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viernes, 9 de octubre de 2015

Feliz coincidencia. creí haber sido único en pensar, que llegada la hora de Verdad Bolivia podría elegir Presidente a Carlos Mesa. ahora encuentro que José Crespo Arteaga tiene igual pesamiento que fundamenta bien. provocó Mesa un auténtico terremoto. desbordó el entusiasmo de los patriotas cuando afirmó "No estoy de acuerdo con la reelección de Evo". un balde de agua fría. guardaron silencio y luego los denuestos, lo que engrandece la figurade Carlos Mesa.

JOSÉ CRESPO ARTEAGA

Según voy leyendo, en Palacio Quemado están que arden ante la popularidad efervescente del expresidente Carlos Mesa, vocero de la causa marítima que, emulando la gesta del mártir Eduardo Abaroa, se batió solo contra los legendariamente pérfidos chilenos en un plató de televisión. Como el buen hombre salió airoso de la encerrona -hay quienes sugieren que parecía el niño Jesús asombrando con su sabiduría a los doctores del Templo- a la que le sometieron periodistas bien entrenados de la televisión oficial de Chile, por su brillante y dignísima actuación se cree que ha provocado un auténtico terremoto mediático en territorio enemigo por las lecciones de historia y moral que propinó en horario estelar a millones de chilenos que, al parecer, recién empiezan a abrir los ojos luego de un siglo de ser convenientemente engañados por su gobierno.

Según las crónicas de este lado de los Andes, en el país vecino cunde el pesimismo y se rasgan las vestiduras por la segunda goleada -luego de sufrir la primera en la corte de La Haya- que el nuevo héroe del mar les machacó en la cara, al extremo de pedir explicaciones a sus autoridades por semejante chambonada en vivo. Su secular prepotencia, no les permitió reconocer a primera vista que estaban ante un selecto historiador de talla 1,85 muy bien curtido en décadas de ejercicio periodístico y debate televisivo, y no ante un enano intelectual al que pretendían comérselo como marisco crudo. La exhibición del “Swedenborg altiplánico”, como lo llamó irónicamente años atrás un columnista por su impronta de solemne todólogo, provocó extensos lagrimones de cine palomitero en las redes sociales de nuestro reverberado país, que en pocas horas se llenaron de mensajes y memes de orgullo patrio que no se recordaba desde los lejanos tiempos del Mundial del 94.

Al día siguiente de esa noche apoteósica, llovieron los elogios y homenajes de toda la intelectualidad, desde los apoltronados en casa hasta allende los mares, y seguro que más de uno descorchó el vino guardado en la alacena por generaciones. No era para menos otro día histórico de los incontables que atesoramos como los yanquis guardan sus barriles de petróleo bajo tierra. Había que dejar constancia y afinar el plumero. Corrieron ríos de tinta, -qué  digo, ¡mares!- en los diversos diarios nacionales sobre la hazaña de nuestro enviado todoterreno, y que por el tufillo no se diferenciaban mucho de la fanaticada de Facebook. ¡Ay!, el triunfalismo se había contagiado hasta los periodistas más serios y refunfuñones. Todo el mundo cabalgaba sobre la cresta de la ola, como ilusionados surfistas de un mar fantasmagórico.

Los sacrificados trabajos de Hércules quedaron chicos en comparación con la epopeya de nuestro portavoz marítimo, pues sus “dotes de bonhomía” y “acendrado patriotismo” en la referida entrevista reforzaron aun más la “autoestima y orgullo” de los bolivianos que se habían “acrecentado” como la espuma tras conocer el fallo de la corte holandesa.  Llamadme hereje o tal, pero a mí -parafraseando a Javier Marías-, el éxito de otros no me toca ni me infla la vena en lo mas mínimo, ni aunque digan que es por el bien del país. ¿Desde cuándo, aparentes logros colectivos deberían automáticamente elevar o influir en mi autoestima, cuando ésta es más bien cuestión de cada uno? Que venga un psicólogo u otro bicho neurótico a explicármelo. Así pues, de lisonja en lisonja iban nuestros acrisolados atletas de la pluma, a cada cual más orgullosos del “pentatlonista” Mesa, como lo definió un exatleta olímpico y siempre mesurado cronista, a quien la marea exitista parece haberle salpicado como para despacharse singulares analogías deportivas que supuestamente el cerebral Mesa supo “combinar hasta el paroxismo”, para tapar la boca a sus interlocutores y sus venenosas preguntas.

