El titular de esta crónica me lo dictó una anglo parlante nacida en Quillacollo cuya lengua materna fue el quechua y cuya labor profesional la obligó a expresarse en inglés para darse más “caché” entre sus clientes del Mercado Rodríguez y otros de la “sede del gobierno”, llamada así a pesar de que el presidente Evo Morales está muy pocas veces en La Paz.
Sorprendido ante la sugerencia de mi comadre Macacha para titular mi columna en la lengua de Shakespeare, dije a mi pariente espiritual que me parecía algo absurdo encabezar esta crónica con palabras inglesas si ella misma había sugerido conversar primero y luego escribir sobre la noticia que nos conmovió sobre la nueva re-re-re-reelección presidencial del presidente Evo Morales Ayma, natural de Orinoca (Oruro).
La inteligente cochabambina me respondió con la rapidez de un rayo: “Debe usted saber, compadrituy, que nuestro admirado Evo no parla en aymara ni en quechua y el idioma que mejor entiende es el inglés, pues se entera al instante de lo que piensa y dice el Presidente de los Estados Unidos y sus diplomáticos en Washington, lo cual infiere que hay que titular en inglés las cosas que escribimos sobre él y por eso le ruego que para referirnos a la re-re-re-reelección del mencionado, usted debe decir en inglés: “Evo for ever, ever, and ever” lo cual —según me enseñaron en Cochabamba— quiere decir “Evo para siempre, por siempre y para siempre”.
Comprendí que de nada me serviría discutir con una cochabambina que además es bilingüe si uno de mis famosos amigos cochabambinos me dijo alguna vez “yo domino varias lenguas, menos la de mi mujer…”.
El motivo de la conversación con mi pariente espiritual no fue otro que haber conocido la inteligente y pulcra resolución del Tribunal Supremo Constitucional acerca de una consulta que le hicieron acerca de la nueva re-re-re-reelección del candidato presidencial Evo Morales y que en pocas palabras no dice otra cosa que “Evo for ever and ever and ever” porque Evito es el “papacho” que nos ha nombrado miembros de este alto tribunal.
Esta versión de mi comadre Macacha me pareció algo irrespetuosa para tan alto tribunal y así se lo dije a mi comadritay pero ella persistió en su temor, diciéndome con su voz de soprano, y metiéndome sus manos en mi cara la prima dona quillacolleña dijo: “Así hablamos las cholas de mi pueblo cuando nos enfadamos al ver que unos caballeros nos quieren meter gato por liebre al tratar de justificar que tenemos de presidente constitucional a un mandatario for ever, and ever y for ever”.
Enfurecida la cholita cochabambina se marchó no sin antes gritarme desde la puerta: “Gud bay, compadre y que le vaya okey”.
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