iracundia y rencores, odios y complejos en la ruta de evo al pode total
El Deber de SC se ocupa editorialmente del tema
No es posible negar los avances que se apunta el Gobierno en su ruta hacia el poder político total, objetivo principal al cual ajusta todas sus acciones estratégicas, razón por la cual la gestión económica marcha virtualmente al garete. Logró imponer, en primer lugar, su tan cuestionada Constitución Política del Estado en una consulta ciudadana con resultados cuya autenticidad pusieron en duda un Padrón Electoral que muchos analistas, con pruebas en la mano, demostraron que es la causa principal de una serie de fraudes electorales.Le dio exitoso resultado, después, su esquema de liquidación del poder regional que en Pando le hacía fuerte oposición. Combinando fórmulas de provocación al adversario y de infiltración en sus filas, se hizo de los fundamentos necesarios para dictar el estado de sitio en ese jirón patrio, ‘apresar’ (en realidad fueron violentos secuestros) a sus más connotados oponentes y ponerlos entre rejas, después, violando la normativa sobre jurisdicción territorial de jueces y fiscales, en ese ‘campo de concentración’ de enjuiciados en que se ha convertido ya el distrito judicial de La Paz. Arremetería más tarde contra Santa Cruz, tras acusar a nuestra región de ser poco menos que el epicentro de un movimiento ‘terrorista’ que buscaba eliminar físicamente al jefe del Estado. Ahora está bien claro que había sido meticulosamente infiltrado el grupo de extraños sujetos al que se vincula al plan. Lo más desconcertante es la forma displicente con que estos tipos se dejaron filmar con armas en la mano y toda una sonrisa de satisfacción en el rostro. Lo cierto es que este aún oscuro episodio le cayó al Gobierno como anillo al dedo para arrinconar al movimiento cívico cruceño, desarticularlo y reducir su capacidad organizativa y de reacción a la mínima expresión. Ayudó a ello el terror que ahora hace presa de sus dirigentes y de muchos sectores de la población. Por último, el Ejecutivo instaló tropas militares en una región del departamento, a título de luchar contra el crimen y el narcotráfico, aunque está bien claro que la finalidad real es la de aplastar cualquier reacción de protesta, tal como lo hizo en Pando.El terror y la intimidación se apoderan igualmente de los cuadros de dirección de los movimientos cívicos de Beni, Chuquisaca y Tarija. No contradice esta realidad, la circunstancia de que algunos de esos líderes acrediten valentía y firmeza en sus declaraciones públicas. En definitiva, la denominada ‘media luna’ se halla al borde del desbande, aunque está por verse todavía si en Sucre logra articularse en un frente político de oposición.Poco a poco, el Gobierno se hace del control del Poder Judicial, tras convertir al Tribunal Constitucional en una suerte de florero institucional, igual que el Consejo de la Judicatura; liquidar todas las superintendencias, apoderarse de la Contraloría General de la República y rebajar a toda la administración pública y empresas estatales (con YPFB a la cabeza) a la simple condición de botín político-burocrático para la militancia masista. Lo detestable es que tan censurable marcha hacia la hegemonía política total transcurra en medio de atentados a los derechos humanos de ciertos opositores y de otros que se atreven a cuestionar la gestión de Evo Morales. El caso del dirigente indígena Marcial Fabricano conmovió a toda la población del país, menos a los defensores de los derechos humanos. Turbas masistas le infirieron varias ‘arrobas’ de latigazos en castigo por no alinearse con el oficialismo, hasta dejarlo totalmente exánime. Pero cuanto más avance en tal camino tanto mayor será el riesgo que confronte el Gobierno al llegar a destino, e inclusive antes. Porque, a su paso, deja escombros hechos de rabia contenida y descalificación, signos premonitorios de progresivo y letal desgaste de imagen y aceptación políticas.
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