Donde no hubo celebración mayúscula, ni mucho menos destaparon un JW etiqueta azul para brindar a la salud del emisario, fue en palacio de Gobierno: tanto Evo Morales como el vicepresidente se mantuvieron callados contra todo pronóstico, luego de festejar días antes a todo bombo y coloridos desfiles por el veredicto inicial de La Haya. El silencio casi sepulcral que reinaba en los salones y alrededores daba cuenta de que su estrategia de casar la demanda marítima al liderazgo del caudillo se había desinflado ante el protagonismo del equipo jurídico y diplomático, pero sobre todo después de la “excelsa, soberbia y rotunda” intervención de Carlos Mesa en Chile que lo catapultó al estrellato. Y eso en los aposentos plurinacionales no gustó para nada, con toda seguridad.


El pensador más chic de la nación ya se perfilaba como firme candidato para el Cóndor de los Andes, suposición bastante lógica para premiar sus invaluables contribuciones y sesudas disquisiones. Si el Papa y el presidente austriaco habían sido condecorados por solamente pasear sus figuras, Mesa se lo merecería urgentemente por su paliza dialéctica a los chilenos. Pero hete aquí que nuestro luminoso personaje cometió el peor de los pecados posibles: en un rapto de dignidad, vocación democrática, o qué sé yo, declaró a la prensa que no era partidario de la reelección indefinida del presidente Morales. A las pocas horas le cayó la sentencia condenatoria a través de la ministra de Comunicación, quien en conferencia de prensa desde palacio le dejó claro el recado de que los que se oponían a la reelección eran “los antipatriotas, los privatizadores, los neoliberales”, y en la otra ribera estaban ellos “los patriotas, los que trabajaban por el bien común”. Así le pagaban al mandarín intelectual por haber alquilado sus servicios –a título de patriotismo e interés nacional- al régimen más corrupto y despilfarrador de la historia. Ahora mismo peligra su puesto de asesor de lujo, según dio a entender el presidente del Senado que, para mayor paradoja, fue empleado suyo en su antiguo canal de televisión y actualmente, desde su pedestal, con toda arrogancia le recordó ante los micrófonos: “él ya sabe qué hacer”. El tiempo dirá.

jueves, 8 de octubre de 2015


con sus propios recursos

TUTO QUIROGA VUELA A MONTEVIDEO

entregará el Libro del MAR de Carlos Mesa


El expresidente Jorge Tuto Quiroga viajará este jueves a Uruguay para entregar el Libro del Mar al presidente Tabaré Vásquez, en el marco de la campaña internacional por la reivindicación marítima, en su calidad de integrante del Consejo Marítimo conformado por la Cancillería del Estado.
Tuto tiene previsto un encuentro con el mandatario uruguayo a quien explicará el derecho boliviano de volver a las costas del Pacífico, más aún luego del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que se declaró competente para conocer la demanda boliviana con relación a asuntos pendientes y promesas incumplidas por Santiago.
El exmandatario aclaró que viaja con recursos propios, así como su reciente visita a Estados Unidos, donde estuvo con el vicepresidente Joe Biden, a quien entregó el Libro del Mar, en oportunidad de un encuentro con exmandatarios de América Latina y Europa.

en realidad no hay mucho de novedoso en esta crónica de Página Siete, sin embargo cobra actualidad ante el injusto padecimiento que sufre el General Prado Salmón,acusado por el Gobierno en el juicio terrorismo, separatismo, y porque el Gobierno no probó hasta hoy dia, su inocencia en el triple crimen del Hotel Las Américas.

Página Siete /  La Paz
En 2010, el portal WikiLeaks filtró un cable de la Embajada de Estados Unidos en La Paz, con fecha del 29 de abril de 2009, que da cuenta que el país del norte sospechaba que el caso terrorismo en Bolivia fue montado por el Gobierno para armar una ofensiva contra líderes cruceños de oposición. 


El cable fue tomado por el periódico El País de España en diciembre de 2010, cuando publicó una nota titulada: "EEUU sospecha que el Gobierno de Bolivia simuló una trama terrorista”, en la que    describe que la embajada norteamericana, basada en una fuente cercana al caso, tenía información de que los "mercenarios” fueron contratados por los servicios de inteligencia bolivianos.


