De nuevo el
terror
Mauricio Aira
Colectivos como el de Suecia han sido puntuales en apoyar movimientos políticos
que se habían propuesto realizar un cambio en las estructuras de poder de sus
respectivos núcleos. Suecia estuvo por
ejemplo apoyando al castrismo durante varios decenios porque vio la lucha del
pueblo cubano como la vía mas expedita para mejorar los niveles de vida de sus
habitantes, hasta que Cuba, empezó a comprometerse en la lucha armada de otras
comunidades entre ellas algunas de Africa y Asia. Entonces suspendió la
generosa dádiva, que se expresaba en brigadas de trabajadores para sembrar y
cosechar la caña de azúcar, en tareas educacinales o de mejora viaria. En dinero.
Apoyó Suecia a otros movimientos que surgieron como esperanza de
terminar con la injusticia y la explotación y contribuir a formar “la sociedad
de bienestar” que parecía la panacea que daría por resultados sociedades
perfectas en cuanto al reparto de los beneficios y el disfrute de los bienes de
la tierra.
Ciertos sectores de la Socialdemocracia han estado apoyando al monstruo
llamado Estado Islámico que de tal no tiene nada. No es “un estado” sino una asociación
de criminales que se forma de los viejos soldados de Hussein los mismos que no
pusieron el pecho para defender a su jefe en la guerra de Busch, los que
quedaron sin embargo en posesión de armas y de cierta organización, se estima
que son más de un mil, y que en su entorno agrupan a miles de desocupados
especialmente jóvenes engatusados con falsas promesas no exentas de contenido fanático
religioso que atrapa a jóvenes de toda Europa.
Tan solo de Suecia se estima en varios cientos, que han viajado a Siria
sin traba alguna y están enrolados bajo los estandartes del EI, que les atrae
como miel a las abejas si se toma en cuenta que esos jóvenes están a menudo
desocupados y sobreviven con la ayuda social, puesto que tampoco les atrae la
dura vida de estudiantes para competir entre ellos hasta obtener una profesión que
tampoco es garantía de un puesto de trabajo en la globalizada sociedad.
Algo que ha sido motivo de irritación y protesta, la comprobación de
estos jóvenes, hombres y mujeres que regresan de Siria y de Irak heridos para
medicinarse en Suecia y ya repuestos regresan a los campos de batalla.
Por el momento el EI tiene un rotundo éxito económico fruto de la compra
venta de petróleo en el mercado negro que les pagan a precio de oro. De los
asaltos a la propiedad de la que disponen a su antojo como “botín de guerra” de
los rescates por los rehenes que toman en las ciudades o territorios bajo su
control, en pocas palabras, pronto tienen tal cantidad de dinero que pueden
disfrutar de buena vida en las grandes ciudades europeas y otras de Asia y
hasta de las Américas donde viajan por cortas temporadas en exitista
demostración de su “bonanza”.
Es más mientras Francia a raíz de la sangría en Paris del pasado fin de
semana, desata una persecución sin pausa de los terrorista, Suecia acaba de
subir el tono de la alarma por terrorismo y está buscando al menos a uno que ha
dado muestras inequívocas de su accionar criminal. Sin embargo, como las leyes
no es pueden cambiar de la noche a la mañana los jóvenes ausentes en Irak, en
Líbano, en Siria y otros países, gozando de sus “vacaciones o de ambulando en
busca de un puesto de trabajo” seguirán disfrutando de “sus derechos como
ciudadanos suecos”, aunque la paciencia se ha colmado y la opinion pública está
exigiendo un recorte de las libertades en resguardo del Bien Común.
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