El escándalo mundial que estalló a raíz del caso Evo-Gabriela nos ha sacudido a todos, incluyéndome a mí (que no soy ningún angelito) y a la cándida cholita cochabambina que me colabora en mis tareas periodísticas. De un largo y profundo diálogo con ella, nació un Decálogo Moral que contiene 10 mandamientos que deberían cumplir todos nuestros gobernantes actuales y los que vinieran.
Primero: Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo sin confundir al pueblo con la adoración a barros y a piedras para no pecar de idolatría.
Segundo: No jurar lealtad a Dios y al Pueblo levantando el puño porque eso ya no lo hacen ni los rusos que fueron los inventores. Tampoco jures cumplir lo que no depende de ti como esa antigualla incaica que dice Ama llulla, Ama sua y Ama quella porque ésas son las debilidades principales de nuestro pueblo.
Tercero: Santifica las Fiestas y no te emborraches en ellas porque el trago te hará ver doble o no podrás reconocer ni a la madre de tus hijos.
Cuarto: Ama a tu Madre y a tu Padre y no creas que el amor filial te manda a realizar negociados para adquirir más casas y más autos y más camiones para agradecer a tus mayores.
Quinto: Pero tampoco te harás el “khasa” ni el del otro viernes cuando alguno de tu subordinados, militar, civil o policía, mate o cause daños a ciudadanos que no están de acuerdo con la política oficialista.
Sexto: No fornicarás delante de 10 millones de testigos que te están mirando durante el día y la noche en cualquier lugar del territorio nacional; si tantas fueran las tentaciones de la carne viaja a cualquier lejano país sin guardaespaldas ni comitiva oficial, justificando así los viáticos oficiales que recibes.
Séptimo: No robarás. Este precepto ya está enunciado en el idioma más universal que tiene nuestro Estado Plurinacional y Folklórico que es el quechua, el idioma de los cochabambinos y de los nacidos en Quillacollo, quienes dicen “ama sua”, pero es la lengua más querida por todos nuestros compatriotas.
Octavo: No mentirás. Este precepto no sirve para nada a quienes gobiernan Bolivia. Por eso no es aplicado en esta crónica. Si no practicaran ese mal no tendríamos Presidente, ni Vice, ni ministros, ni viceministros, ni senadores, ni diputados. O sea, que estaríamos más regados que ahora. Momento de prevenir a mis lectores que este Decálogo es para todos los que nos gobiernan, con alguna rara excepción.
Noveno: No desearás la mujer de tu prójimo porque es tan igualita a la tuya.
Décimo y último: No codiciarás los bienes ajenos. Con excepción del Mar que un día fue nuestro y ahora está, temporalmente en manos de Chile.
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