El reporte da cuenta, más adelante, que estos mismos servicios de inteligencia fueron los que dieron muerte al líder de la célula terrorista al húngaro boliviano Eduardo Rózsa, el húngaro Árpad Magyarosi y al irlandés Michael Dwyer. Posteriormente "sembraron pruebas falsas” y se buscaba emplear a los dos detenidos, el croata Mario Tadic y el húngaro Elod Toaso, para apuntalar el montaje.


El objetivo de estas acciones, según la oposición política que está citada en el cable, eran el entonces presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Branko Marinkovic, el prefecto Rubén Costas y los líderes de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco).
 La oposición atribuyó el montaje al vicepresidente Álvaro García Linera y al ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana. Al final del cable se precisa que esta información "no puede ser verificada”.


El cable se contrapone a la versión del Gobierno. El ministro de la Presidencia, el sábado, denunció la existencia de un plan estratégico de desestabilización contra Bolivia impulsado y financiado por el Gobierno de Estados Unidos. 


Indicó que esta situación fue confirmada con la publicación de un libro basado en  información de WikiLeaks, que señala que en 2007 la embajada de ese país en Bolivia urdió un plan para dar un golpe de Estado y asesinar al presidente Evo Morales. 


Con documentos de WikiLeaks, Quintana agregó que en 2007 la Embajada de EEUU instaló un centro de operaciones para llevar adelante el golpe cívico-prefectural, donde el plan A era dar el golpe de Estado y el plan B era asesinar al presidente Evo Morales. Por esta razón, el ministro pidió a la Asamblea Legislativa llevar adelante una investigación.


 La senadora de oposición Carmen Eva González pidió al ministro, a través de una carta, que se incluyan todos estos cables de WikiLeaks en la investigación de la Asamblea Legislativa, de la cual, además, pidió ser parte.



El libro  WikiLeaks Files, sobre el cual basó su denuncia Quintana, fue escrito por Alexander Main y Dan Beeton, quienes el miércoles rechazaron la versión de que EEUU tenía previsto organizar un golpe de Estado contra Evo Morales o planificar su asesinato, según publicaron ambos en la cuenta de Facebook del Center for Economic and Policiy Research (CEPR).
Lo que dijeron  Quintana y Gonzales
Magnicidio "La Embajada de Estados Unidos, en 2007 instaló un Centro de Operaciones para llevar adelante el golpe cívico-prefectural para aplicar el plan A, que era el golpe, y el plan B, que era el asesinato del presidente Evo” denunció el sábado el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana basado en un libro de Alexander Main y Dan Beeton.
  Desmentido Los autores del documento rechazaron la versión de que Estados Unidos planificó el asesinato del Presidente o un golpe.
 Interpretación El presidente de la Cámara de Senadores, José Alberto Gonzales, admitió ayer que se hizo una interpretación. "Evidentemente  (en el cable de la embajada) no le dice  hay que matar al Evo o mándenme plata para comprar una pistola y matarlo a Evo, no dice pues eso como muchos pretendían, eso no existe”, dijo.

miércoles, 7 de octubre de 2015

es que la expresión "quencha" que utiliza Reynolds en su texto, tiene una connotación única, quiere decir tocado por la mala suerte, desgracia, catástrofe, disparate, mal extremo. El Dr. Paz, padre de Ramiro al que cita Reynolds decía de Siles "es un kencha" y ahora la reeleción sería "kancherío" puede conducir a la confrontación. la oposición es colosalmente fuerte.

