Los productores de leche del país están viviendo un momento difícil que ha dado lugar incluso a hechos riesgosos, como el secuestro, por unas horas, felizmente sin mayores consecuencias, de algún funcionario del Gobierno. La empresa que compra la leche a los productores y que la industrializa y comercializa aduce que los precios de la leche que llega de contrabando desde los países vecinos es una competencia muy difícil de enfrentar.
El economista José Luis Jofré hizo un ejercicio para establecer cuál es el costo de producción de cada litro de leche en Bolivia y en los países vecinos. Determinó que ese costo es de 53 centavos de dólar en Bolivia, en Brasil, de 29; en Chile, de 25; en Uruguay, de 24 y en Argentina, de 19. Según el análisis, estos datos vienen a reflejar las secuelas negativas que tiene en la producción nacional la actual política monetaria, con un dólar congelado desde 2011. Jofré reveló también que PIL Andina tiene almacenadas 12.430 toneladas de leche, de las cuales 4.730 toneladas expiraron el 31 de agosto reciente.
Resulta difícil sobrellevar la situación, sobre todo si ocurre con la leche lo que con todos los demás productos de los vecinos: que entran de contrabando y afectan a la producción nacional. Esto tendría que ser atendido por las autoridades, porque está ocasionando crisis en casi todos los sectores de la producción en el país. La manera de hacerlo sería revisar la política monetaria o, de lo contrario, aplicar un sistema muy eficiente para evitar el ingreso de los productos de países vecinos al mercado interno por la vía del contrabando. Ante esa competencia desleal y otros factores, la industria lechera se ve imposibilitada de aumentar el precio de sus productos para el consumidor final, lo que le obliga a negociar una disminución del precio que paga a los productores de leche. Pero la situación de estos últimos no es nada favorable tampoco, debido a la intensa sequía que afecta al país y al consiguiente encarecimiento del alimento para sus animales.
Algunas organizaciones de empresarios productores han pedido varias veces que se revisen las políticas nacionales para este sector, porque de lo contrario ocurrirá que seguirán cerrando más empresas y continuará, como consecuencia de ello, creciendo el desempleo, algo que causa la preocupación del propio presidente Evo Morales, como lo dijo en su mensaje del 6 de agosto. La palabra del presidente debería inspirar la aplicación de políticas precisas y, en este caso, correctivas.
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