El ministerio del Dr. Goebbels
Mauricio Aira
Dos notables ministros de Información ha tenido la Bolivia moderna. José Fellman Velarde talentoso nacionalista que logró montar el primer aparato de propaganda basada en la Emisora del Estado, Radio Illimani, la imprenta que serviría de base algo más tarde para imprimir el diario oficial “La Nación”, el Instituto Cinematográfico Boliviano que fue, ni duda cabe, el más directo, eficiente instrumento para mantener la fe en el Nacionalismo Revolucionario mediante la producción de Noticieros Cinematográficos que contaba con una masiva popularidad. Abarcó también actividades de fomento turístico y difusión propagandística de los intereses del régimen del MNR. El segundo ha sido Mario Rueda Peña de estilo diferente aunque más profesional en el uso de los medios en el gobierno del Dr. Hernán Siles Suazo. Con inteligencia y sagacidad logró hasta donde fue posible la credibilidad del régimen en un trance muy difícil en lo político y económico, su dominio del tema comunicacional ampliado ahora también a la televisión fue factor importante en preservar la democracia.
Imposible adentrarse en el tema sin tocar las pautas de un personaje nefasto para la humanidad aunque precursor en el uso de los medios para la propaganda política Josef Goebbels que de talentoso orador se transformó en jefe de propaganda del Partido Nacional Socialista nombrado por Hitler en 1933 Ministro de Propaganda e Ilustración Popular. Goebbels divinizó a Hitler, promovió el odio a todo lo extranjero, odio al capitalismo, al comunismo, al sionismo y odio al judaísmo. Controló el uso de los símbolos, el turismo, el cine, la cultura, el teatro, la música, las publicaciones e instituyó “la insignia de oro” para premiar a periodistas, artistas, intelectuales.
Goebbels escribía la mayoría de los discursos de Hitler, introdujo en la radio la propaganda política y convirtió a su ministerio en el rostro visible y el portavoz del nazismo. Contó con el total apoyo del Jefe y gozó de beneficios y privilegios por su cercanía “con el monstruo de siete cabezas”. La referencia viene a cuento por cuanto de ser simple oficina de Prensa e Información, muy común a todos nuestros gobierno construyó su Ministerio para ocuparse de todos los asuntos de información y propaganda, la reconstrucción de Alemania y proveyó de propaganda con anuncios del Estado. Asumió la tarea de informar sobre Alemania al exterior y centralizar toda la información del Gobierno para el interior, administró las visitas oficiales, se constituyó no sólo en la voz, sino también “en su poste de escucha” es decir el espionaje, la averiguación sobre los comunicadores elaborando un dossier sobre cada uno de ellos y sus familiares, con información confidencial para poder usarlos en “el control” léase el chantaje y la extorsión de los comunicadores.
No sin razón, la creación del Ministerio de Comunicación reciente, hace pensar en los superpoderes de que gozará para preparar demostraciones de masas, exposiciones, o sugerir tareas de propaganda a los demás ministerios con campañas de propaganda en la radio, la prensa, la tv., el cine, los carteles, prospectos, panfletos, spots y jingles contratados con los recursos del Gobierno. La confección de listas negras para excluir del sistema de avisaje formal y propagandístico a los medios o comunicadores contestatarios al Gobierno. En suma manejar a su arbitrio los recursos de la propaganda del Estado.
El titular del nuevo Ministerio adelantó las tareas que tendrá a su cargo sin lograr soslayar que se ocupará de la propaganda del partido de Gobierno. La cooperación con todos los medios para informar también a los bolivianos que viven fuera de las fronteras con la propaganda oficial y la realización de eventos masivos de organizaciones políticas y culturales afines e los principios ideológicos que se opongan a ideologías hostiles al “proceso de cambio” sostenido con armas propagandísticas contra los enemigos.
Se espera entonces una mayor clarificación de los argumentos que han llevado a la creación del Ministerio y su expresa declaración de no incluir en sus tareas específicas a la escuela, las asociaciones profesionales o gremiales, iglesias, ni centros cívico culturales ni auspiciar propaganda confrontacional o discriminatoria como está sucediendo ya. (Goebbels y su esposa e hijos se suicidaron imitando a Hitler que había hecho lo mismo. 01.05.1945)
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