La adicción al poder es terrible. A más de un cristiano ha llevado de la mano al infierno
¿Con qué disposición de ánimo se encuentra? ¿Le sería más fácil reír o llorar? Es la disyuntiva crucial de la hora. Beaumarchais, en Barbero de Sevilla, le hace decir a un personaje: “Por el hábito de la desdicha, me apresuro a reír de todo, por temor de verme obligado a llorar”. Otro ejemplo: la lectura del Quijote a unos les hace reír; a otros les arranca lágrimas. Algo así está ocurriendo en el reducto plurinacional de los Andes, donde un Atila aimara pretende hacer tabla rasa de la democracia.
Acaba de iniciar una gestión de cinco años, la tercera de forma consecutiva, y ya está otra vez con el vesánico afán de prorrogarse, desde ahora, hasta los años 30. No hay un hecho singular como éste en el mundo. Uno no sabe si es sólo una pesadilla. Sin sonrojarse, un escudero dijo en Panamericana que el referéndum es a pedido de los opositores y que ellos, los masistas, sólo recogieron el guante. Pero bromas aparte, ¿alguien puede decir qué les causa tanta premura?
Como los becarios del gran “Pacheco” en la capital, han escamoteado sin asco el tiempo. Ya están en el 2019; y es víspera de elecciones. La Constitución de La Glorieta sólo permite una reelección, no cuantas veces uno quiera. Pero el que manda, manda y dos tercios en el cañón, al estilo del Capitán del Siglo. Entonces no hay problema. El 168 de la CPE modificada añade dos gestiones más al hilo”; y por ahí se animan a permanecer (lo cual es más seguro) hasta no poder más, como el dictador de Cuba.
Al pueblo, aunque se invoque tanto, lo más práctico es ignorarlo, como con los jueces “truchos”, las principales alcaldías y los estatutos de la autonomía. Digan lo que digan, la sordera convencional vale: la excesiva concentración de poder deriva fatalmente en  tiranía y es, además, una fuente segura de corrupción y de otras calamidades. No importa. ¡No hay que tenerle miedo al pueblo! Al decir del Vicepresidente, nada es tan urgente como saber “cuánto cariño le tiene todavía a Evo”.
El otro día hubo una parodia de debate en la Asamblea Plurinacional. La oposición es cada vez más diestra para los simulacros; era como para no dudar de que estaban discutiendo de veras; incluso sus gestos belicosos parecían reales. Ellos hicieron el marco de la apariencia; en el fondo, lo serio, ya estaba definido. Sólo había que hacer levantar las manos, y en un palitroque el referéndum de febrero era un hecho. ¿Para eso cuatro horas de pantomima?
La adicción al poder es terrible. A más de un cristiano ha llevado de la mano al infierno. Los que aún lo tienen, no quieren soltar, y los que ya fueron, sueñan con volver. Según Ramiro Paz,  “el prorroguismo en Bolivia es quencha”. Y él lo sabe muy bien. En 1964 el “general del pueblo”, siendo vicepresidente, le hizo el golpe al Dr. Víctor Paz. Casi otro tanto le sucedió a Goni en aquel octubre negro. A Banzer no le fue mejor. ¿Es difícil aprender la lección?
El autor es escritor, miembro del PEN Bolivia

martes, 6 de octubre de 2015

siempre he sostenido que Agustín Echalar debió estar en algún set de TV, o en la redacción de grandes diarios, admiro su agudeza y originalidad en sus juicios, ahora retoma el rol de Carlos Mesa y el "remezón provocado por su rechazo a la reelección de Evo"

