La recuperación del IDH es irrenunciable
Mario Ojara Agreda
La restitución de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos es necesaria para satisfacer las necesidades más elementales de los Departamentos Autónomos, por lo que la no atención de este pedido puede llevar a la desintegración del Estado. El mandatario masista al confiscar arbitrariamente el IDH y provocar la confrontación entre masistas y autonomistas es responsable de los luctuosos acontecimientos ocurridos en Pando. La violencia se extenderá si fracasa la negociación que se inició el domingo último.
La intervención de Hugo Chávez en nuestros asuntos para que “Bolivia arda como ardió Vietnam” debe ser siempre rechazada por las Fuerzas Armadas. El proyecto masista se orienta a la instauración de un régimen castrocomunista en nuestro país, pues Evo Morales Aima va en contra ruta de la historia, ya que Rusia y China tiraron por la borda el comunismo y se insertaron en el nuevo orden económico mundial que impulsa la globalización y el neoliberalismo. Ahora ellos crecen y dan bienestar y prosperidad a sus pueblos, el comunismo fracasó, profundizó la miseria.
Bolivia es líder del grupo de los 18 países más subdesarrollados del mundo, el gran desafío es el desarrollo con Autonomía Departamental, en libertad y democracia y una política de atracción de inversiones extranjeras y tecnología. Es preciso que Evo Morales no siga en la impostura, es neoliberal, hace economía de mercado regida por la oferta y demanda, importa con arancel cero productos de la canasta familiar, pide extensión de las preferencias arancelarias al Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo con la globalización desaparecieron la izquierda y la derecha, debemos hacer un país competitivo para aumentar las exportaciones, aumentar el tamaño de nuestra economía y crecer a ritmo sostenido y sostenible, la época de la “economía comunitaria” basada en el trueque de un burro por dos asnos quedó atrás. Es preciso convertir a YPFB en un Petrobras transnacional y, para ello, es preciso construir un Estado moderno.
Evo Morales quiere ser presidente de 36 naciones, olvida o ignora que nuestro territorio fue cercenado por geopolíticas agresivas expansionistas, perdimos el mar y Chile nos denominó “país del altiplano”. Necesitamos un Estado fuerte porque el Estado es un fenómeno de fuerza. Para construir una potencia comencemos por exigir el cumplimiento de las 12 resoluciones de la OEA que obligan a Chile a devolvernos mar con soberanía. Mar sin soberanía nos conceden todos los países sudamericanos, la República del Perú nos ha concedido un puerto propio y soberano en la costa de Ilo. El Presidente de la República tiene la obligación de recuperar las aguas de los manantiales del Silala y las aguas del río Lauca usurpadas por Chile. Nuestra riqueza hídrica altiplánica debe ser aprovechada en beneficio del desarrollo nacional, si Evo Morales exige a Chile una indemnización por el robo de las aguas del Silala desde el año 1908, cuyo monto supera los 2 mil millones de dólares, podríamos garantizar hasta la eternidad el pago de la “renta dignidad”, el bono “Juancito Pinto” y todos los bonos que se le ocurra crear al mandatario masista para captar clientelismo político.
El MAS quiere imponer una Constitución hecha a su medida, este desparpajo hace inviable la Autonomía Departamental que en Derecho Político significa autogobierno y descentralización profunda, aceleración del desarrollo con recursos que asigna la Constitución Política del Estado, las Leyes de la República y los que genere la región, por lo que la recuperación del IDH es un objetivo irrenunciable. Estos recursos deben ser utilizados para la ejecución de planes y programas de desarrollo social y económico de los Departamentos Autónomos. Los sucesos ocurridos en Pando tienen que ser investigados por expertos de la ONU. El Gobierno desató el conflicto violento que provocó la confiscación del IDH, lo que ocurrió en Pando fue una confrontación entre masistas y autonomistas, quienes usen la fuerza para eliminar a combatientes por la Autonomía y el IDH serán juzgados por la Corte Penal Internacional con sede en Roma. (publicado por el decano El Diario de LP, Bolivia)
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