Una vez más el país asiste, impotente, a un acto de violencia salvaje que ha provocado la muerte de seis ciudadanos de El Alto y más de 30 heridos
Como ha señalado el Obispo de esa ciudad, El Alto, el país y la democracia están de luto por esos acontecimientos cuyo origen está en la beligerancia de grupos corporativos y empoderados de esa ciudad, estimulados, si nos atenemos a las imágenes que se han difundido, por dirigentes del partido de gobierno que buscan revertir en las calles y la violencia su derrota electoral.
Gentes que se sienten muy confiadas en su impunidad, si nos atenemos a las impertinentes, cuando no groseras, sindicaciones sin sustento hechas por las principales autoridades responsables de la seguridad ciudadana.
Pero, la justa expresión de furia y dolor debe ceder a la decisión de apaciguar los ánimos “para que no hayan otros hechos de violencia; busquemos entre todos calmarnos en este momento y pedir a Dios la serenidad, pero también pedir a las autoridades que emprendan el camino para dar con los responsables y encontrar la justicia”, como ha señalado la autoridad religiosa que, además, hizo “un llamado fuerte a los que están detrás de estos hechos materiales e ideológicos; preséntense frente a la justicia. Dios sabrá perdonarles a ustedes, pero ustedes preséntense a la justicia humana porque tienen que responder por sus actos (...)”.
Se trata de mínimas condiciones para recuperar una pacífica convivencia ciudadana, pues hay que estar convencidos de que mientras se trate de aprovechar estos trágicos hechos de violencia para fines sectarios, lo que se hará es seguir atizando el fuego. De ahí que es fundamental que además de realizar las debidas investigaciones para identificar y procesar a los autores materiales e intelectuales de aquellos, se someta a un riguroso proceso a las autoridades de la Policía y de Bomberos que, por lo que hasta ahora se conoce, han actuado con una irresponsabilidad tal que no es difícil inferir que actuaron así por expresas instrucciones político sectarias.
Obviamente, es preciso disipar ese tipo de dudas y ello será posible si el Ministerio de Gobierno y la Policía, luego de una rigurosa y transparente investigación, presentan a la ciudadanía un informe de los hechos y sindican a los autores, así sean militantes del partido de gobierno o adherentes al proceso que el MAS conduce. De lo contrario, contribuirán a su propia deslegitimación, ya bastante afectada por sus desacertadas reacciones frente a denuncias documentadas de corrupción.
Para ello, bien les haría comprender el mensaje del Obispo alteño quien luego afirmar que “es un día de luto para El Alto, para todo nuestro país Bolivia y un día de luto para la democracia”, reitera que “no es posible que divergencias políticas lleven a la muerte. Nosotros somos capaces de vivir en comunión y fraternidad siempre y cuando respetemos a las personas y pongamos su vida encima de cualquier situación” y los sucesos de ayer “en nombre de ideologías, de posiciones distintas, han llevado hacer morir a personas”...
No hay comentarios:
Publicar un comentario