Carlos Mesa estuvo soberbio durante la entrevista que le hicieron en un canal chileno. La gente en las redes sociales se volcó  a alabarlo, haciendo énfasis en su solvencia como historiador. Y aunque fue claro y concreto al citar algunos eventos de la Guerra del Pacífico, lo cierto es que más que sus conocimientos históricos, lo que hizo que la entrevista supiera a victoria para muchos bolivianos fue el manejo inteligente del encuentro, su capacidad para responder adecuadamente a todas las preguntas, o para no hacerlo, su elegante forma de poner en evidencia la banalidad y hasta cierto punto la falta de preparación del entrevistador. La seguridad en sí mismo le permitió ser irónico y atacar con una elegancia que no habíamos presenciado en el último tiempo.
Y bien, el tema del mar, una vez más ha tenido sus efectos. Mesa que como político estaba en el ostracismo hasta hace unos pocos meses, de pronto se ha convertido en una figura extraordinariamente actual. Una entrevista, en el lugar adecuado, y manejada por él magistralmente, lo han resucitado al extremo de que se ha convertido en uno de los grandes referentes políticos. De hecho, es su tajante e inequívoca posición respecto a la rerere elección del presidente Evo tiene en este momento más peso que lo que puedan decir el resto de los opositores.
Pretender que el reclamo marítimo no puede o no debe ser politizado es en el mejor de los casos una ingenuidad. Por supuesto que lo será, porque ésa es la esencia misma de este asunto y todo el mundo sabe que de llegarse a buen puerto, los réditos políticos que esto significaría serían inmensos.
Lo interesante es que como el diablo no sabe para quién trabaja, el Gobierno abrió sus puertas a los expresidentes que había estado vapuleando de manera atroz hasta pocos meses antes y los invitó para ser parte de esta cruzada. A primera vista se hubiera podido creer que era una movida genial del régimen, neutralizando de alguna manera a figuras que pudieran tener una potencial convocatoria.  De hecho, de no ser por las contundentes declaraciones de Mesa, se hubiera podido aseverar que éste estaba actuando, indirectamente, en forma funcional al Gobierno. Así lo percibí yo, hace tan sólo una semana.
Carlos Mesa ha dicho que no le interesa la política, que está abocado al tema del mar. Esto se tiene que entender en el sentido de que no le interesa ser un candidato ahora, pero indudablemente ha hecho política, en serio y en grande y con responsabilidad y ética, al expresar desde el pedestal recién ganado su rechazo a las pretensiones cuasi monárquicas de Evo Morales. Los del gobierno deben estar muy confundidos, les ha salido el tiro por la culata. No han tenido mucho más de una semana para celebrar como es debido el fallo de La Haya, y ni un par de días para felicitarse por  la entrevista en el canal chileno.
Aunque para la mayoría de los bolivianos es natural que el tema del mar sea de tan vital importancia, no deja de llamar la atención que una asunto que no tiene ninguna practicidad, que aún en el caso de resolverse a favor de Bolivia no llevará a ninguna mejora sustancial en la calidad de vida de la gente, sea tan, pero tan importante. No deja de haber en esto una suerte de inmadurez social y política, pero los traumas psicológicos colectivos, son aún más complejos que los traumas individuales.
Hay quienes han dicho que lo de la Haya ha sido casi un tsunami para la diplomacia chilena, tan segura y tan pagada de sí misma ella, pero algo me dice, que por lo menos vientos huracanados han llegado hasta la plaza Murillo.

lunes, 5 de octubre de 2015

se están gastado su rédito antes de tiempo. es la conclusión a que arriba Harold Olmos cuando repasa el accionar de Evo y su séquito que aprovecha del éxito de La Haya para ganar simpatías y por tanto pretender votos a su favor en febrero venidero.

En la huella del mayor triunfo jurídico en la causa que guía la política exterior de Bolivia desde hace más de un siglo, el partido de Gobierno ha dicho que busca reelegir al presidente Evo Morales. Aduce que solo él podrá conducir al país a un final feliz de la gestión lanzada en La Haya en 2013. 

Encaramado en ese logro, el Movimiento Al Socialismo proyecta ir al referéndum previsto para febrero. Para muchos, el país ha caído estos días en un debate oportunista cuando ni se ha cumplido el primero de cinco años del periodo de gobierno en curso (¿por qué tan temprano?). Para otros carece de sentido escudriñar sobre una década donde un año suele ser largo plazo. 

Una consulta que debería ser sencilla, de repente ha resultado empañada. De medios impresos a presentadores de TV, gran parte de los medios ha contribuido a crear una confusión en las cabezas de buena parte de los bolivianos. En el debate sobre cuál término se adecua mejor, si reelección (como casi siempre se dijo) o postulación (como pretende el Gobierno), se diluyó el tema del continuismo, que es el telón de fondo de la partida en juego. 

Puede usted decir de inmediato: ¿qué número de reelección es la que pretende el presidente Morales? Dígalo rápido, sin pensarlo mucho. ¿Tiene que contar con los dedos? Verá que con la premisa de que llegaría al menos hasta 2025, usted va a contar 20 años de Gobierno continuo del presidente Morales. ¿Es válido, entonces, hablar de re-re-re-re-elección? 

Hablar solo de repostulación quita varios ‘re’ y empaña la idea de que está también en juego el concepto de democracia con su característica esencial: la alternancia. La cacofonía de los re-re-re-re concita antipatías, pues luce inapropiada para quienquiera que se proponga ofrecer una imagen democrática. Para esta estrategia, causa resistencia menor hablar solo de ‘postular’, que no conlleva de inmediato la carga negativa de periodos consecutivos de Gobierno.

