal de Tolata’. El presidente de ahora ordenó una dura represión a los indígenas en Yucumo.
Con 40 años de diferencia, son dos gobiernos gemelos. ¡Ah!, y el de entonces terminó derrocado por su pupilo.

 * Periodista, Vacaflor.obolog.com