resulta por demás interesante la elaboración mental
en santa cruz hacia soluciones políticas de la crisis
Tres políticos con experiencia lo aconsejan: la única forma de contrarrestar el ‘proyecto hegemónico’ del presidente Evo Morales es con un proyecto de país que nazca desde Santa Cruz y que logre consolidarse como una opción política de alcance nacional. Jerjes Justiniano, ex líder del Partido Socialista 1; Roberto Barbery, ex ministro de Estado, y Guido Áñez, ex jefe departamental del MIR, se encontraron en EL DEBER para ofrecer soluciones que destraben el diálogo político.El primero en opinar fue Barbery. Para él, en el proceso de negociación se subestiman las premisas de carácter filosóficas que dan el carácter de una Constitución. Esto implica que el oficialismo y la oposición no comparten las mismas categorías básicas para estructurar un Estado y tratan de compatibilizar documentos que, en esencia, son distintos. Justiniano centró su análisis en que la crisis de representatividad expresada en el agotamiento del sistema de partidos políticos ha provocado un escenario en el que los únicos interlocutores válidos para el diálogo son los ungidos por voto popular, es decir: el Presidente y los prefectos opositores.Áñez introdujo en el debate aspectos geopolíticos. Ve que los conflictos se ajustan más a una lucha por recuperación territorial más que por espacio político. Así por ejemplo, el cerco a Santa Cruz y el avance de simpatizantes masistas es leído como un ‘avance’ del MAS hacia la ciudad. Ahí se inició el contrapunto. Barbery cuestionó que el proyecto de Constitución no reconoce la igualdad entre ciudadanos. También criticó al movimiento autonómico por no “enamorar” al resto del país. “Se debe explicar la autonomía como un proyecto de profundización de la democracia. No puedo ir a La Paz y decir que es una reivindicación de mi región”, dijo.Justiniano introdujo otro elemento que dificulta el diálogo: se ha sustituido el debate ideológico por el insulto. Esto, en su opinión, hizo que el liderazgo de la “media luna” se corra de Costas a Cossío. “Después del referéndum revocatorio, Costas se dedicó a insultar y al final no dijo nada. Cossío fue más inteligente”, señaló.Barbery añadió que tanto a la CPE como a los estatutos les falta vocación universal, que no estén pensados en función de una raza, grupo étnico o sector regional. “En Santa Cruz nunca hubo un proyecto con visión nacional. Evo Morales es la expresión patética de la incapacidad política de la élite cruceña de generar un proyecto nacional”, dijo.Su comentario fue celebrado por Justiniano, que admitió que a los políticos cruceños siempre los buscaron como ‘segundos’, mientras que Áñez añadió que la fortaleza económica de Santa Cruz es inversamente proporcional a su debilidad política. “Nuestros políticos son administradores de poder, no generadores. No les he visto los zapatos pringa’os de barro los fines de semana, que es como se debe hacer política. Nada sustituye a la política en el territorio. Aquí los esquemas corporativos no alcanzan. Nuestros líderes políticos son actores de televisión”, criticó. En lo que coincidieron los tres es que la autonomía es una parte de un proyecto, pero no es todo. Barbery explicó que se necesita paciencia para construir un proyecto político, que además debe madurar. A ello, Áñez sumó que no se debe continuar con la fórmula mesiánica actual, que busca un líder antes que un proyecto.
De palabra
Por un marco filosóficoRoberto Barbery / Ex ministroEl principal problema del diálogo entre el Gobierno y las regiones es la subestimación de temas fundamentales para el país, de premisas de carácter filosófico y de principios fundamentales. Desde el principio se comenzaron a discutir temas sectoriales, relacionados con el proceso de tierras, de reivindicación sectorial, pero no se discuten principios fundamentales.¿Los que están dialogando comparten las mismas premisas básicas? El pluralismo político, el Estado de derecho y la separación de poderes son denominadores comunes para analizar después los temas de carácter sectorial. Debemos preguntarnos si estamos dispuestos a respetar el marco constitucional o le vamos a pasar por encima a los poderes constituidos, sin respetar derechos mínimos de un Estado de derecho, como la garantía a un debido proceso o la igualdad entre ciudadanos.
Una negociación directaJerjes Justiniano / Ex jefe del PS1El hombre construye las ciencias políticas con su cultura y éstas configuran las leyes. Los cambios sociales se dan antes de que se conviertan en ley. Nadie hace una revolución por decreto. Estamos viviendo cambios y los actores que participan de la vida política son diferentes. Se han excluido a los partidos políticos del escenario nacional y la política debe expresarse necesariamente a través de representantes. Sin embargo, los partidos pertenecen a un ciclo superado por la historia y los únicos legitimados ahora para un rol de intermediación son los que gozan del respaldo popular a través del voto, es decir, el Presidente y los prefectos. Los dos sectores tienen diferentes apoyos, pero en ninguno de los casos se tratan de partidos, sino de movimientos sociales y grupos corporativos. La única forma de que el diálogo avance es dejando que ellos negocien.
En manos del GobiernoGuido Áñez / Ex jefe del MIRLa pauta y la agenda política del país la marca el Gobierno. El Ejecutivo tiene mucha capacidad de movilización, un enorme aparato publicitario, monopolio en medios de comunicación en la mayor parte del territorio nacional y es por eso que lo que pase de ahora en adelante dependerá de la actitud del Gobierno. Todos los demás actores son secundarios. Eso nos deja dos alternativas: o avanzamos hacia la revolución o avanzamos hacia la profundización de la democracia. El Gobierno cree que es la hora de la revolución, los gobiernos regionales consideran que es la hora de la profundización de la democracia. Ambos han avanzado mucho en la consolidación de sus proyectos, pero tengo una preocupación: el gran problema es que los radicales han tomado las riendas del Gobierno y, para un radical, negociar es ceder y ceder es traicionar la causa. En el caso de las regiones, los radicales no están en los lugares de decisión.
Sugerencias
- Principios. Se debe discutir sobre bases filosóficas, como la igualdad de las personas ante la ley, el respeto a la división de poderes y el pluralismo político.
- Validez. Se debe permitir que sean los prefectos y el Presidente los que negocien el acuerdo directamente.
- Reconocimiento. No se debe ignorar la emergencia y existencia de los movimientos sociales, así como tampoco la legitimidad de los actuales prefectos.
- Necesidad. Se debe aislar a los extremistas de uno y otro sector para que no confundan la negociación con la traición.
- Paciencia. El diálogo no prosperará poniéndole plazos. Se les debe dar tiempo a los líderes.
- Visión. Santa Cruz debe acompañar su poderío económico con ambición política. Para ello necesita un proyecto con alcance nacional.
- Prudencia. Los medios de comunicación no deben alentar la sustitución del debate ideológico y político por el insulto o la descalificación del contrario.
La frases
«Evo Morales es el reflejo de la incapacidad de la élite cruceña de generar un proyecto de alcance nacional»Roberto Barbery
«No les he visto a los líderes los zapatos pringaos de barro el fin de semana por hacer política en los barrios»Guido Áñez (el texto aparece en un suplemente de El Deber, Sta. Cruz)
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