Muy pocos parecen reparar que la cuestión encierra también peligros en esta etapa de la disputa boliviana con Chile, pues puede ofrecer argumentos válidos para desprestigiar como antidemocrática la elección sucesiva de los primeros mandatarios actuales y socavarla. El éxito en La Haya equivale a un rédito a ser utilizado con cautela, sin dilapidarlo en éxitos todavía parciales. La prisa con la que el partido de Gobierno y sus principales autoridades quieren utilizar esos réditos a manos llenas conlleva el riesgo de agotar el capital logrado en un tiempo mucho menor al que los gastadores esperan

domingo, 4 de octubre de 2015

excelente crónica de Carlos Ortiz en El Deber, sobre el efecto tsunami que ha provocado en Chile, la entrevista al vocero del MAR, Carlos Mesa. no lo dice el cronista pero lo de Mesa, cuando declara que no está de acuerdo con la reelección de Evo, da lugar a un segundo tsunami, al punto que Evo se dedica a "plantar árboles", no encuentran nada que hacer.

En 27 minutos, Carlos Mesa dio una clase magistral de periodismo, de historia, de diplomacia y de cómo se debe comportar y responder un abanderado de un Estado. En la entrevista con el periodista chileno Juan Manuel Astorga, que se difundió en horario estelar en el canal estatal mapochino, lo primero que hizo fue, en la primera pregunta, apropiarse del control refutando de entrada y contragolpeando desde la primera frase. Ahí sacó de su zona de confort a Astorga y mientras se acomodaba en la silla de cuero y aluminio, se mantuvo atento, desarmó las bombas que le lanzaron y hasta corrigió a su entrevistador. Todo eso generó un fuerte oleaje en la política chilena, que ha llevado a diputados y senadores a preguntar de quién fue la idea de invitar a Mesa a ese espacio, a exigir uno igual en el canal estatal boliviano y a pedir que se envíen emisarios a Bolivia para hacer campaña por Chile.



Las olasEl poeta chileno Andrés Ajens, director de Mar con Soroche y partidario de un diálogo amistoso entre ambos países, explica que las palabras de Mesa fueron reproducidas el miércoles por varios medios chilenos, incluido el canal estatal, Televisión Nacional de Chile. 
“Los argumentos de Carlos Mesa traducen o representan la sensatez misma tras el veredicto de La Haya. Y ya están contribuyendo a desmantelar la primera reacción –francamente escandalosa e inverosímil— del ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, y del jefe de la delegación chilena ante La Haya, Felipe Bulnes, en el sentido de que el fallo 14-2 a favor de la posición boliviana en realidad habría sido una derrota para Bolivia, porque supuestamente la Corte habría reducido el alcance de la demanda boliviana, ¡cosa que no está en ninguna parte en el fallo! Es invención delirante de Muñoz y Bulnes, para enfrentar una derrota estrepitosa (pues habían machacado que la razón estaba del lado de Chile)”, explica.
Consultado sobre las repercusiones, un importante editor de un medio chileno de circulación nacional explicó que la discusión se había reavivado en su país y que el mismo miércoles se había debatido entre los diputados la posibilidad de mandar emisarios a Bolivia para que hagan campaña en favor de Chile. Incluso, se discute ya nombrar un embajador que defienda la imagen de Chile a escala internacional, como lo hace Mesa con Bolivia, y se pensó en el expresidente chileno Ricardo Lagos. 

Lagos no es una figura menor. En su presidencia le tocó negociar con Banzer la posibilidad de exportación de gas boliviano a través del territorio chileno, y ya se batió en un duelo verbal con Mesa en una sesión de la OEA, en la que Mesa salió favorecido. La figura de Lagos como vocero es defendida por el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Chile, Jorge Sabag, que desconfía de la eficacia de enviar emisarios a Bolivia y confía más en enfocarse en una campaña internacional. 

