Más de 11 millones
La población boliviana ha superado los 11 millones de personas para un territorio de 1.098.581 de kilómetros cuadrados. Bolivia ocupa el número 27 entre los países del mundo por su extensión, llegando a medir dos veces el territorio de España, tres veces el de Alemania y cinco veces más que el Reino Unido. Con un promedio de 9,2 bolivianos por kilómetro cuadrado, su población sigue siendo poco numerosa en relación al territorio, ocupando el puesto 87 en el ranking mundial de países por población. Conclusión: todavía somos muy pocos para un territorio de gran extensión y potencialidad.
Paradójicamente, el país aún presenta altos índices de pobreza y desocupación, lo que muestra la incapacidad que históricamente tuvimos para generar, organizar y distribuir la riqueza producto del desarrollo empresarial e industrial y la explotación de recursos naturales. Es que tener más población no significa más progreso, tampoco si se tiene mayor cantidad de territorio. Países que son mucho más pequeños como Uruguay, Japón, Dinamarca o Suiza, tienen altos índices de desarrollo gracias a la educación, la organización y la estabilidad económica y política.
El municipio de Santa Cruz de la Sierra sigue siendo el más grande del país, con 1,6 millones de habitantes. Le siguen la ciudad de El Alto, con 912.906 personas; La Paz, con 798.968; y Cochabamba, con 691.970 habitantes. Esto muestra que más de 4 millones de personas viven en el eje urbano del país, lo que implica enormes potenciales y vulnerabilidades para un país todavía muy centralizado en tres grandes centros urbanos.
La densidad poblacional llegó a 9,2 habitantes por kilómetro cuadrado (hab./km2), superior en 1,6 habitantes al registrado en el Censo de 2001, que fue de 7,6 habitantes por kilómetro cuadrado. Está claro que el mayor desafío, en los grandes centros urbanos, es mejorar los servicios básicos, la infraestructura vial, las ofertas en educación y la atención en salud.
Somos pocos en un gran territorio, pero nos hemos expandido rápidamente solo en los tres conglomerados urbanos. ¿Cómo enfrentar esta realidad? Con políticas públicas coordinadas entre los niveles nacional, departamental y municipal. ¿Cómo pasar de un país de economía primaria que explota fundamentalmente materias primas? Con la generación de empleo productivo y la inversión en tecnología. Países mucho más chicos como Malasia, Singapur y Corea del Sur tienen altos niveles de desarrollo gracias a fuertes inversiones en educación, salud y tecnología.
Paradójicamente, el país aún presenta altos índices de pobreza y desocupación, lo que muestra la incapacidad que históricamente tuvimos para generar, organizar y distribuir la riqueza producto del desarrollo empresarial e industrial y la explotación de recursos naturales. Es que tener más población no significa más progreso, tampoco si se tiene mayor cantidad de territorio. Países que son mucho más pequeños como Uruguay, Japón, Dinamarca o Suiza, tienen altos índices de desarrollo gracias a la educación, la organización y la estabilidad económica y política.
El municipio de Santa Cruz de la Sierra sigue siendo el más grande del país, con 1,6 millones de habitantes. Le siguen la ciudad de El Alto, con 912.906 personas; La Paz, con 798.968; y Cochabamba, con 691.970 habitantes. Esto muestra que más de 4 millones de personas viven en el eje urbano del país, lo que implica enormes potenciales y vulnerabilidades para un país todavía muy centralizado en tres grandes centros urbanos.
La densidad poblacional llegó a 9,2 habitantes por kilómetro cuadrado (hab./km2), superior en 1,6 habitantes al registrado en el Censo de 2001, que fue de 7,6 habitantes por kilómetro cuadrado. Está claro que el mayor desafío, en los grandes centros urbanos, es mejorar los servicios básicos, la infraestructura vial, las ofertas en educación y la atención en salud.
Somos pocos en un gran territorio, pero nos hemos expandido rápidamente solo en los tres conglomerados urbanos. ¿Cómo enfrentar esta realidad? Con políticas públicas coordinadas entre los niveles nacional, departamental y municipal. ¿Cómo pasar de un país de economía primaria que explota fundamentalmente materias primas? Con la generación de empleo productivo y la inversión en tecnología. Países mucho más chicos como Malasia, Singapur y Corea del Sur tienen altos niveles de desarrollo gracias a fuertes inversiones en educación, salud y tecnología.
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