Es muy importante que haya terminado el tiempo de los mitos, de las ilusiones y de las fábulas sobre cuyas endebles bases se quiso construir un país de fantasía, porque desde ahora ya a nadie le será tan fácil embelesar a las masas populares y a algunos intelectuales “progresistas” del exterior con ficciones como eso de las “36 naciones” o “el modelo alternativo para salvar no sólo a Bolivia, sino al mundo entero”. Ya nadie podrá afirmar que Evo Morales es el “guía espiritual de la humanidad” y mucho menos hacer de tal ilusión un lucrativo producto de exportación.
(segmento del editorial de Los Tiempos. nueva realidad)
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