El rol de los medios“Por casualidades, en los últimos días, he tenido la ocasión de conversar largamente con dos directores de importantes medios de comunicación en Chile (para nada izquierdistas) y ambos me han señalado, con evidente molestia, que, tras el fallo, han recibido presiones bastante directas de agentes gubernamentales para alinearse con la estrategia del Estado, y desechar la idea de “derrota de Chile”, como si los medios fueran agentes del Gobierno de turno o de una noción burda del supuesto interés nacional”, cuenta Ajens.
El editor del medio chileno que pidió mantener el anonimato, explica que hubo una invitación del canciller Muñoz a un almuerzo tras el fallo, aunque él no estuvo presente. Sin embargo, asegura que los medios chilenos no están para nada alineados con la idea de victoria chilena, sino todo lo contrario, hay un fuerte debate de cómo revertir la derrota.

El factor MesaA las nueve de la mañana del 24 de septiembre, en la radio de la Universidad de Chile se transmitía un programa especial para esperar el fallo de La Haya. Allí estaba invitada Paz Milet, académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile que aseguró que la amplia presencia de Mesa en diversos foros internacionales ha logrado simpatías, mientras Chile solo se ha manifestado a través de un video y un tríptico y así es muy difícil enfrentar la presencia de Bolivia en los foros internacionales. 

En ese mismo programa estaba Sergio Grez, historiador y docente de la facultad de Filosofía de la U de Chile, que hizo varias precisiones sobre el tema del diferendo entre Bolivia y Chile. Recordó que Chile, incluso inmediatamente después del final de la Guerra del Pacífico, ofreció salida al mar a Bolivia por Arica y Tacna, que luego, en los 40 y los 70 del siglo pasado, se habló de un corredor y un puerto y que, en realidad, la posición monolítica de que no hay nada pendiente por dialogar con Bolivia proviene de la posdictadura chilena y es nueva. 

Milet incluyó otro factor: el emotivo. Recordó que para los bolivianos el mar no es un asunto económico sino de identidad, que Bolivia nació con mar y que ha perdido la cualidad marítima con Chile y que por lo tanto es algo irrenunciable. 

Grez añadió otro ingrediente: los intereses de políticos y empresarios chilenos que desataron la Guerra del Pacífico. “Fue un interés particular perseguido por una compañía chilena, que lo convirtieron en interés general, entre comillas”, dice Grez.

Milet y Grez no son los únicos intelectuales que abogan por un cambio de política. Otro ejemplo es Estaban Valenzuela, exalcalde de Rancagua, escritor y político, que cree que “el callejón de los duros”, en el que Piñera metió la relación con Bolivia, no conducirá a nada bueno.
“En el primer Gobierno de Bachelet se avanzó en los 13 puntos, que no esquivaban el debate marítimo -dice Valenzuela-. El 2008, para los economicistas, se llegó a un peak de intercambio comercial. Hoy estamos sin relaciones y acusados de faltar a las normas. Bolivia y su demanda marítima están metiendo a Chile en una trampa: la judicialización es probablemente un fracaso, pero puede interpretar faltas de cumplimiento parcial al mismo y hacer que la identidad de Chile se deteriore aún más en el continente como el vecino agresivo e insensible". 

Chile se siente vulnerableEn Chile ya se habla de “el fracaso de los viejos”. En esos términos se refirió en su columna en la radio Bio Bio Fernando Balcells, director de la Fundación Chile Ciudadano al fallo de La Haya. Considera que en su país se hace política “mirándose el ombligo y despreciando el argumento de la otra parte”. 

Cargó además contra la tesis de Heraldo Muñoz de que Bolivia no ganó nada y disparó: “Bolivia se merece un acuerdo y se lo merece ahora, no en la generación siguiente”. 

Tomás Mosciatti, director de la Bio Bio, la radio más importante de Chile, fue más duro. Aseguró que Chile no perdió 14 a 2, sino 16 a 0, ya que los dos jueces no le dieron la razón a Chile, sino que querían demorar la decisión. Cree que ahora Chile está obligada a jugar en territorio boliviano, con la lógica boliviana y que los borradores de la réplica chilena a la demanda boliviana deben tirarse a la basura. Además, asegura que el fallo le dio dos victorias más a Bolivia: reconoció que nació con un litoral y que Chile fue quien declaró la guerra. “Hay una víctima y un victimario. El juicio no está perdido, pero se ha transformado en algo muy difícil para Chile”.

Desde los medios chilenos, desde la voz de Mosciatti, se redefinió la escala del país. Ambos países son pequeños, tanto así que ninguno tiene un abogado que pueda litigar en La Haya, por lo que cree que lo que resuelva la corte no va a influir en países grandes