El Lloyd Aéreo Boliviano desaparece después de más de 85 años en los cielos de América. Definitivamente, fue la única empresa boliviana que nos llenó de orgullo en el exterior. Entidad reconocida por los bolivianos y extranjeros como una de las empresas con excelente servicio y de máxima seguridad. Durante la era del Jet jamás tuvo un accidente fatal. Esta empresa, una de las más antiguas del mundo, fue una de las primeras en América Latina en llevar a un Papa que solamente viajaba y se desplazaba en Alitalia. Viajaron artistas como Lucia Méndez, Julio Iglesias, Los Bukis, Los Nocheros y tantos otros más. Entre las cosas que recuerdo de esta empresa es que en Lima, cuando iba al aeropuerto le dije al taxista que se apurara ya que estaba sobre la hora, y él me respondió que AeroPerú nunca sale en hora. Cuando le dije que iba en el LAB, me respondió “eso es otra cosa, estos bolivianos son puntuales para salir y llegar”.
Pero veamos quiénes fueron realmente los mayores culpables para que esta empresa desaparezca. Gran parte los extrabajadores y mayormente los tripulantes que se hicieron llevar por su exdirigente Vaca, quien les hizo creer mil cosas. Las exadministraciones tienen también su culpa, pero las que mayor responsabilidad tienen son las administradoras de fondos de pensiones (AFP) que no supieron ejercer con sus directores una fiscalización y una obligación para que paguen los aportes de sus trabajadores. La mayoría de estos directores no tenían ni la menor idea de qué era una empresa aérea y sólo estaban como figurones nada más. Recuerdo cuando hice un artículo reclamando esto, me respondieron los ejecutivos de las AFP que sus directores son casi ajenos a ellos y no tienen control sobre ellos. Imagínense semejante estupidez, entonces ¿para que los tenían? Las posteriores administraciones en manos de los trabajadores fueron cada una más desastrosa que la otra. Uno de sus expresidentes, que se suicidó, les hizo creer que sus acciones no valían $us 1.400 dólares sino cada una Bs 150.000 ($us 20.000), al final se llevó de la empresa varios millones de dólares y los empleados quedaron con el sueño de que sus acciones valían mucho. La última administración indicó que en cuatro meses volvía el Paitití, y la empresa se rehabilitaba. La única que se rehabilitó fue la gerencia ya que cobró sueldos sin hacer nada en beneficio de los trabajadores y perjudicándolos más, vendiendo propiedades en Bolivia y en el exterior a precios ridículos por no decir regalados, desapareciendo las propiedades en Miami, Buenos Aires. Sólo los que conocieron el LAB quedarán con el recuerdo de esta gran empresa.
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