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sábado, 5 de septiembre de 2015
Nicolás Maduro puso en riesgo la existencia de Evo Morales, según Julian Assange de WikiLeaks, entrevistado por El Deber, diario al que agradecemos por esclarecer el oscuro pasaje que estuvo a punto de terminar con el avión presidencial debido a la "intriga de Maduro" que había resuelto transportar a Edward Snowden en el FalconUno
Assange y el avión de Evo
Durante una extensa entrevista con EL DEBER en Londres, Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, reveló un dato relevante en la tramoya que, en julio de 2013, envolvió al avión del presidente Evo Morales por la sospecha de que llevaba en su interior al exagente de la CIA Edward Snowden. Sus incontrastables palabras señalan con claridad que hubo una negociación entre WikiLeaks y el Gobierno de Nicolás Maduro para colocar a Snowden, en ese momento retenido en el aeropuerto internacional de Moscú (Rusia), en un avión presidencial con destino a un país en América Latina. Como se sabe, el hacker es buscado por Estados Unidos por filtrar miles de documentos secretos del Gobierno estadounidense.
Los adalides del oficialismo levantan polvareda señalando que Morales no sabía nada del tal Snowden y que él fue la única víctima de un flagrante secuestro de su aeronave por parte de los gobiernos de Francia, España y Portugal, bajo presión de Washington. Assange no dice que hubo negociaciones con Morales, la entrevista es muy clara en ese sentido, sino con el Ejecutivo venezolano, que gestionó por todos los medios la protección de Snowden. El escándalo internacional desatado por la negativa europea a abrir su espacio aéreo al avión de Morales terminó cerrando la estrategia de WikiLeaks para liberar a Snowden: Rusia finalmente accedió a otorgarle el asilo diplomático del que hoy goza en Moscú.
WikiLeaks niega que haya habido tales negociaciones, pero las palabras de Assange son contundentes y permiten mostrar el grado de involucramiento que tuvo el líder de esa organización en una operación que, por fortuna, no terminó con mayores riesgos para la vida del presidente Evo Morales. Así se lo reclamó oportunamente el propio Ejecutivo boliviano, que vio en las acciones de Assange un exceso inadmisible que pudo haber tenido graves consecuencias.
Ahora, Assange intenta congraciarse con el Gobierno de Morales, al que ve como un aliado estratégico en su lucha contra la inteligencia de Estados Unidos, que lo tiene en la mira y amenaza con detenerlo ni bien ponga un pie fuera de la embajada ecuatoriana.
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