entre la ficción y la realidad. lo que puso haber sucedido para la renuncia del puente caído
Hay una anécdota que pinta de cuerpo entero lo que ahora pasa en Bolivia. Durante la revolución de abril de 1952, los compañeros movimientistas tomaban las instituciones, se fijaban en los sueldos y acto seguido pedían los cargos. – “Pero aquí dice abogado pues compañero, ¿tienes título?” – “No, pero se aprende pues compañero, para eso está la revolución”-
Y así nos fue. Y así nos va. No faltó un minuto y las hordas masistas estaban ocupando todo el edificio de la Prefectura. Salían los muchachos de Manfred y entraban los de Puente y Herrera. Los unos advirtiendo que dejaban obras y los otros buscando las planillas de sueldos.
Lo primero que ocurrió fue el desaliento y la bronca de ver que los manfredistas se habían ido pagándose vacaciones, eso significaba que no había ítems disponibles, para los puestos más apetecibles. Lanzaron el grito al cielo. ¡Cómo pues dejarlos sin sueldos! Y desde ese momento, los “sacrificados masistas” se pusieron a buscar las “pruebas de los delitos cometidos por Manfred”.
Es bien difícil para el masista promedio entender y conocer cómo se administran las instituciones públicas. Ya nos podemos imaginar lo intrincado que debió ser para ellos remitirse a la documentación que dejó la administración de Manfred. Total nada de nada y eso los puso al borde de un ataque de nervios. No era posible que un neoliberal, fascista, eneferista como Manfred no haya dejado las pruebas que necesitaban para salir a la palestra y armar el escándalo que requerían a fin de tener todo el camino llano para hacer sus fechorías.
Cómo no encontraron una sola prueba para sus propósitos, las pugnas para manejar los cargos y los sueldos se hicieron evidentes. Y es cuando el señor Puente se dio cuenta de que era un puente roto. Nadie lo pasaba y todos querían usarlo para pasar, de pobres diablos a ricos socialistas de este siglo.
Entonces el señor Herrera nombrado Secretario General de la Prefectura por los méritos obtenidos de haberle hecho la vida a cuadritos a Manfred durante su gestión, reclamó para sí la autoridad de nombrar, destituir y definir cargos. Podemos imaginar las conversaciones entre Puente y Herrera, para que firme los memorándums de despido y de nombramiento, las discusiones sobre si es o no meritorio o si como buenos revolucionarios “en el camino se aprende nomás”
El caso es que a los pocos meses se evidencia que un funcionario de la Prefectura se paró al lado de la caja donde pagaban el bono de té y cobro a los empleados una cuota con destino a la Tele maratón. Dinero que nunca llegó a esa estimada cofradía.
Ya las cosas no pintaban bien. Una cosa es que sean burros pero otra que sean rateritos. Y la imagen de un Puente cobijando sua tha´pas no le gustaba para nada. Estaba rodeado de masistas a los que les gusta cobrar a fin de mes pero no trabajar durante ese tiempo.
Una mañana estando revolviendo su colita para asegurarla con las huinchitas que usan las mujeres, se dio cuenta de que no había escándalos para destruir a Manfred, obras para imitarlo ni gestión para justificar su sueldo. En suma no había nada. Y todo lo que hizo en octubre y noviembre fue hablar mal de otros Prefectos y de la Iglesia de la cual fue cura. Cómo de la mano de Dios no se escapa nadie y menos un ex curita blasfemando contra el Cardenal el castigo llegó con un mensajero de la corrupción. Se perdieron cien mil bolivianos de la caja fuerte de la Prefectura. ¡Horror! ¿Quién fue?
Entonces hubo una charlita entre él y don Herrera. “¿Ya ves lo que has hecho?, me has traído a corruptos, a ladrones y yo tengo que poner mi cara en esto” – “No les vas a decir ladrones a los compañeros del instrumento político, gracias a ellos estás dónde estás”- ¡Se van a ir carajo! Los voy a poner en la cárcel y le voy a decir al Evo que son tus recomendados –Dile lo que quieras, no tengo miedo, yo soy el que maneja los movimientos sociales acá, te voy a quemar tu oficina si sigues jodiendo Puente–
Hoy día renunció el Prefecto de Cochabamba. Cuando asumió dijo “La Prefectura es ahora de todos” No le entendieron bien y algunos se llevaron todo lo que había en la caja fuerte. Total el Evo ha preferido cobijar la corrupción y a los militantes del instrumento político, porque necesita de ellos para el año que viene. El Puente puede esperar para otro cargo. Aunque ya le renunció a dos.
En su vida Evo se imagino que se convertiría en paraguas. Cobijando a Quintana y ahora a rateritos de una Prefectura. Todo sea por la reelección. (de dante pino en hoy bolivia)
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