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jueves, 10 de marzo de 2011


tal como viene ocurriendo en hidrocarburos la economia también es criticada por ICE e IFO
(editorial de Los Tiempos de Cochabamba, Bolivia)
Venezuela y Bolivia, dos países que decidieron unir su suerte alrededor del objetivo común de destruir el capitalismo y sustituirlo por el “socialismo del siglo XX”, parecen estar logrando su propósito. Es que ambos países encabezan dos listas correspondientes a sendos informes publicados durante los últimos días sobre la situación económica de los países latinoamericanos pero no por ser los más exitosos, sino todo lo contrario.
Nos referimos al Índice de Clima Económico (ICE), indicador medido trimestralmente por el centro brasileño de estudios económicos Fundación Getulio Vargas (FGV) y el Instituto de Investigaciones Económicas (IFO) de la Universidad de Múnich (Alemania) en varias naciones de Latinoamérica, y al ranking de la inflación en Latinoamérica elaborado sobre la base de las cifras oficiales proporcionadas por cada uno de los países evaluados.
Según el primer estudio, cuyos resultados son obtenidos mediante la comparación de los ICE de los últimos cuatro trimestres, Bolivia y Venezuela fueron los dos únicos países en los que entre octubre de 2010 y enero de 2011 empeoraron las condiciones necesarias para una actividad económica exitosa.
El segundo estudio clasifica de mayor a menor las variaciones de precios registradas entre enero de 2010 e igual mes de este año, según datos estadísticos oficiales revelados durante febrero por los Gobiernos de la región. Venezuela y Bolivia también encabezan esta lista, con la agravante de que en ambos países el alza de precios de los artículos alimenticios se encuentra muy por encima de los índices generales de inflación de cada una de las economías.
Que el alza del precio de los alimentos sea en ambos países la principal causa de la inflación es especialmente grave para los sectores más pobres de la población pues, como se sabe, la incidencia de este rubro en la economía familiar es gravitante. Y aunque la situación en Venezuela es mucho peor, pues allá el alza de precios que afecta a los alimentos es del 37,2 por ciento, y en Bolivia del 14 por ciento, el dato no deja de ser alarmante, más aún si hay corrientes dentro del Gobierno que se empeñan en seguir los pasos del régimen chavista.
Las coincidencias, desgraciadamente, no terminan ahí. Es que los Gobiernos de ambos países también tienen una explicación común para tan penosa situación: ambos le achacan al cambio climático y a otros factores ajenos a su propia responsabilidad la debacle de sus respectivos sectores productivos sin considerar que sus países vecinos comparten similares condiciones pero no las sufren tan drásticamente.
Para afrontar tal situación y sus temibles proyecciones hacia el futuro inmediato, algo se debe hacer. Por eso, La FAO y la Cepal, además de instituciones nacionales especializadas en la materia como el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, no se cansan de hacer oír sus recomendaciones. Pero las autoridades gubernamentales todavía se niegan a asumir sanamente las críticas y sugerencias, lo que limita la posibilidad de adoptar oportunamente los ajustes necesarios. Es de esperar que la penosa experiencia del sector hidrocarburífero no se repita en el rubro alimenticio antes de que se haga algo al respecto.

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